Hipótesis de conflicto: el mundo musulmán. El peligro de un fundamentalismo de masas
Por Narciso Binayán Carmona
Si algún momento podía ser inoportuno para que dos países cristianos iniciaran un bombardeo contra un país musulmán fue el 16 de diciembre de este año, cuando los Estados Unidos y Gran Bretaña comenzaron los ataques contra Irak. No se daba el caso, como en 1991, de que un país había sido invadido -Kuwait-, sino de un ataque preventivo o de castigo.
Ocurre que en el mundo musulmán algunos pueden considerarlo como una muestra de "fundamentalismo cristiano" -una especie de Guerra Santa, como las Cruzadas- o bien una ofensa gratuita al mes de Ramadán, que comenzó poco después. A esto se suma que, entre los objetivos atacados, figuró Najaf, donde está la tumba del califa Alí, primo hermano y yerno de Mahoma.
En suma, este bombardeo abre una primera posibilidad dramática: que provoque una nueva oleada de fundamentalismo musulmán, no ya de pequeños grupos, sino de masas. No debe olvidarse que, en tanto que la cristiandad pasa por una larga crisis espiritual que cuestiona sus principios fundamentales, el islam se encuentra en pleno reconocimiento espiritual y sus valores reflorecen.
Una onda expansiva a partir de los bombardeos puede producirse o no, pero es algo que Bill Clinton y Tony Blair deberían tomar en cuenta.
Consecuencias políticas
Hay, además, consecuencias políticas altamente posibles y todas ellas, explosivas. Una puede darse en Jordania -limítrofe con Irak-, ya que la vida del rey Hussein, que padece de cáncer linfático, pende de un hilo.
Hussein se ha manejado con el mayor tino entre Occidente, Israel y el Medio Oriente. Y salvo la aparición de un estadista de su calibre -que aún no se vislumbra-, es altamente probable que, a su muerte cercana, Jordania deje de ser un factor de estabilidad y caiga en manos de algún rey afín al fundamentalismo (no tanto el príncipe heredero, su hermano, temido por considerárselo occidentalizado), o bien de un régimen revolucionario.
No puede tampoco olvidarse la compleja situación interna del mismo Irak, que, en forma asaz desafortunada, se creó sumando partes diferentes. Ya se ha planteado una eventual división en tres países: uno de árabes chiítas en el Sur, otro de árabes sunnitas en el centro y parte del Norte, y un tercero, kurdo. Este último, sunnita y ario, como Irán.
Asimismo, planteada la variable de que Irak siga con sus fronteras actuales y con otro gobierno, se barajaba la eventualidad de "una continuación de los grupos que rodean a Saddam, o de los que se distanciaron de él". La verdad es que, según los últimos análisis, la oposición reúne a kurdos chiítas y a ex hombres de Saddam, más grupos de políticos en el exilio.
Si ni siquiera han podido comenzar a ponerse de acuerdo en una estrategia común contra Saddam, no estando en el gobierno, es utópico pensar que sean capaces de manejarse en el vacío que quedaría tras la caída o muerte de un dictador que, sean cuales fueren sus defectos, controla a un país inestable con mano de hierro (con mano débil es ingobernable).
Sin embargo, la realidad es que ni Clinton ni los Estados Unidos podrían hacer mucho más por terminar directamente con Saddam Hussein, ya que si bien lo atacan mucho verbalmente, han bloqueado el país (lo que le recorta el ingreso de fondos para sus programas bélicos pero también afecta a la población) y lo han bombardeado violentamente (algo que afecta mucho al pueblo, pero que aunque ha destruido buena parte de su poder bélico a él no lo ha afectado directamente), él sigue en el poder.
Material inflamable
Cierto es que la CIA jugó con esa posibilidad, pero no fue más allá y Saddam sigue en su cargo, cada vez más firme. La verdad es que, como citó un observador periodista inglés hace 40 años, en un contexto ligeramente menor: "Por favor, tenga cuidado con lo que escribe, porque esta región es todavía políticamente inflamable, y yo mismo me inflamo con más facilidad que nadie". Era un funcionario iraquí.
El mismo periodista indicaba que "entre todas las ventajas que ofrece Medio Oriente, el dominio de Irak es en muchos aspectos la más tentadora y el modo de conseguirla puede ser muy bien la utilización de las rivalidades y antipatías que todavía debilitan su estructura".
Entre el comienzo y el fin de la redacción de esta columna se anunció la suspensión de los bombardeos. Esto podría, evidentemente, invalidar lo dicho antes respecto de lo inoportuno de la fecha elegida para comenzarlos (islámicamente hablando). Pero al haberlos parado en forma sólo condicional, las cosas quedan, básicamente, iguales.
Volviendo al periodista inglés: "Irak es un país de un solo hombre". No hablaba de Saddam, sino de Nuri Said, 14 veces primer ministro, muchas otras canciller o ministro de Defensa. Murió asesinado junto con el rey Feisal II y su tío, el 14 de julio de 1958.
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