El "capitán", consagrado como líder de la ultraderecha continental
Salvini congregó en Milán a representantes de toda Europa con miras alos próximos comicios
MILÁN.- El "capitán" Matteo Salvini, como llaman al ultraderechista líder de la Liga y hombre fuerte del gobierno italiano, regresó ayer a su ciudad natal, Milán, para ser consagrado paladín de una nueva Europa.
Durante la jornada, que la prensa calificó como "Salvini day", congregó en su feudo ante miles de manifestantes a una docena de figuras del ultranacionalismo europeo, entre ellas, la francesa Marine Le Pen y el holandés Gert Wilders, para lanzar un mensaje de unidad con vistas a las elecciones del 26 de mayo del nuevo Parlamento Europeo.
Salvini, vicepresidente del gobierno italiano y ministro del Interior, llegó con un rosario en la mano y dio a su mensaje un tono religioso: "Confío en el corazón inmaculado de María para obtener la victoria".
Salvini no ahorró elogios para Benedicto XVI y Juan Pablo II, ejemplos para él de pontífices positivos, en una suerte de crítica a Francisco, cuyo nombre fue abucheado por los manifestantes.
"Aquí no está la ultraderecha, sino la política del sentido común. Los extremistas son los que gobernaron Europa en los últimos 20 años", dijo Salvini, que habló al final del acto, luego de que lo hicieran los otros líderes de partidos de Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Dinamarca, Eslovaquia, Estonia, Finlandia, Francia, Holanda y la República Checa.
Wilders sostuvo la necesidad de tener gobiernos fuertes en la región. "Para ser personas libres debemos ser fuertes. Tenemos que defender nuestras naciones, tener más soberanía nacional y asumir la responsabilidad de nuestros países", dijo.
"No nos podemos fiar de la élite política [de Europa]. Quieren imponer sus leyes. Quieren inundar nuestros países con más inmigrantes y esto no podemos permitirlo. Tenemos que limitar la migración. Tenemos que parar la islamización", agregó.
Wilders afirmó que Salvini "es un ejemplo" por su política de detener a los barcos humanitarios en el mar Mediterráneo. "Necesitamos más Salvinis en Europa", concluyó el dirigente holandés.
En tanto, Le Pen, la líder del partido ultraderechista francés Reagrupación Nacional (ex Frente Nacional), cargó contra lo que llamó una "oligarquía sin raíces que está sometiendo" a los países europeos, y aseguró que el continente vive un momento histórico.
"No queremos esa oligarquía sin raíces y sin alma que nos dirige con la ambición de querer la sumisión de nuestras naciones", dijo.
Agencias AFP y ANSA
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