El genio y la fama, una relación de amor y odio
NUEVA YORK.- Eran los años 80, casi a principios de su carrera, y Steve Jobs se encontraba en Japón. En el lobby de un hotel, un grupo de chicas se le acercó a pedirle su autógrafo. "¡Wow!", pensé. "¿A cuántos directores de empresa se les acercan chicas a pedirles un autógrafo?", recordó Jay Elliot, que en ese entonces era un ejecutivo de Apple que viajaba con él.
Durante las siguientes décadas, la fama de Jobs aumentó constante y exponencialmente: apareció en unas 100 tapas de revistas y se escribieron muchos libros sobre él, aparte de una obra teatral off-Broadway, una película de HBO y hasta un episodio de la serie animada South Park .
No fue el primer CEO célebre y no será el último. Pero quizá fue el primero de los tiempos modernos en trascender del mundo de los negocios hasta convertirse en un ícono pop.
Así como parecía disfrutar de los beneficios que conlleva la fama, Jobs también entraba en conflicto con ella y protegía celosamente los más pequeños detalles de su vida privada . Y aunque se lo vio sonriendo en incontables tapas de revistas, tuvo una relación difícil con los medios.
"Steve tuvo una relación de amor y odio con su fama ", dijo Alan Deutschman, autor de The Second Coming of Steve Jobs , una biografía no autorizada. "Quería la fama sin padecer sus consecuencias." Esto, en gran parte, lo logró. "Steve era un maestro -dice Deutschman-. Nadie lo ha igualado en cuanto a su capacidad para controlar y manipular a los medios y obtener lo que quiere."
Jobs pasó virtualmente toda su carrera a la vista pública, desde que cofundó Apple, a los 21 años. Su primera tapa de revista fue cinco años después, en la revista Inc. , con el título: "Este hombre ha cambiado los negocios para siempre". Cuatro meses después, estaba en la tapa de Time , lo que en Estados Unidos es un indicio de fama no superado.
Una de las portadas que más deseó, empero, fue una que no consiguió. Finalista para la edición Hombre del Año de 1982 de Time , Jobs sucumbió ante una máquina: la computadora. Un artículo adjunto sobre él incluía descripciones de Jobs como un jefe a veces temido y revelaba que había tenido, con una ex novia, una hija, Lisa, a quien no reconoció durante años.
"Steve estaba indignado -recordó Deutschman-. Desde entonces, fue muy controlador de todo."
Eso sólo llevó a que existiera una gran curiosidad respecto de la figura de Jobs, lo que impulso aún más su fama. "El no hacía alarde de ella", dice Scott Galloway, un profesor de marketing de la escuela de Stern de la Universidad de Nueva York. "¿Acaso alguien reconoce la cara de su esposa?", ejemplifica. De hecho, Laurene Powell Jobs, con quien Steve se casó en 1991, fue rara vez fotografiada con él, y sus hijos, aún menos.
Sin embargo, Jobs también mostró desde temprano que disfrutaba de su fama. Como celebridad, tuvo fácil acceso a otros famosos. Previo a su matrimonio, se dijo que salió con Joan Baez, y, en algún momento, con Diane Keaton.
Jocelyn Noveck
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