Dejar que Trump sea Trump, la apuesta de Hillary para afianzarse
La estrategia de sus asesores de campaña se centra en no responder a las acusaciones del candidato republicano y dejarlo expuesto ante sus continuos traspiés
WASHINGTON.- Si no escucharon a Hillary Clinton hacer comentarios sobre la seguidilla de derrapes del republicano Donald Trump que acaparan las noticias las 24 horas del día, existe una razón: está todo planeado.
Desde su consagración como candidata demócrata, el mes pasado, Hillary se dedicó a recorrer fábricas y hospitales, donde si menciona a Trump es sólo para contraponer sus visiones sobre las políticas públicas.
Su rápida condena del miércoles pasado al comentario de Trump de que los activistas del derecho a las armas pueden impedir que la candidata demócrata nombre a jueces liberales en la Corte Suprema fue una de las pocas ocasiones en que Hillary decidió contestarle frontalmente a su rival republicano en la carrera por la Casa Blanca. Los asesores de la ex primera dama dicen que su estrategia es simple: dejar que Trump sea Trump.
En las últimas semanas, el republicano dio una serie de pasos en falso que van más allá de sus comentarios sobre los activistas del derecho a las armas, comentarios que después acusó a los medios de tergiversar deliberadamente.
Trump se enemistó con los líderes de su partido, chocó con los padres de un soldado musulmán del ejército norteamericano caído en combate, y esta semana acusó a Hillary y al presidente Barack Obama de ser los "fundadores" del grupo extremista Estado Islámico (EI). Anteayer aclaró que había sido un comentario sarcástico.
"Es un viejo adagio de la política: dejar que se hunda solo", dice el estratega demócrata Bob Shrum, alto asesor de campaña de Al Gore, en 2000, y de John Kerry, en 2004.
Los asesores de Hillary no ven la ventaja de contestar una tras otras las acusaciones de tipo personal que hace Trump, ya que sólo lograrían aún mayor rebote en los medios. Prefieren dejarlo pedaleando sólo en la polémica mientras la demócrata se enfoca en hablar de políticas públicas.
El equipo de campaña de Trump no quiso hacer comentarios para este artículo, pero el magnate inmobiliario ya acusó a los medios de prensa nacionales de ser tendenciosos a favor de Hillary.
Trump cayó en las últimas semanas en las encuestas, y los preocupados líderes republicanos le rogaron que pare con los exabruptos incendiarios que concitan amplia cobertura, en general negativa, y que distraen a la gente de las muchas falencias que tiene Hillary.
"Está consumiendo todo el oxígeno del ambiente, y en su propio detrimento", dice Ford O'Connell, estratega republicano y partidario de Trump. "No alcanza con acaparar la atención de los medios", dice O'Connell. "Además, tienen que ganárselos."
Trump se jacta de su estrategia mediática, porque, según él, la atención que genera le permite gastar mucho menos en publicidad de campaña, pero los veteranos de la política dicen que está dilapidando esa atención y perdiendo la oportunidad de ganarse a los indecisos.
El lunes pasado, por ejemplo, Trump dio un discurso económico pensado para relanzar su campaña, pero se vio rápidamente eclipsado por su derrape sobre los activistas del derecho a las armas.
Hillary, mientras tanto, se ocupó de seducir a los medios locales de los estados donde debe ganar sí o sí en noviembre.
En los últimos tiempos, Hillary concedió muy pocas entrevistas a medios nacionales y rara vez dio conferencias de prensa, una estrategia que -según sus críticos- está destinada a evitar preguntas sobre su uso de una casilla personal de e-mail mientras era secretaria de Estado, o sobre los vínculos entre la Clinton Foundation y el Departamento de Estado.
Hillary afirmó ser uno de los candidatos presidenciales más transparentes de la historia del país y admitió el error de haber usado su casilla personal de e-mail, pero señaló que nunca lo hizo con información confidencial. También rechazó cualquier vínculo impropio entre la fundación de su familia y el Departamento de Estado.
En distintas entrevistas, Hillary se ha mostrado más abierta a contestar sobre la creación de empleo, la salud pública y el aumento de salarios, los ejes de su campaña que prefiere debatir.
El lobbista republicano Gus Corbella dice que el contraste entre la cobertura de los medios sobre los actos de campaña de Hillary en ese estado y los actos de Trump es flagrante.
"La campaña de Clinton parece tener un enfoque más disciplinado", remarcó Corbella. "Cuando viene Hillary, el tema del día es el acto al que asistirá o el mensaje que quiso transmitir, mientras que con Trump, siempre es sobre el disparate que dijo ese día", añadió.
El magnate alerta por un fraude electoral
- El candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, agitó ayer de nuevo el fantasma de un posible fraude en las elecciones de noviembre próximo al afirmar que la única forma de ser derrotado en el estado clave de Pensilvania es “con trampas”.
- “La única manera que tienen [los demócratas] de ganar aquí, en mi opinión –y lo pienso 100% en serio–, es si en ciertas zonas del estado hacen trampas”, dijo Trump durante un acto en Erie, en el interior de Pensilvania.
- El interior del estado es una de las zonas más afectadas por la desindustrialización en Estados Unidos, habitadas por un alto porcentaje de blancos, y donde más cala el mensaje contrario al libre comercio de Trump.
- Pese a ese caldo de cultivo, los últimos sondeos sitúan a la candidata demócrata, Hillary Clinton, con un claro margen de hasta diez puntos sobre Trump en ese estado.
Traducción de Jaime Arrambide
Amanda Becker
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