La polémica por el encuentro olímpico en Pekín. EE.UU. rechaza un boicot a los Juegos
Afirmó que sería "irresponsable" no asistir a la ceremonia de inauguración
WASHINGTON.- En medio de la controversia desatada sobre un posible boicot a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín, la Casa Blanca dijo ayer que sería "irresponsable" de parte de los líderes mundiales abstenerse de asistir a la inauguración del evento deportivo como protesta contra la represión en el Tíbet.
El asesor de seguridad nacional del presidente George W. Bush, Stephen Hadley, criticó la "abierta confrontación" de algunos gobiernos, y dijo que la "diplomacia silenciosa" que Estados Unidos está practicando es una forma mucho más efectiva de presionar a China por su política de derechos humanos.
"Estimamos que es muy importante solucionar la cuestión del Tíbet, pero pensamos que la mejor manera de lograrlo es a través del tipo de diplomacia que llevamos adelante y no por la confrontación que algunos impulsan", dijo Hadley.
Las declaraciones del asesor de la Casa Blanca representan un desafío a líderes mundiales como la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro británico, Gordon Brown, que anunciaron que no asistirían a la ceremonia de apertura. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, puso en duda su participación.
Aunque se encuentra presionado por organizaciones defensoras de los derechos humanos, por los precandidatos presidenciales demócratas Hillary Clinton y Barack Obama e incluso por miembros de su Partido Republicano para que no esté presente en la ceremonia de apertura, Bush ha dicho que planea asistir a los Juegos de agosto próximo.
No obstante, la Casa Blanca no ha dicho claramente todavía si el mandatario asistirá a la ceremonia de inauguración, prevista para el 8 de agosto. "A estas alturas, no hemos llegado a los detalles de su programa de actividades, pero desde su punto de vista, si uno escucha lo que ha dicho, él [Bush] no tiene ninguna razón para no ir , dijo ayer Hadley.
El funcionario señaló que Bush había sido claro en que su intención era "mostrar su apoyo" a los deportistas estadounidenses que participarán en los Juegos y recordó que el mandatario había planteado recientemente el tema de los derechos humanos en el Tíbet a su par chino, Hu Jintao, a quien llamó por teléfono a fines de marzo.
"No veo a los Juegos Olímpicos como un acontecimiento político -dijo Bush la semana pasada-. Los veo como un acontecimiento deportivo."
"Desafortunadamente, muchos países dicen: «Si decimos que no vamos a la inauguración, entonces estamos actuando sobre el tema del Tíbet». Eso es irresponsable", señaló Hadley, que calificó los planes de boicot de "maniobra distractiva".
"Si otros países están preocupados por el Tíbet, deberían hacer lo que nosotros estamos haciendo, a través de una diplomacia silenciosa: enviar un mensaje claro al gobierno chino de que ésta es una oportunidad, con todo el mundo atento, de mostrar que están decididos a tratar a sus ciudadanos con respeto", agregó.
Los países, consideró, deben "presionar de manera discreta a las autoridades chinas para que se reúnan con representantes del Dalai Lama [líder espiritual tibetano]".
El recorrido de la antorcha
Mientras tanto, la antorcha olímpica continuó su accidentado recorrido por el mundo. Ayer estuvo en Dar es Salaam, la capital económica de Tanzania, donde, al igual que en Buenos Aires, el viernes pasado, los relevos se llevaron a cabo sin incidentes.
La antorcha había llegado al país africano anteayer, en medio de fuertes medidas de seguridad. El recorrido previsto, de 25 kilómetros, fue reducido a sólo cinco, para evitar incidentes como los de Londres y París.
La próxima parada de la antorcha será el sultanato de Omán, en la península Arábiga, adonde la llama olímpica llegará hoy.
Se estima que esta semana podría haber disturbios en Nueva Delhi, adonde la antorcha llegará el jueves próximo, ya que grupos de tibetanos en el exilio han llamado a manifestarse masivamente contra China.
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