Corregir el descalabro de la economía, un reto cuesta arriba
CARACAS.- El futuro Parlamento venezolano dominado por la oposición podrá promover leyes y reformas dirigidas a corregir el modelo estatista, al que adversarios de Nicolás Maduro culpan de la crisis económica en el país petrolero, pero muchas quedarán en puras intenciones si no negocia con el aún poderoso gobierno socialista.
Al haber ganado la mayoría calificada de los 167 diputados de la Asamblea Nacional (AN), la oposición destronó al chavismo por primera vez en 16 años, pero el avance pudiera no ser suficiente. Los otros cuatro poderes públicos -Ejecutivo, Judicial, Ciudadano y Electoral- son dominados por seguidores del gobierno de Maduro y éstos tendrían la última palabra frente a cualquier reforma legal: podrían vetarlas, no promulgarlas o, en el mejor de los casos, retrasarlas, advirtieron analistas.
"Es mucho lo que puede hacer la oposición en el Parlamento en el ámbito formal. Pero no habrá resultados significativos en materia económica si el debate no viene acompañado de acuerdos", dijo Richard Obuchi, analista de ODH Consultores.
La bancada opositora es consciente del duro camino que enfrenta y no promete milagros. "No bajaremos el precio de la comida, ni haremos que los estantes se llenen", reconoció Henry Ramos, un veterano político que ganó una banca. "Pero podemos dictar leyes que, en definitiva, tendrá que aplicar el gobierno."
Gracias a la mayoría que ostenta en el Parlamento, el chavismo ha evadido la discusión sobre las causas de la elevada inflación y la escasez de bienes tan básicos como el papel higiénico o el jabón, dándole en muchos casos carta blanca al Ejecutivo para aplicar políticas económicas.
La oposición sostiene que los venezolanos sufren la peor crisis económica de su historia democrática y culpan por ello al "fallido" modelo socialista, sustentado en las expropiaciones y los controles que ahogan a la industria y el comercio.
Maduro y su coalición culpan a la ultraderecha de llevar a cabo una "guerra económica" que busca sembrar el caos con el fin ulterior de desbancarlo. Con estas zanjas ideológicas, pocos creen que la oposición y el gobierno puedan concertar medidas que saquen al país de la crisis. Al contrario, el presidente prometió "radicalizar la revolución para acabar la guerra económica".
"Maduro probablemente se volverá más agresivo, política y económicamente. Y al enfrentar serias limitaciones internas y externas las dinámicas políticas y económicas probablemente empeorarán", señaló la firma Eurasia en una nota.
El Banco Central de Venezuela (BCV) retrasó la divulgación de las cifras de la inflación -la más alta en América latina- y ocultó los números del desempeño económico de este año, violando su propia ley y dificultando la planificación de las empresas y organismos multilaterales.
Pero ese secretismo podría estar cercano a su fin luego de que el jefe de la coalición opositora, Jesús Torrealba, anunciara como una prioridad la reforma de la ley del Banco Central.
El economista opositor José Guerra, que ganó una banca en la AN, rea-firmó: "Ahora nosotros definimos la agenda del Parlamento y vamos a incluir los temas económicos. Tendrán que mostrar las cifras".
Con los 112 diputados electos, los adversarios de Maduro podrán interpelar al vicepresidente y a sus ministros, así como aprobar su destitución. Sin embargo, es prerrogativa del presidente nombrar su gabinete.
Donde la oposición sí tendrá espacio para actuar sin objeciones es en la aprobación del presupuesto nacional, créditos adicionales y emisión de deuda. Inclusive podrá someter a referéndum tratados internacionales que ha calificado de "leoninos", como el convenio China-Venezuela y la alianza energética Petrocaribe.
Sin embargo, siempre deberán tener en cuenta que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) tiene poder para vetar leyes si las considera anticonstitucionales.
Los mercados internacionales rea-ccionaron positivamente al triunfo opositor, pero un eventual panorama de confrontación que demore las muy necesarias soluciones económicas puede agravar la percepción de los inversionistas, temerosos a un millonario incumplimiento de deuda.
Consciente de que la crisis económica golpeó su base de apoyo y le pasó factura en las elecciones, Maduro aplicaría algunos correctivos urgentes, como una devaluación que permita rendir los mermados ingresos petroleros, advirtieron analistas.
Pero los economistas también creen que ajustes más amplios, como el aumento de la nafta más barata del mundo o la flexibilización del control de cambios y precios, serían demorados por ser políticamente costosos.
Agencia Reuters
Corina Pons
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