El chavismo copó Caracas para apuntalar a un Maduro debilitado
Más de un millón de personas inundaron la capital para apoyar al delfín de Chávez; Maradona participó en el acto y fue ovacionado; el opositor Capriles convocó a sus seguidores en Barquisimeto
CARACAS.- La marea roja del chavismo inundó ayer Caracas para proteger a Nicolás Maduro en el cierre de su campaña, un candidato que sorprendió por su debilidad. La multitudinaria exhibición de fuerza del oficialismo, financiada con fondos públicos, colapsó la capital desde la noche anterior. Y cumplió su primer objetivo: convocar a entre un millón y un millón y medio de personas (tres millones según los cálculos previos del gobierno), distribuidas en siete avenidas desbordadas y uniformadas de rojo.
El resultado del segundo objetivo, frenar la remontada del opositor Henrique Capriles, no se conocerá hasta pasado mañana, una vez cerrados los colegios electorales tras la campaña más corta y desequilibrada de la historia de Venezuela.
Las imágenes, las palabras y el himno nacional cantado por Hugo Chávez precedieron a Maduro en el discurso más trascendental de su campaña. La presión, una vez más, no mejoró su desempeño. Maduro no es un político nacido con la palabra, por lo que decidió ceder todo el protagonismo posible al "comandante eterno".
"Es la primera vez en la historia de la revolución bolivariana en la que llegamos a esta avenida sin él. Éste es el puesto de Chávez, él sigue al frente con su amor. El imperialismo y la burguesía decadente y parasitaria creen que la revolución se acabó. ¡Ahora es que hay Chávez para rato!", clamó el presidente encargado, que llamó al escenario a los hijos y nietos del mandatario muerto. "Jamás aspiré a nada, mi única aspiración en la vida era ver una patria libre y socialista, lo que nos dio Hugo Chávez. Yo lo acompañé con amor y lealtad infinita", recitó Maduro.
Rodeado de la cúpula gubernamental, el "apóstol" de Hugo Chávez contó también con la colaboración de Diego Armando Maradona, buen amigo del comandante.
"La mano de Dios está con nosotros", dijo uno de los presentadores del acto, e inmediatamente despertó una gigantesca ovación.
Con una camisa roja con el número 10 y la frase "Cristina K. 2015" bordada, y la gorra conmemorativa del golpe de Estado de 1992, la estrella de todos los tiempos del fútbol exhibió su zurda una vez más, regalando pelotas al público mientras soltaban los famosos pajaritos de Maduro, que incluso se puso un periquito y un canario sobre el hombro.
Todo presentado por el showman del programa La guerra de los sexos y con varios cantantes en una especie de We are the w orld revolucionario. Esta escenificación, repetida en parecidas proporciones a lo largo de la campaña, despertó críticas y recelos entre los chavistas puros.
A más de 700 kilómetros de distancia, Henrique Capriles atacaba a su rival. "Esa candidatura de mentira fresca se derrumba solita porque la verdad recorre Venezuela", resumió en el cierre de Barquisimeto, capital de la opositora Lara, con lleno total. Dos países en uno solo, separados por la política y que volvieron a llenar una y otra vez todos los escenarios.
Capriles repasó su contrato con el pueblo: aumento del salario mínimo, apuesta por la "Venezuela de la vida", críticas y recetas contra la inflación, el desabastecimiento, los apagones eléctricos... "Ésta es una verdadera cruzada por la cantidad de obstáculos que nos han puesto", resumió el gobernador de Miranda.
"En un canal, el culto a un hombre. En otro, el culto al país", resumió el escritor Leonardo Padrón, crítico con el oficialismo.
Ajeno a las palabras del opositor, Maduro permaneció protegido entre la "lluvia de pueblo" de su propia falta de carisma y de la suma de errores acumulados en sólo 10 días.
"¿Saben cómo llaman a Chávez en todo el mundo?", preguntó Maduro a su gigantesco auditorio. "¡El Cristo redentor de los pobres de América!", se contestó a sí mismo.
Frente a él, una capital que volvió a ser testigo del tradicional ventajismo del gobierno, elevado ayer a su máxima potencia. Decenas de millones de dólares gastados del erario, sin ningún tipo de control. Cientos y cientos de ómnibus (10.000, según denunció la oposición) llegados desde todo el país; miles de trabajadores públicos inducidos a participar "de una forma mucho más intensa que en otras ocasiones", confesó un técnico del servicio de impuestos a LA NACION; miles de camisetas y gorras distribuidas de forma gratuita...
"He vivido muchas elecciones con Chávez, pero como ésta ninguna", develó un ingeniero de Pdvsa obligado a viajar a la capital desde Puerto Ordaz, que pidió anonimato. "Esta vez es más agresivo y sucio que nunca. Nos han hecho llamar, marchar, distribuir folletos... Nos han metido miedo", denunció.
Presión y amenazas de todo tipo. Las escondidas y las públicas, como las proferidas por Mari Pili Hernández, ministra de la Juventud: "Todo el mundo a votar" y el que no lo haga y favorezca al "fascista" Capriles es un "traidor a la patria, aún peor, un traidor a Hugo Chávez".
Ayer, además, Maduro anunció la captura de presuntos paramilitares colombianos que estarían implicados en una enésima conspiración contra su gobierno.
"Es obvio que la candidatura de Maduro es más débil que en el arranque... Pero no suficientemente débil aún", sostuvo Luis Vicente León, uno de los analistas más respetados, dos días antes de las elecciones. La ola bolivariana se desbocó ayer por las calles caraqueñas para darle la razón al politólogo: había que proteger como fuera al nuevo líder.
Falsa denuncia contra un periodista
El director del diario El Nacional desmintió una acusación de Diosdado Cabello
- El presidente del diario venezolano El Nacional, Miguel Henrique Otero, de visita en la Argentina, desmintió las acusaciones que le hizo el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, que lo involucró en una conspiración.
- "Diosdado Cabello, usted es un mentiroso. Así como está acostumbrado a mentirle al pueblo venezolano, como le mintió con la enfermedad y muerte de Chávez, como le ha mentido con las condiciones electorales, de la misma manera inventó esta falsa conspiración. Usted denuncia que Capriles [...] y yo hicimos una conspiración el día de ayer, qué mentira tan grande", dijo.
- Otero explicó que está afuera de Venezuela desde el sábado, con lo que desmintió unas supuestas fotos que tiene Cabello en su poder, que habrían sido sacadas en Caracas anteayer. "Tan falsa es [la acusación] que yo estoy en Argentina desde el sábado en un foro de la Fundación Democracia y Libertad. En mi Twitter @miguelhotero he puesto fotos y comentarios sobre el foro, además usted tiene el poder para pedir mi movimiento migratorio, pero qué mal va a quedar", agregó.
Del editor: qué significa.
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