Dudas en Colombia sobre la muerte del líder paramilitar
Negociación: pese a los enfrentamientos en la zona selvática, que dejaron 30 víctimas fatales, Pastrana inaugurará el diálogo de paz.
BOGOTA.- Mientras persistían ayer las dudas acerca de la muerte del líder paramilitar Carlos Castaño, el gobierno colombiano aseguró que la ofensiva guerrillera de fin de año, en la que al menos 30 personas habrían muerto, no afectará la apertura del diálogo de paz con las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Así lo hizo saber el Alto Comisionado para la Paz, Víctor Ricardo, luego de dos días de intensos combates entre guerrilleros y paramilitares en una zona selvática y montañosa del norte del país.
"Si no estuviéramos en un escenario de conflicto armado permanente, de uno y otro lado, no estaríamos en este trabajo para lograr la reconciliación", dijo Ricardo, responsable de la instalación de la mesa de diálogo a partir del 7 de enero.
Ese día, el presidente Andrés Pastrana se trasladará con unos 60 hombres de su seguridad a San Vicente del Caguán -uno de los cinco municipios del suroeste del país que se encuentran bajo control militar de la guerrilla- para la ceremonia inaugural del proceso de paz. Cerca de 1000 invitados, entre colombianos, extranjeros y periodistas, estarán presentes.
"Mi gobierno no descansará hasta que no tengamos paz", dijo Pastrana en un mensaje de fin de año al país. "Soy consciente del enorme reto que significa la travesía hacia la reconciliación, llena de obstáculos, pero no por ellos vamos a detenernos en este empeño", agregó el mandatario, que evitó hacer referencia a los recientes enfrentamientos.
Versiones encontradas
Mediante llamadas telefónicas a emisoras radiales de la ciudad de Medellín, las FARC aseguraron el martes que habían dado muerte a Castaño, líder de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), la agrupación de escuadrones ilegales de derecha que desde hace unos 10 años libran una guerra sangrienta contra los grupos rebeldes.
La versión de su muerte durante la ofensiva guerrillera fue desmentida por los paramilitares en un mensaje en el que aseguraron que "nuestro comandante general, Carlos Castaño, estuvo y se mantiene al frente de los combates en la zona".
Por su parte, el gobierno y las fuerzas militares denunciaron que guerrilleros de las FARC incendiaron varios caseríos y atacaron indiscriminadamente a la población civil, matando, mutilando e incinerando a hombres, mujeres y niños en su ofensiva contra los paramilitares.
Imágenes de la televisión local mostraron los cadáveres de varios campesinos, incluidos tres niños, así como los restos humeantes de lo que antes fueron sus humildes viviendas.
En su comunicado, los paramilitares informaron sobre la muerte de 15 personas. Sin embargo, Héctor Eduardo Acosta, alcalde del municipio de Tierralta, el más cercano al sitio de los hechos, dijo que por informaciones de los campesinos desplazados las víctimas son más de 30.
Bastión paramilitar
El cuartel general de Castaño está ubicado en el Nudo de Paramillo, una zona selvática y montañosa del noroeste del país, a 500 kilómetros de Bogotá, en el límite entre los departamentos de Córdoba y Antioquia.
Tropas del ejército que lograron llegar ayer por la tarde a la región dijeron que hallaron arrasadas dos veredas -El Venado y El Diamante-, por las que suelen transitar los paramilitares.
"Lo único que encontramos fue desolación y muerte. Los guerrilleros de las cuadrillas V y XVIII (de las FARC) asesinaron incluso a cuatro niños y a varias mujeres. Fue una matanza de gente indefensa", dijo ayer por radio el general Víctor Julio Alvarez, comandante de la Primera División del ejército.
El ataque de las FARC, el grupo rebelde más antiguo del continente, tuvo lugar a una semana del inicio de las conversaciones de paz con el gobierno de Pastrana, que busca poner fin a un conflicto interno de más de 30 años y que tan sólo en la última década dejó alrededor de 35.000 civiles muertos.
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