El gobierno británico, bajo fuego por la muerte del bebé de la "novia" de EI
LONDRES.- El gobierno británico era objeto hoy de fuertes críticas tras el anuncio de la muerte en Siria del bebe de Shamima Begum, a quien se le retiró la nacionalidad británica en febrero por haberse unido al grupo Estado Islámico (EI) en 2015.
Shamina Begum, de 19 años, había pedido regresar al Reino Unido con su hijo, Jarrah, que nació en febrero. El gobierno rechazó la solicitud. El ministro de Interior, Sajid Javid, había precisado en ese momento que el bebe, del que la madre no quería separarse, tenía la nacionalidad británica pero que sería "extremadamente difícil" permitir su repatriación desde Siria.
"Un niño inocente falleció porque se le retiró la nacionalidad a una británica. Es absurdo e inhumano", escribió en Twitter Diane Abbott, miembro del Partido Laborista.
"Shamima Begum: baby son dies in Syrian refugee camp" The three week old baby was British. @sajidjavid had a moral responsibility for the baby. He has behaved shamefullyhttps://t.co/reEtXRo2XE&— Diane Abbott (@HackneyAbbott) March 9, 2019
"Es moralmente condenable dejar a una joven mujer vulnerable y a un niño inocente en un campamento de refugiados, cuando se sabe que el nivel de mortalidad es elevado", escribió. "La trágica muerte del bebe de Shamima Begum, Jarrah, es una mancha en la consciencia de este gobierno".
La ONG Save The Children también criticó al gobierno, estimando que la muerte de este niño "podría haberse evitado". La organización pidió al gobierno británico que "asuma sus responsabilidades hacia sus ciudadanos presentes en el noreste de Siria".
"Todos los niños vinculados a EI son víctimas del conflicto y deben ser tratados como tales", agregó la ONG. "La peligrosa situación en la que se encuentran esos niños subraya la necesidad para los países de origen de garantizar de manera urgente la seguridad de sus ciudadanos y de repatriarlos".
Shamima Begum, originaria del este de Londres, dio a luz a su tercer hijo en un campamento de refugiados del noreste de Siria después de haber huido del último reducto de EI en Baghuz, en el este del país, en la frontera con Irak. La joven dijo que se negaba a que la separaran de su bebe para ser repatriado a Gran Bretaña.
Un vocero de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), Mustafa Bali, confirmó ayer la muerte del chico, pero no dio detalles de las causas. La BBC, que se refirió a un certificado médico, afirmó que habría muerto por una neumonía.
Begum se casó con el jihadista holandés Yago Riedijk, con quien tuvo otros dos hijos que murieron por enfermedades derivadas de la desnutrición, y fue hallada hace poco más de un mes en un campo de refugiados por el diario británico The Times.
"La muerte de todo chico es trágica, y profundamente angustiante para su familia", reaccionó un vocero del gobierno. "El ministerio de Relaciones Exteriores siempre desaconsejó ir a Siria desde abril de 2011", agregó.
Shamima Begum nunca se arrepintió de haber partido a Siria. Esta posición sorprendió a la opinión pública británica, marcada por una serie de atentados desde 2017 reivindicados por el Estado Islámico.
El caso de la mujer, que partió a Siria en 2015 junto a dos compañeras de escuela, refleja el dilema que enfrentan varios gobiernos de países europeos que deben optar entre prohibir el retorno de sus nacionales jihadistas por motivos de seguridad o permitirles que regresen y procesarlos.
Sajid Javid había tomado la decisión a mediados de febrero de despojar a la joven de su nacionalidad británica, argumentando que también era ciudadana de Bangladesh, y que por lo tanto no se convertiría en apátrida.
La familia de Shamima Begum apeló esta decisión. En un correo reclamó la ayuda del ministerio de Interior para "traer a casa" al hijo de Begum.
El bebé es un "verdadero inocente" que debe poder beneficiar del "privilegio de ser criado en seguridad en este país", decía.
Agencia AFP
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