La guerra que no termina. EE.UU. mantiene conversaciones con insurgentes en Irak
Busca integrarlos al proceso político
WASHINGTON.– Estados Unidos ha entablado un diálogo mucho más regular con los líderes de la insurgencia en Irak, informó ayer el diario The New York Times, que citó a fuentes diplomáticas y a representantes gubernamentales en Bagdad.
Washington pretende así aprovechar la tensión creciente en el triángulo sunnita, al norte de Irak, entre grupos rebeldes iraquíes y grupos islamistas radicales como Al-Qaeda. Aunque en el pasado ya habían tenido lugar algunas negociaciones, éstas se han intensificado con el objetivo de integrar a los líderes sunnitas locales en el proceso político, publicó el diario citando a un diplomático occidental que favorece tales conversaciones, a un dirigente político iraquí y a uno de los líderes de la insurgencia.
Según el diplomático, los estadounidenses dialogan personalmente con los rebeldes, y a través de intermediarios con los principales jefes de la insurgencia. “Las conversaciones entre representantes de Washington y portavoces de grupos rebeldes tienen lugar dentro y fuera de Irak”, agregó el funcionario.
Hasta ahora, el mayor obstáculo de cara a un alto el fuego ha sido la exigencia de los líderes rebeldes de un calendario para la retirada de las tropas norteamericanas.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, reiteró el miércoles en el Pentágono que durante 2006 podría haber nuevas reducciones de tropas estadounidenses en Irak.
Por su parte, el ministro británico del Exterior, Jack Straw, dijo ayer a la BBC, en el segundo día de su visita a Irak, que “una o dos provincias podrían encontrarse pronto lo suficientemente estables como para empezar a retirar las tropas”. La resistencia armada de grupos sunnitas locales tiene como principal objetivo poner fin a la ocupación estadounidense, señaló el diario. Por el contrario, grupos más extremistas en torno de Al-Qaeda pretenden restablecer el califato. La anunciada retirada de las tropas estadounidenses de Irak es, según dijo en un mensaje de video el número dos de Al-Qaeda, Ayman Al-Zawahiri, una prueba de la victoria de los musulmanes.
Desde el punto de vista de los representantes de Estados Unidos, las tensiones entre los insurgentes y los miembros de grupos terroristas han recrudecido por el alto número de víctimas civiles iraquíes.
Por otra parte, la policía iraquí informó que la periodista occidental Gill Kelly fue secuestrada ayer por un grupo de hombres armados que asesinó a su chofer e intérprete, el iraquí Alen Gazi Chack.
Según una fuente de seguridad iraquí, la periodista es de nacionalidad estadounidense, pero la embajada norteamericana en Bagdad no confirmó esa versión y se limitó a decir que “un periodista desapareció y el caso es objeto de una investigación”, sin dar más precisiones. Según la misma fuente de seguridad, antes de morir el intérprete alcanzó a decir que se trataba de una reportera norteamericana.
Al parecer, Kelly se dirigía a entrevistar al político sunnita Adnan al Dulaimi. Sin embargo, Dulaimi aseguró que no tenía ninguna cita con periodistas occidentales en la sede de su movimiento, el Congreso Nacional del Pueblo de Irak, en el oeste de la capital, muy cerca de donde un grupo de hombres armados mató a su chofer y traductor antes de forzarla a entrar en su automóvil.
Reporteros sin Fronteras (RSF) manifestó ayer su “gran inquietud” y su rechazo por lo sucedido. Según RSF, desde el inicio de la guerra en Irak, en marzo de 2003, un total de 76 periodistas y colaboradores de medios de comunicación han sido asesinados.
Agencias AFP, ANSA, EFE, DPA y Reuters
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