El chavismo sofoca una sublevación militar que tuvo apoyo en las calles
Efectivos de la Guardia Nacional se atrincheraron en un cuartel y llamaron a levantarse contra Maduro; hubo 27 detenidos, cacerolazos y represión de las protestas
CARACAS.- La sublevación de 27 guardias nacionales en el cuartel de Cotiza, barrio popular del norte de Caracas , y la protesta callejera que se expandió por varios puntos de la capital venezolana al grito de "¡libertad!" sorprendieron ayer al gobierno de Nicolás Maduro , en pleno duelo contra la Asamblea Nacional (AN), dominada por la oposición, y en vísperas de la gran marcha opositora convocada para mañana.
La "plomamentazón", como llaman en Venezuela a los tiroteos intensos, comenzó en torno a las cuatro de la madrugada. Efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), según las distintas versiones, se atrincheraron en el cuartel de San José de Cotiza, zona popular del norte de Caracas, y llamaron a sus compañeros de armas a levantarse contra el gobierno de Maduro.
Horas antes habían robado armas y enfrentado a oficiales gubernamentales en otros dos destacamentos de la ciudad, según el comunicado emitido por el Ministerio de Defensa.
Los rebeldes grabaron y difundieron varios videos para dar a conocer su decisión. "Señores, aquí está la Guardia Nacional. Miren, lo que ustedes querían, pueblo de Venezuela, aquí está unida para restablecer el hilo constitucional. Ya basta", arengó uno de ellos, escoltado por al menos una quincena de guardias. Incluso se escucha cómo el mismo sargento propone acudir en ayuda de otra unidad.
Vecinos del barrio, una zona chavista hasta hace muy poco, se unieron a la protesta haciendo sonar sus cacerolas desde muy temprano. Mientras tanto, efectivos de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) y otros cuerpos de la seguridad del Estado cerraban accesos y armaban un poderoso cordón para aislar a los sublevados.
"¡Es hoy, señores! ¡Pueblo, salgan! Aquí estamos prendiendo la mecha", clamó en otro video el sargento mayor Bander Figueroa. Sus palabras recordaron de inmediato a las casi súplicas que hace un año emitieron, a la desesperada, el policía rebelde Óscar Pérez y sus seis compañeros mientras sufrían el asedio de fuerzas gubernamentales en su escondite de El Junquito. Pese a rendirse, fueron ejecutados de un disparo en la cabeza, según las conclusiones de la comisión de investigación del Parlamento.
Otro de los videos desmonta la versión oficial de que se trataba de un grupo de delincuentes que intentaba robar unas armas. En la grabación, un comandante oficialista intentaba convencerlos de que renunciaran a su levantamiento.
"Nosotros le vamos a enviar un mensaje a toda Venezuela de que nosotros también estamos padeciendo lo mismo que está padeciendo todo el pueblo", le explica uno de los rebelados al mando militar. "No conseguimos una medicina, aquí hay compañeros que tienen situaciones peores", relata el guardia en un documento estremecedor.
"No importa, nos estamos entregando. Pero la fuerza armada está en la calle y los apoya [al pueblo]", señaló el sargento mayor a una emisora de radio antes de ser detenido. La AN ha insistido en los últimos días a las Fuerzas Armadas para que den un paso al frente, junto al pueblo en la calle, para enfrentar la "dictadura" de Maduro.
La herramienta propuesta es la ley de amnistía para militares y para civiles chavistas que se unan a la causa, cuya tramitación urgente se inició la semana pasada en el Parlamento.
El primero en comunicar al país que la sublevación había acabado fue Diosdado Cabello, el número dos de la revolución. En una lacónica conferencia de prensa, Cabello precisó que 25 guardias fueron detenidos in situ. "No tengo dudas de los vínculos que tienen sectores de la derecha con los hechos de hoy", aventuró.
El general Vladimir Padrino López, ministro de Defensa, más dotado para las armas que para las palabras, proclamó por su parte que "quien ultraje sus armas con infames vicios será castigado con todo el peso de la ley".
El chavismo insistió en que los guardias, a quienes habrían prometido "villas y castillos", fueron abandonados a su suerte, en un intento de desactivar los cantos de sirena que llegan del Parlamento.
"[Se trata de un] pronunciamiento militar efectuado por un grupo reducido de efectivos, difícil catalogarlo como una asonada militar, al no estar implicado oficial de comando. Es una expresión de descontento que no encontró respuesta en otras unidades militares", resumió Rocío San Miguel, presidenta de Control Ciudadano para las Fuerzas Armadas.
En 2017, un grupo de rebeldes al mando del capitán Juan Carlos Caguaripano asaltó el Cuartel de Paramacay, uno de los más grandes del país, para robar armas de su arsenal. El militar fue detenido semanas más tarde en un control policial.
Pese a la habitual censura en los canales de televisión, más los bloqueos realizados en Instragram y Twitter, el país siguió en vilo lo que allí ocurría. Juan Guaidó, presidente de la AN, reaccionó asegurando que la sublevación es "una muestra del sentimiento generalizado que impera" en el seno de las tropas. "No queremos que la Fuerza Armada Nacional se divida ni se enfrente, queremos que se ponga como un solo hombre del lado del pueblo, la Constitución y en contra de la usurpación", añadió.
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) aprovechó la coyuntura para hacer pública una sentencia redactada hace días, por la cual declara ilegal la juramentación de Guaidó y proclama la nulidad de todos los actos del Parlamento, incluida la declaración de "usurpación" de la presidencia del país.
Vecinos de Cotiza mantuvieron varias horas su protesta en las calles, con proclamas parecidas a las que desde hace días recorren los cabildos populares. Motivos les sobran: sin agua, sin gas, con cortes de luz y con los bolsillos pulverizados por la hiperinflación.
La policía atacó a los manifestantes con gas lacrimógeno y perdigones, incluso invadiendo viviendas y hostigando a los periodistas que reportaban para los pocos medios nacionales presentes. Varios heridos y detenidos conformaban el balance de la represión, que repite el mismo guion que en 2017.
Militares y policías que se sublevaron
Alexander Bandres Figueroa: Sargento de tercera de la Guardia Nacional
- Es el jefe del grupo rebelde de 27 militares que ayer se sublevaron y tomaron un destacamento militar al norte de Caracas, pero que finalmente fueron detenidos. Figueroa subió un video en el que se dirige al "pueblo de Venezuela" para que salga a las calles
Juan Caguaripano: excapitán de la gnb
- En agosto de 2017, un grupo de hombres armados asaltó un fuerte militar en Carabobo, donde murieron dos personas y tres militares resultaron heridos en una operación para robar armas. Una semana después fue capturado Caguaripano, prófugo de la Justicia desde 2014 por formar parte de un plan para derrocar a Maduro
Oscar Pérez : agente de la policía judicial
- El 27 de junio de 2017, el agente de la policía judicial Oscar Pérez se robó un helicóptero con el que sobrevoló Caracas y lanzó granadas a la sede del Tribunal Supremo, justo en momentos en que el país era sacudido por protestas antigubernamentales. Pérez fue abatido por los militares a mediados de enero de 2018
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