El Mercosur tendrá una reunión de emergencia
Como un síntoma de la preocupación de la Casa Rosada ante la crisis internacional, la administración de Cristina Kirchner lanzó ayer una convocatoria política a los gobiernos de la región para concretar en los próximos días una cumbre de emergencia con el propósito de acordar posiciones y líneas de acción comunes ante la inestabilidad financiera mundial.
El encuentro se dará bajo el paraguas del denominado Consejo del Mercado Común (CMC), que integran los cancilleres y ministros de economía de los países miembros del Mercosur, y será la señal más acabada de la preocupación que predomina en esta parte del mundo ante la debacle internacional de los mercados.
El canciller Jorge Taiana fue el encargado de motorizar la organización del cónclave, que resultará, en rigor, un émulo del que hicieron anteayer los ministros de Economía europeos y que cristalizó el temor que predomina en la comunidad internacional por la imparable caída de los mercados.
Taiana comenzó ayer a tomar contacto con los países miembros del bloque regional para coordinar la fecha y el lugar del encuentro, previsto inicialmente para mediados de la semana próxima, cuando los ministros de economía de la Argentina y de Brasil regresen de Washington, convocados a participar de una reunión del G-20.
"La intención es que los ministros de economía y los cancilleres de los países del Mercosur puedan analizar la crisis y coordinar posiciones del bloque ante el panorama al que asistirá la región", dijo a LA NACION una alta fuente oficial.
No está previsto inicialmente que tengan participación los jefes de Estado, sino que la reunión estará limitada a las autoridades diplomáticas y económicas de los países del Mercosur.
La convocatoria oficial está en sintonía con la posición que comenzó a adoptar la Casa Rosada ante el impacto que podría tener la crisis en esta parte del mundo: el gobierno nacional pasó de negarla y minimizarla a admitir sus inobjetables consecuencias locales.
De hecho, ayer, por primera vez desde que comenzó la debacle, la presidenta Kirchner reconoció que la crisis tendrá secuelas económicas y sociales (de lo que se informa por separado).
Uno de los interlocutores de Taiana fue ayer su par brasileño, Celso Amorim. El diálogo fue por demás fluido, entre otras cuestiones porque, en rigor, es Brasil en su condición de presidente pro témpore del bloque el que debe convocar a la reunión extraordinaria del CMC. Pero fue la Argentina la promotora de la iniciativa.
En la reunión, la Argentina podría aprovechar para plantear su preocupación ante la devaluación del real, que amenaza con provocar una inundación de productos de ese origen en el mercado nacional.
La expectativa del gobierno de Cristina Kirchner, que estará en la agenda de la CMC, es que la región se transforme en un refugio seguro para las inversiones. Para eso, la Casa Rosada prepara un programa de repatriación de capitales, que comenzó a ser analizado por el comité de seguimiento de la crisis encabezado por el jefe de Gabinete, Sergio Massa.
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