El análisis. El gobierno abrió una caja de Pandora
SANTIAGO.- La entrada en vigor del nuevo sistema electoral de inscripción automática y voto voluntario es la reforma más revolucionaria desde el regreso a la democracia.
Impulsado por el gobierno de Michelle Bachelet y rubricado bajo la actual administración, de Sebastián Piñera, las proyecciones tendían a favorecer al oficialismo, en vista del tardío arrepentimiento de varios políticos de la Concertación.
Si bien la baja participación es propia de democracias maduras como Estados Unidos y Gran Bretaña, Chile está lejos de ser el caso. Por ello es que surgen preguntas dolorosas, como las que se hizo ayer un conocido presentador de televisión chileno: ¿cuánta abstención es tolerable?
Chile vive tiempos complejos en los cuales los niveles de confianza en los partidos políticos (4,4%), en el Congreso (7,8%) y en el gobierno (17,7%) son paupérrimos, de acuerdo con la última encuesta del Instituto de Investigación en Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales.
¿Qué significa esto? En primer lugar, que hay que tomarlo con cautela: las municipales siempre fueron elecciones de segunda en la política chilena, y su participación es históricamente baja.
En segundo término, que el país confía hoy en las personas, no en los partidos. Prueba de ello son los triunfos de figuras concertacionistas en comunas emblemáticas y que Bachelet y Laurence Golborne son las únicos políticos que superan el 50% de evaluación positiva.
El traspaso de manos de las comunas emblemáticas instala una sensación térmica relevante. En este escenario, podría producirse el mismo efecto que consolidó la opción de Piñera en su carrera por la presidencia en 2010.
Los pronósticos son cada vez más difusos. Los estudios apelaban a que la abstención se concentraría mayoritariamente en las clases bajas, base electoral de la oposición, y que la derecha sólo podía salir fortalecida de esta apuesta. El gobierno abrió una caja de Pandora que, para su desilusionante sorpresa, no tenía nada adentro. El gran perdedor, además de la derecha, esta vez parece haber sido el sistema electoral.
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