La carrera hacia la Casa Blanca: la visión del mundo de los tres postulantes en carrera. EE.UU., ante un cambio en política exterior
Mientras que McCain se muestra más duro, Obama favorece el diálogo con países rivales u hostiles; cautela en Clinton
WASHINGTON.- Por primera vez en muchos, muchos años, una elección presidencial puede derivar en profundos cambios en las políticas de Estados Unidos hacia el mundo.
Aunque algunas seguirán en pie, muchas otras, hacia Cuba o Medio Oriente, entre ellas, pueden resultar muy distintas de las implementadas por el presidente George W. Bush si gana el republicano John McCain o su aparente rival demócrata, Barack Obama.
Ambos afirman que quieren mejorar la posición de la Casa Blanca en la comunidad internacional. McCain habla de un rol más vigoroso porque Estados Unidos "no puede liderar sólo por la fuerza de su poder". Y Obama repudia la guerra en Irak -la que promete terminar cuanto antes- y la soledad en que dejó a su país. Aboga, en suma, por un mayor multilateralismo y diálogo.
Ambos comparten una línea en común hacia la Argentina, a la que hunden en poco más que la irrelevancia, entre los aliados o contrapartes de la región -Brasil, Chile, Colombia, México y Perú- y los países problemáticos -Cuba, Haití, Venezuela, Bolivia, Nicaragua-, según confiaron a LA NACION miembros de sus respectivos equipos.
El punto que separa a ambos es cómo debe plantarse la principal potencia económica y militar del mundo frente a sus enemigos y rivales. ¿Debe tenderles una mano como lo hizo Richard Nixon frente a China en los 70 y Ronald Reagan ante la Unión Soviética de Gorbachov en los 80? ¿O mostrarse inflexible, como lo ha hecho hasta ahora con Cuba, Siria e Irán? ¿O algo intermedio, como con Corea del Norte y Venezuela?
Más aún, las diferencias también abarcan los tratados de libre comercio. McCain los defiende -como el Tratado de América del Norte, Nafta-, y los promueve -con Colombia-, mientras que Obama dice que el Nafta debe ser revisado y rechaza el acuerdo con Bogotá, salvo que incluya otras condiciones o sea renegociado.
El candidato republicano también promete una línea más dura -de un "halcón", según sus detractores-, en tanto que el demócrata sostiene que buscaría tender puentes con sus rivales: "Es tiempo de impulsar una diplomacia directa, con amigos y enemigos por igual, sin condiciones", dijo anteayer.
Hillary Rodham Clinton, en tanto, sostiene su candidatura, que cada día se torna más improbable. En política exterior mantiene una posición intermedia, lo que dejó a Obama como foco único de los dardos republicanos con sus dichos de que está dispuesto a abrir un diálogo con los líderes de Irán, Cuba y Corea del Norte, tres obsesiones de este país.
De gira por Florida, McCain lo fustigó ante los exiliados cubanos. "Mi gobierno presionará al régimen para que libere a todos los prisioneros políticos sin condiciones, legalice todos los partidos políticos, sindicatos y la prensa libre, y fije elecciones monitoreadas internacionalmente", enumeró. "El embargo debe mantenerse hasta que se cumplan estos elementos básicos de una sociedad democrática", añadió.
Viajes y remesas
Para Obama, la línea adoptada por George W. Bush y compartida por McCain sólo ofrece "palabras duras", pero nulos resultados. "Mantendré el embargo", aclaró. Pero también prometió que autorizará "de inmediato y sin límites los viajes y el envío de remesas a la isla" y que si en La Habana "dan pasos significativos hacia la democracia, empezando por la liberación de todos los prisioneros políticos", su gobierno tomará "medidas para empezar a normalizar las relaciones".
Más cauta, Clinton defiende mantener las restricciones comerciales y de viajes hasta que Raúl Castro dé "pasos concretos para garantizar las libertades políticas y civiles, y permita elecciones libres y justas". Pero también promete que coordinará una "política activa", junto con América latina y Europa, que aliente "una transición pacífica".
Donde se advierten las mayores diferencias es en el tema Medio Oriente. Otra vez, Obama dice estar abierto al diálogo mientras promete una retirada de Irak; por el contrario, McCain defiende la guerra y rechaza ese diálogo como algo propio de alguien "débil" en política exterior. McCain promete que retirará las tropas para 2013, que entonces, dijo, saldrán "victoriosas". Antes sería "rendirse".
"Sería algo maravilloso si viviéramos en un mundo sin enemigos, pero tengo una noticia para Obama: hablar, aun con una gran retórica, en reuniones sin condiciones con el hombre [por el presidente Mahmoud Ahmadinejad] que llama a Israel un «muerto apestoso» y arma a terroristas que matan estadounidenses no convencerá a Irán de abandonar su programa nuclear. Es temerario decir que el diálogo incondicional favorecerá nuestros intereses", señaló McCain.
Obama le retrucó con peculiar dureza. Dijo que se embarcaría en una "agresiva diplomacia personal" con Irán, a la que le plantearía una "opción clara" para que actúe "responsablemente".
"Si abandona su programa nuclear, su apoyo al terrorismo y las amenazas contra Israel, entonces Irán puede reintegrarse a la comunidad de naciones. Si no, afrontará un aislamiento más profundo y sanciones más duras", argumentó.
Pero, insistió, la clave para eso es tender los puentes. Pero si en algo coinciden ambos es en la desconfianza que profesan hacia Corea del Norte, hacia la Rusia que lidera Vladimir Putin entre bambalinas y hacia China. Pero, otra vez, mientras Obama promueve una "coalición internacional" para afrontar esos desafíos, McCain es más duro en sus comentarios y demanda movimientos de esos países.
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