El ántrax provendría de un viejo programa del ejército de EE.UU.
NUEVA YORK.- Las esporas de ántrax enviadas por carta en los Estados Unidos, que mataron a cinco personas, podrían proceder de programas militares secretos norteamericanos, según publicó ayer el diario The New York Times.
La información, que no fue confirmada por la Oficina Federal de Investigación (FBI), se basa sobre hipótesis de los científicos y sobre un informe obtenido por el periódico.
El polvo contaminante introducido en sobres que fueron enviados por correo a políticos y medios estadounidenses tendría, según el diario, una muy fuerte concentración del bacilo del ántrax, idéntica a la de las esporas mortales producidas en el marco de un programa militar estadounidense entre 1951 y 1969, poco antes de que el presidente Richard Nixon pusiera fin a los programas estadounidenses de guerra biológica.
La similitud entre el ántrax de las cartas y el de los laboratorios militares norteamericanos alimentó la idea de que alguien vinculado con el antiguo programa de guerra biológica estadounidense pudo haber impulsado la cadena de terror que se inició a fines de septiembre en Florida, luego continuó en Washington, Nueva York y Nueva Jersey, y que en los últimos días se cobró la vida de una anciana en Connecticut.
The New York Times señala que la concentración de esporas "es más alta que la de cualquier stock públicamente conocido que pueda haber sido producido por otros gobiernos".
Una fuente federal muy cercana a las investigaciones dijo: "Es espantoso, pero asimismo muy posible, que uno de nuestros científicos pueda haber hecho una cosa de este tipo".
Por ello, el FBI ha extendido su investigación en las últimas semanas y ha incluido en su lista de sospechosos a laboratorios del gobierno como posibles fuentes del polvo mortífero.
No obstante, algunos expertos estadounidenses señalan que aún es muy prematuro descartar que otros hayan sido los culpables, entre ellos algunos Estados extranjeros como Irak.
Error decisivo
El programa estadounidense de guerra biológica estuvo vigente desde 1951 hasta 1969, cuando los científicos norteamericanos utilizaban para los experimentos las violentas esporas "Ames", aún conservadas en los laboratorios de Fort Detrick, en Maryland, que las cedió sólo a tres laboratorios en el país, uno en Gran Bretaña y otro en Canadá.
El mismo tipo de esporas estaba contenido en las cartas con ántrax que infectaron a un total de 23 personas, cinco de las cuales murieron.
Aun a pesar de su sofisticada labor, el misterioso terrorista habría cometido un error decisivo.
Los investigadores norteamericanos afirmaron que no logró remover la carga electrostática del polvo que contenía las esporas.
Según declararon los investigadores estadounidenses al diario The Wall Street Journal, se trató de un desliz que salvó vidas humanas, porque impidió que volaran las letales esporas de ántrax, que, en cambio, se adhirieron a las superficies.
En tanto, los investigadores del FBI intentan aclarar también el misterio de la desaparición, el último 16 de noviembre, del profesor Don Wiley, un bioquímico y biofísico estadounidense, especialista en transmisión de enfermedades virales, aunque sin insinuar que tenga un vínculo con las cartas contaminadas.
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