El asesinato en Gran Bretaña pone en primer plano la seguridad de los legisladores en varios países
El apuñalamiento del conservador David Amess en una reunión con sus votantes replantea en el Reino Unido y otras naciones las medidas para proteger a las autoridades
WASHINGTON.- El gobierno británico ordenó la revisión de todas las medidas de seguridad que protegen a los miembros el Parlamento, tras el ataque con arma blanca que sufrió el viernes el legislador David Amess y que le costó la vida.
Miembro del Partido Conservador y parlamentario de larga data, Amess recibió múltiples heridas de cuchillo durante un encuentro con los votantes en un salón parroquial a una hora al este del Londres, y es la segunda vez en pocos años que un legislador británico es asesinado durante un acto público. En 2016, de camino a un encuentro con el electorado, la legisladora laborista Jo Cox recibió un disparo y varias puñaladas que terminaron con su vida.
La policía británica declaró el ataque contra Amess como un acto terrorista.
El creciente grado de belicosidad e intimidación de la opinión pública ha llevado a que legisladores como Chris Bryan, del opositor Partido Laborista, sugieran que a partir de ahora los encuentros con la gente sean con cita previa y asistencia confirmada.
“No pretendemos un trato especial, y sabemos las presiones que enfrenta la policía”, escribió Bryan en el diario The Guardian. “Pero cualquier otra profesión que hubiese sufrido dos asesinatos en público en cinco años estaría exigiendo, y con razón, que se tome alguna medida”.
Los edificios del Parlamento británico están protegidos por vehículos armados de la policía, tienen cámaras de seguridad y escáneres de aeropuerto para todos los visitantes. Tampoco se puede ingresar con determinados elementos, como tijeras y destornilladores. Pero esas medidas de seguridad no se extienden a los encuentros públicos de los legisladores con los votantes.
El riesgo que corren los legisladores varía según cada país. Salvo los funcionarios electos de alto rango, como los presidentes de las Cámaras, pocos legisladores tienen protección policial las 24 horas. El costo de proteger a cientos de parlamentarios sería prohibitivo, pero además hay muchos legisladores que prefieren conservar ese contacto directo con la gente.
En Estados Unidos, los legisladores están protegidos por la policía del Capitolio mientras están dentro del predio del Congreso y sus anexos, pero el 6 enero de este año, durante la toma por asalto del edificio del Capitolio, quedó demostrado que esa fuerza de unos 2000 efectivos puede ser fácilmente sobrepasada por los manifestantes.
Poco después del asalto al Capitolio, un grupo de legisladores republicanos y demócratas habría pedido que se destine una mayor proporción de los gastos de funcionamiento de la Cámara para la contratación de más agentes de la ley y asesores de seguridad privados. De hecho, a los legisladores norteamericanos ya les reembolsan la compra de equipo de protección personal, como chalecos antibalas.
Las presentaciones ante la Comisión Federal Electoral registran un abrupto aumento de los gastos de seguridad de los legisladores desde el ataque del 6 de enero sobre el Capitolio. En el primer trimestre del año, por ejemplo, el senador Raphael G. Warnock, demócrata por el estado de Georgia, declaró 130.000 dólares en gastos de seguridad, y senador el republicano por Montana, Josh Hawley, informó haber gastado 46.061 en ese rubro.
En 2009, en Singapur, un votante desencantado roció con diluyente y prendió fuego al legislador Seng Han Thong, del gobernante Partido de Acción Popular, que sobrevivió al ataque, pero debió ser sometido a varias cirugías reparadoras.
En esa ciudad-Estado del sudeste asiático, es costumbre que los legisladores realicen encuentros regulares con la gente, para los cuales organizan medidas de seguridad ad hoc, como pedirles a sus partidarios que se distribuyan entre la gente y estén atentos a cualquier problema.
En Canadá, incluso antes de la virulenta campaña electoral de las últimas elecciones, la ciudad de Ottawa ya estaba considerando reforzar la seguridad de sus funcionarios electos, que actualmente sufren una oleada de amenazas. El Parlamento de Canadá y las fuerzas de la ley de ese país están evaluando ofrecerles a los legisladores un sistema de seguridad para sus hogares y un dispositivo de botón antipánico, según informes de la prensa canadiense.
En Francia, donde el presidente Emmanuel Macron fue abofeteado en público en junio y alcanzado por un huevazo durante un evento el mes pasado, los miembros de la Cámara de Diputados no suelen tener custodia personal permanente. Pero una división de la gendarmería nacional protege los dos palacios donde sesionan las Cámaras. Los ministros del gobierno francés son custodiados por una unidad de la policía que cuenta con más de 1200 efectivos. Esa misma unidad es la encargada de brindar protección a los mandatarios extranjeros que visitan Francia.
En Corea del Sur, usualmente los legisladores no tienen custodia personal, aunque la policía nacional tiene una fuerza con presencia permanente en la legislatura.
Algunos miembros de la Asamblea Nacional surcoreana, como Tae Young-ho, un exdiplomático de Corea del Norte que desertó de su país y actualmente es legislador en Corea del Sur, recibe protección contra un posible intento de asesinato por parte de agentes de Pyongyang.
The Washington Post
Traducción de Jaime Arrambide
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