Los frentes de conflicto de EE.UU. Dos académicos espiaban para Cuba
Un profesor y su esposa vigilaban a anticastristas desde una universidad de Miami
MIAMI.- Un profesor y su esposa, ambos empleados de la Universidad Internacional de Florida, fueron acusados de desempeñarse como agentes encubiertos de Cuba y de entregar información sobre funcionarios del gobierno estadounidense y grupos de exiliados anticastristas durante casi 30 años.
El arresto -que puede empeorar las tensas relaciones entre Cuba y Estados Unidos- se produce cinco semanas antes de una vital audiencia de revisión del caso de otros cinco cubanos sospechados de espionaje y cuando La Habana acusa a Washington de planear la excarcelación del "terrorista" anticastrista Luis Posada Carriles.
Carlos Alvarez, profesor de psicología en la Universidad Internacional de Florida y asesor en psicología de los departamentos de policía de Miami-Dade y Miami, y su esposa, Elsa Alvarez, una trabajadora social de la universidad, fueron encarcelados sin fianza bajo la acusación de actuar como agentes extranjeros para Cuba sin haber notificado al gobierno de Estados Unidos. En caso de ser declarados culpables, podrían ser condenados a una pena de 10 años de prisión y una multa de 250.000 dólares.
Sin embargo, no fueron acusados del cargo más grave de espionaje, dado que agentes del FBI reconocieron que no hay evidencia de que hayan provisto información clasificada o militar a La Habana. Tampoco hay evidencia de que hayan cobrado por la información. "Si estas dos personas fueran liberadas, yo creo que irían a Cuba", dijo la jueza estadounidense Andrea Simonton, al negarse a otorgar la libertad bajo fianza al profesor de 61 años y a su esposa de 55, ambos cubanos naturalizados estadounidenses. Señaló, además, que la próxima audiencia del caso se hará el 19 de este mes.
Las autoridades estadounidenses dijeron que los dos cubanos admitieron en junio, en entrevistas voluntarias con agentes del FBI, que durante décadas enviaron información a los Servicios de Inteligencia de Cuba. Alvarez lo hizo desde 1977 y su esposa, desde 1982. "El confesó que estaba espiando para Cuba" y "ella dijo [a los agentes] que sentía más fidelidad hacia Cuba que hacia Estados Unidos", dijo el fiscal asistente Brian K. Frazier.
La pareja transmitía la información a través de radio de onda corta, mensajes encriptados o en viajes legales que realizaban a Cuba -por su carácter de educadores- en los que tomaban contacto con agentes cubanos. Dulce Negret, una persona muy cercana a la familia Alvarez, se mostró perpleja y desilusionada ante las acusaciones. "Ha sido bien traumático para la comunidad cubana. Ellos formaban parte del grupo Matrimonios en Victoria, dedicado a ayudar a las parejas con problemas de convivencia", dijo.
"El [Alvarez] incluso era psicólogo de la policía, y desde hace unos 20 años, elaboraba evaluaciones psicológicas de sus aspirantes", añadió.
Las organizaciones de exiliados cubanos recordaron que en los últimos cinco años hubo 21 personas operando una red de espionaje que respondía a La Habana y consideraron "lamentable" que la pareja utilizara una universidad pública para ayudar a un gobierno enemigo de Estados Unidos. "En esa universidad hay unos cuantos espías más. El gobierno de Cuba ha infiltrado una red de espías que puede hacer mucho daño a Estados Unidos", dijo José Basulto, director de Hermanos al Rescate, una organización de exiliados.
Agencias Reuters, AFP, AP y EFE
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