Dramática evacuación de Aleppo tras la victoria del régimen
El gobierno de Bashar al-Assad coronó su victoria en la segunda ciudad del país con la apertura de un corredor que permite la salida de residentes y combatientes hacia la provincia rebelde de Idlib
ALEPPO.- Después de una serie de intentos fallidos que los exhaustos pobladores vieron deshacerse con desesperación, las bombas dejaron de caer ayer sobre el sector rebelde de Aleppo, donde el régimen coronó su mayor victoria militar desde 2011 y permitió ayer la evacuación de civiles y rebeldes.
El primer convoy integrado por 20 colectivos y 13 ambulancias comenzó desde temprano los traslados desde el este de Aleppo hacia la provincia rebelde de Idlib, donde a consecuencia de la entrada en vigor de un demorado alto al fuego, los evacuados debían quedar a salvo de los cañones del régimen y de sus aliados rusos, iraníes y otras milicias armadas extranjeras.
El presidente Bashar al-Assad , más firme que nunca en los últimos meses gracias al incondicional respaldo militar del Kremlin, felicitó la victoria de la alianza que en una ofensiva relámpago "liberó" el sector oriental de la ciudad de manos rebeldes, que lo controlaban desde 2012. "Con la liberación de Aleppo se hizo historia gracias a la resolución y los sacrificios del pueblo sirio", dijo Al-Assad a la cadena de televisión oficialista Al-Mayadeen.
La salida de las caravanas con cientos de civiles y combatientes, muchos en graves condiciones de salud tras largas semanas sin suficiente comida o atención médica, se esperaba desde principios de esta semana. Pero el arranque se demoró y los combates recrudecieron ante la consternación de las miles de personas que lo perdieron todo bajo los morteros sirios y las bombas de la aviación rusa.
Parte del problema estaba en la situación de las localidades chiitas de Fua y Kafraya, en la provincia de Idlib, que como un espejo perverso de la brutalidad de la guerra se encontraban a su vez bajo asedio de milicias rebeldes. Las últimas negociaciones -a pedido de las milicias iraníes aliadas del régimen- habilitaron también allí la apertura de un corredor humanitario para permitir la salida de civiles, lo que permitió destrabar el durísimo impasse en Aleppo.
La ONU, que supervisa los operativos de evacuación de Aleppo, afirmó que se prepara para la llegada de hasta 100.000 personas a Idlib, entre ellos civiles y combatientes, pero advirtió que no puede garantizar su protección porque sus colaboradores no se pueden mover libremente en esa zona. Idlib es uno de los últimos bastiones de la rebelión siria, que controla también sectores dispersos en la sureña ciudad de Deraa y cerca de la capital Damasco.
"Temo lo que pueda ocurrir cuando termine esta operación. La historia de Aleppo en esta guerra será un capítulo oscuro en la historia de las relaciones internacionales", dijo el coordinador de ayuda de emergencia de la ONU, Jan Egeland.
Las organizaciones humanitarias en el terreno señalaron que la situación es catastrófica en las zonas de Aleppo que el ejército de Al-Assad y las milicias extranjeras aliadas tuvieron bajo asedio durante cinco meses. Tras asfixiar a la población a un mínimo nivel de supervivencia, sobrevino la operación militar.
"Mientras los diplomáticos internacionales se encuentran en Ginebra, Nueva York y Bruselas, la humanidad exhala su último suspiro en Aleppo", denunciaron 25 organizaciones en una declaración desde Gaziantep, en el sudeste de Turquía, donde condenaron "el fracaso moral de la comunidad internacional" por no dejar de lado sus intereses y no empeñarse en encontrar una solución al conflicto.
"Lo que nos choca, en tanto que organizaciones humanitarias, es cómo una cosa tan aterradora como un ataque químico se ha vuelto moneda corriente", agregó la declaración conjunta.
Además de los bombardeos que bañaron de sangre los barrios rebeldes, la falta de agua, alimentos y medicinas hizo casi imposible la vida en los sectores asediados de la ciudad, mientras la falta de electricidad y combustible hace que los residentes no puedan protegerse de las frías temperaturas invernales.
"Es duro creer que hubo gente que pudo sobrevivir" en estas condiciones, dijo el director regional del Comité Internacional de la Cruz Roja, Robert Mardini.
La derrota de los rebeldes de Aleppo, donde el ejército hizo oídos sordos durante semanas al cese al fuego que reclamaban las potencias occidentales, no cambió la postura de estos países de buscar una solución política que incluya entre sus prioridades la salida de Al-Assad.
"No le vemos futuro al presidente en Siria. No hay victoria en bombardear hospitales para acabar en un país del que sólo controla el 40%" del territorio, dijo el ministro de Defensa británico, Michel Fallon. Por su parte, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, expresó que "el asesinato y el sufrimiento en Siria podría terminar", y muy rápido "si Rusia y el régimen tuvieran la decisión de hacerlo".
En los últimos días, la ofensiva sobre Aleppo dejó más de 460 civiles muertos en el este de la ciudad y 130 del lado bajo control del gobierno. También agregó miles de heridos y desplazados a un conflicto que desde el comienzo, en marzo de 2011, va dejando 310.000 muertos y desplazó a la mitad de la población dentro y fuera de las fronteras.
Bashar al-Assad
Presidente de Siria
"Quiero asegurarles que lo que pasa hoy en Aleppo es historia, y todos los ciudadanos sirios la están escribiendo"
Agencias AFP, DPA y EFE
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