La posguerra: violencia y tensión en Medio Oriente e Irak. Crece la presión sobre Israel para que no expulse a Arafat
Washington intensificó sus advertencias
RAMALLAH.- Luego de anunciar su decisión de remover a Yasser Arafat, Israel enfrentó ayer una escalada de críticas y presiones de la comunidad internacional, que advirtió que esa acción sería un grave error. El líder palestino, en tanto, volvió a recibir por segundo día consecutivo el apoyo de miles de palestinos, dispuestos incluso a actuar como escudos humanos para impedir una posible operación de captura por parte de fuerzas israelíes.
Estados Unidos, las Naciones Unidas, la Unión Europea, Francia, Rusia y China expresaron su oposición a una nueva expulsión de Arafat, presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, estimó que la decisión era "imprudente". Una de las advertencias más severas a Israel provino del Consejo de Seguridad. Reunido por pedido de la Liga Arabe, el órgano instó al gobierno de Ariel Sharon a poner fin a cualquier amenaza a la seguridad de Arafat y decidió reunirse pasado mañana para evaluar una posible resolución de condena.
También Estados Unidos, principal aliado de Israel, subió la presión sobre el gobierno del Likud. El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, le advirtió ayer que no expulse a Arafat de los territorios autónomos, durante una conversación con su colega israelí Silvan Shalom.
En una segunda llamada, esta vez a Nabil Shaath, un alto representante palestino, Powell aseguró que Washington intervino ante Israel para evitar que el líder de la ANP fuera deportado.
En un intento casi desesperado de impedir la muerte de la hoja de ruta, otros funcionarios del gobierno de George W. Bush mantuvieron ayer varios contactos con el gabinete de Sharon para evitar que ponga en práctica su decisión de expulsar o eliminar a Arafat, anunciada anteayer en respuesta a los atentados terroristas del martes pasado.
La Casa Blanca, en su primera reacción a la decisión israelí, dijo anteayer que la remoción de Arafat sólo lograría aumentar el poder del líder palestino y complicaría una situación ya delicada.
La hoja de ruta quedó hace tres semanas al borde del abismo luego de una escalada de violencia. Se trata de un plan de paz impulsado por Estados Unidos que intenta poner fin a la intifada y completar el camino iniciado hace exactamente 10 años por el Acuerdo de Oslo, el tratado que estableció la coexistencia pacífica de palestinos e israelíes por primera vez en décadas.
También los ministros de Relaciones Exteriores de Francia, Alemania y Holanda se comunicaron con Shalom para decirle que la expulsión de Arafat complicaría la situación en la región.
El presidente francés, Jacques Chirac, dijo en España: "Considero que Arafat es un representante legítimo de la ANP y creo que su eliminación política sería un grave error".
La UE expresó que la expulsión del líder palestino sería un "error terrible" y que mantendría el contacto con él.
Pese a las condenas internacionales, el vicejefe del Estado Mayor israelí, general Gaby Ashkenazi, afirmó que los planes israelíes para expulsar a Arafat de los territorios "están listos" y los comandos militares preparados para actuar.
El gobierno israelí resolvió anteayer que "Arafat es un obstáculo para todo proceso de reconciliación entre israelíes y palestinos", y que "actuará para que ese obstáculo desaparezca de la forma y en un tiempo que (el gobierno) determinará más adelante".
Escudos humanos
Mientras la decisión del gobierno israelí de deportar a Arafat provocó advertencias en todo el mundo, miles de palestinos anunciaron que combatirían hasta la muerte para defender a su líder. Unas 5000 personas se manifestaron ayer en Tulkarem, al norte de Cisjordania, en solidaridad con el presidente palestino. Otras manifestaciones se realizaron ayer en Gaza y en Nablus, Kalkiliya y Jenin, en Cisjordania. En Ramallah, los palestinos abarrotaron la Mukata, el cuartel general de Arafat.
En la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, decenas de fieles musulmanes lanzaron piedras contra los policías israelíes y judíos que oraban en el Muro de los Lamentos, por lo que debió intervenir la policía.
Ante una posible operación israelí para capturar a Arafat, activistas de Al-Fatah aseguraron que actuarán como escudos humanos del líder palestino. "Es cierto que los palestinos no tenemos tanques, pero tenemos nuestra determinación para oponernos a Israel", dijo Ahmed Gnim.
Arafat, de 74 años, reafirmó una vez más que no tenía intención de abandonar el lugar y advirtió, con un arma en las manos, que no se entregará y que resistirá "hasta el último disparo". Después de la decisión de Israel, el designado primer ministro palestino, Ahmad Qureia, suspendió la formación de un nuevo gabinete. "De continuar estas políticas israelíes contra Yasser Arafat no creo que haya razón para formar un gobierno o para hacer esfuerzos para tratar de controlar la situación", dijo Qureia.
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