El fantasma que recorre la cumbre se llama Trump
La euforia previa cedió a la inquietud por la posición de Estados Unidos ante el Acuerdo de París
MARRAKECH (De una enviada especial).- El triunfo del empresario Donald Trump en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos mantiene en vilo a los negociadores del cambio climático en la cumbre en esta ciudad, que habían llegado con la euforia de contar con la ratificación del Acuerdo de París antes de lo previsto.
Ayer, cuando comenzó la semana de alto nivel en la que los ministros llegan a negociar, todos esperaban las declaraciones de la delegación estadounidense.
"Tenemos que esperar, veremos qué pasa. No actuar contra el cambio climático no es una opción y va contra el crecimiento económico. Un líder inteligente no debe resistirse a las tendencias de los mercados ni al progreso", sostuvo Jonathan Pershing, el enviado para negociaciones de cambio climático estadounidense, en una conferencia de prensa atiborrada de periodistas que esperaban definiciones.
Sin embargo, del mismo modo que los delegados de otros países, los periodistas se quedaron con ganas de más. Es que la victoria de Trump es, para algunos, como un déjà vu del Protocolo de Kyoto, que no llegó a aplicarse y al que Estados Unidos nunca adhirió. Aunque la situación hoy es diferente, es incierto aún el reordenamiento de los jugadores climáticos en esta cumbre. Por el momento, China aparece como el país fuerte que podría ponerse el proceso al hombro.
Mientras algunos especulan con que Trump podría cumplir su amenaza de que Estados Unidos abandone el Acuerdo de París, otros sostienen que los mecanismos que impone el tratado internacional que ese país ya firmó harían que el proceso demore, al menos, tres años y eso sólo podría suceder una vez que asuma el nuevo presidente.
Mientras tanto, la Casa Blanca anunció ayer nuevas inversiones en energías renovables. Pero sin embargo esa información no pudo despejar incertidumbres, ya que ayer seguían sonando aquí los posibles nombres que ocuparán el gabinete del nuevo presidente estadounidense.
Los hombres que no comulgan con la teoría del cambio climático empiezan con el vicepresidente electo Mike Pence.
Aunque Pence reconoce que el cambio climático existe, también cree que es un fenómeno natural, no relacionado con la actividad humana, y que por eso no puede hacerse nada al respecto. En una declaración suya, en la que defendía a su compañero de fórmula, sostuvo: "Lo que Donald Trump dijo que era un fraude era que los burócratas en Washington DC puedan controlar el clima de la Tierra".
Candidatos controvertidos
Tal como publicó ayer LA NACION, Myron Ebell, un negacionista del cambio climático, señalado por los ambientalistas como uno de los siete "criminales climáticos" buscados por "destruir nuestro futuro", podría quedar al frente de la agencia ambiental estadounidense (EPA, por sus siglas en inglés).
Y ayer también reveló AP que Kevin Cramer, congresista por Dakota del Norte y multimillonario con intereses petroleros y en la industria del fracking, es uno de los candidatos para encabezar el área de energía.
Qué piensa el magnate del medio ambiente
Un cuento chino
En la campaña, Trump dijo que el "calentamiento global es un cuento chino". Según su tesis, la industria de EE.UU. pierde competitividad por las medidas para bajar la contaminación, mientras China crece porque no repara en ellas
Escepticismo
Su escepticismo obstaculiza el Acuerdo de París. Sin EE.UU., segundo país entre los que más gases de efecto invernadero emiten, podría repetirse el fiasco del Protocolo de Kyoto
Más petróleo
Manifestó su voluntad de reimpulsar la producción de petróleo, en detrimento de las energías renovables, siempre más costosas
3400 millones de toneladas de emisiones de CO2
Según un estudio del Lux Research, las políticas energéticas de Trump podrían provocar un aumento de esa cantidad de emisiones de CO2 en los próximos ocho años