EE.UU. acusó a China de tener un plan para interferir en las elecciones
NUEVA YORK.- El presidente Donald Trump acusó ayer a China de "intentar interferir" en las elecciones legislativas norteamericanas de noviembre al afirmar que Pekín actúa en respuesta a las enérgicas políticas de la Casa Blanca para reducir el desequilibrio comercial.
Trump, que habló como presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, no presentó prueba alguna de sus denuncias, que surgen en medio de una investigación sobre si su propio equipo de campaña conspiró con Rusia para ganar las elecciones presidenciales de 2016.
"Lamentablemente, hemos descubierto que China está tratando de interferir en las próximas elecciones legislativas -dijo el republicano-. No quieren que yo gane, no quieren que nosotros ganemos, porque yo soy el primer presidente que desafió a China en el tema comercial".
El canciller de China respondió inmediatamente a las acusaciones y dijo que su país no interfiere en los asuntos internos de otra nación. Presente en la misma reunión que Trump, Wang Yi agregó que se negaba a aceptar cualquier "acusación injustificada" contra China.
El discurso de Trump sobre China y su acusación de intromisión electoral fueron una sorpresa durante una reunión formal en el Consejo de Seguridad, que se esperaba que se concentrase en la proliferación de armas nucleares, químicas y biológicas.
"No quieren que yo o nosotros ganemos porque soy el primer presidente en desafiar a China en comercio, y estamos ganando en comercio y en todos los niveles. No queremos que se entrometan o interfieran en nuestras próximas elecciones", agregó el presidente norteamericano.
Trump no necesita definirse sobre una potencial candidatura a la reelección hasta 2020, pero los comicios de noviembre decidirán si el Partido Republicano puede mantener el control de la Cámara de Representantes y del Senado.
No hubo comentarios de otros funcionarios estadounidenses sobre las acusaciones. Pero por ahora, cuando faltan apenas dos meses para las elecciones legislativas, ninguna agencia de seguridad norteamericana reportó una intervención tan intensa como la vista en 2016, aunque no desestiman el potencial de injerencia por parte de Rusia, China, Irán y Corea del Norte.
Estados Unidos y China están envueltos en una guerra comercial, provocada por las acusaciones de Trump de que Pekín ha intentado durante mucho tiempo robar la propiedad intelectual estadounidense, limitar el acceso a su propio mercado y subsidiar injustamente a las empresas estatales.
En este contexto y luego de llamar hasta hace poco "amigo" al líder chino, Xi Jinping, Trump dijo ayer a la prensa: "Quizás ya no sea más mi amigo pero creo que probablemente me respeta".
Al presidir la reunión del Consejo de Seguridad sobre la proliferación nuclear, Trump aprovechó la oportunidad para lanzar también una severa advertencia a Irán, acusándola de ser "el principal promotor de terrorismo del mundo" y de "fomentar conflictos en la región y mucho más lejos".
Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo logrado en 2015 en el que Irán se comprometió a reducir su actividad nuclear a cambio del levantamiento de sanciones económicas. Estados Unidos acusa a Irán de desestabilizar a Medio Oriente mediante el apoyo a grupos como Hezbollah. En noviembre entrarán en vigor una nueva serie de sanciones contra Irán, y Trump advirtió que habrá "consecuencias severas" para todo país que las viole.
Pese a su retórica estridente, Trump dijo ayer que vislumbraba que las relaciones con Irán podrían tomar finalmente "una trayectoria" similar a las de Corea del Norte. Hace un año, en ese mismo foro, Trump se había burlado del líder norcoreano, Kim Jong-un, llamándolo "el hombre de los cohetes" y había amenazado con aniquilar a ese país, pero ayer alabó su "maravillosa relación" con Kim -que le envió "una carta maravillosa"- y señaló que pronto se difundirán detalles sobre una segunda cumbre con el norcoreano en octubre.
Trump además condenó la violencia en Siria y afirmó que "ese baño de sangre está siendo fomentado por Rusia e Irán".
Por otra parte, mencionó el conflicto entre Israel y los palestinos, y se declaró a favor de la creación de un Estado palestino, pero aun así defendió su decisión de mudar la embajada estadounidense a Jerusalén. "Me gusta la solución de dos Estados -dijo Trump al reunirse con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu-. Creo que esa es la mejor solución".
Agencias AP y Reuters
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