Dos muertos en una nueva jornada de protestas
CARACAS.- Los agentes antimotines volvieron a dispersar ayer con bombas lacrimógenas una marcha de miles de opositores venezolanos que se dirigían hacia el centro de Caracas para exigir elecciones generales en un nuevo desafío contra el gobierno, en medio de un clima de violencia que dejó ya 29 muertos.
Con el rostro cubierto con pañuelos y capuchas, algunos incluso con máscaras antigás, varios jóvenes respondieron a las fuerzas de seguridad con piedras y otros objetos en la estratégica autopista Francisco Fajardo.
La militarizada Guardia Nacional, que acudió en refuerzo de la policía, disparaba también perdigones y una lluvia de gases.
"Pa'lante, que las bombas no matan", gritó el vicepresidente del Parlamento, el diputado opositor Freddy Guevara. "¿Quiénes somos? Venezuela. ¿Qué queremos? Libertad", "Urgente, urgente... un nuevo presidente", gritaban a su vez los jóvenes manifestantes, entre el humo de las bombas lacrimógenas.
Los opositores, vestidos de blanco y con banderas venezolanas, se concentraron en diferentes sectores de la capital con la meta de marchar hacia la sede de la Defensoría del Pueblo, en el centro de la ciudad, un feudo chavista al que hasta ahora no pudieron llegar.
Algunas bombas caían entre la multitud y en el oeste de la ciudad, en Santa Mónica, los gases llegaron a afectar a los chicos de una escuela que estaban en clase. En otras ciudades, como en San Cristóbal, las fuerzas de seguridad repelieron de la misma forma a los manifestantes.
Agencias AFP y ANSA
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