Hace apenas 24 horas, los dirigentes de Irak irradiaban confianza.
El presidente Jalal Talabani había aparecido en una conferencia de prensa conjunta con el mandatario estadounidense George Bush, anunciando buenas noticias.
La tan esperada versión preliminar de la constitución política iraquí estaba lista.
Además, la enorme ofensiva militar en Tal Afar había sido exitosa.
Pero en poco tiempo la situación se hizo bien distinta.
Ayer fue el peor día de violencia para Bagdad desde que comenzó la guerra en Irak hace más de dos años, informa el enviado especial de la BBC, Richard Galpin.
Atentados sucesivos
Con las primeras luces de la mañana vino la peor atrocidad - un enorme coche bomba en un barrio predominantemente habitado por chiitas en el norte de la ciudad.
El objetivo era una multitud de jornaleros que se habían reunido a buscar el trabajo del día.
El bombardero suicida, aparentemente simulando ser un empleador, llamó a los obreros a su vehículo, que estaba cargado con 500 kilogramos de explosivos.
Al menos ochenta personas murieron y 160 resultaron heridas.
Un día más
Al respecto, Ahmed Chalabi, quien ejerció como vice primer ministro en el gobierno de transición, dijo a la BBC :
"Irak es el frente de batalla del terrorismo en el mundo hoy".
Agregó Chalabi: "Hay más victimas aquí hoy que en los atentados de Londres. Es sólo uno...un día en la vida de los iraquíes".
Las masacres habían comenzado antes del amanecer con un ataque sangriento a una pequeña población al norte de la capital iraquí.
Pistoleros en uniforme militar se llevaron de sus hogares a 17 hombres, los esposaron y después los fusilaron cerca de ahí.
Testigos afirman que las víctimas eran todas chiitas.
Retaliaciones
Según la policía, la venganza llegó poco después, cuando un grupo de seis musulmanes sunitas fueron ultimados a balazos en el mercado de la misma población.
La oleada de bombas y tiroteos en la capital y sus alrededores continuó durante la mañana y la tarde, dejando a sus habitantes en estado de aturdimiento.
El canal árabe de televisión por satélite Al Arabiya emitió un comunicado supuestamente proveniente del dirigente en Irak de Al-Qaeda, Abu Musab Al Zarqawi, en el que declara la guerra total contra la mayoritaria población chiita de ese país.
Anteriormente, un grupo que se hace llamar Al-Qaeda en Irak, se había atribuido los atentados a la comunidad chiita y a miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes y estadounidenses, advirtiendo que era sólo el comienzo de una nueva campaña de bombas.
Señal de desesperación
El gobierno iraquí insiste en que está en control de la situación después de los múltiples ataques.
El doctor Bashar Al Nahar, vocero del primer ministro iraquí, afirmó a la BBC:
"Creemos que es un signo de desesperación. Cuando los terroristas están arrinconados y cuando tiene lugar un ataque a gran escala contra ellos, normalmente, en una señal de pánico, intentan detonar cuantas bombas suicidas como les es posible en medio de áreas pobladas".
Agregó Al Nahar: "Previamente teníamos diez carros bomba estallando cada día, luego pasamos a una situación en la que los carros bomba se redujeron a tres y ahora no hemos tenido violencia seria en un par de semanas, nada como esto, así que creo que se trata de medidas desesperadas por personas desesperadas".
Al preguntársele por qué ninguno de los ataques había podido prevenirse, el coronel Dan Grymes, vocero principal de las fuerzas estadounidenses en Bagdad, dijo a la BBC que debía recordarse que Bagdad es una ciudad de 6 millones de personas.
Complementó Grimes: "Estos carros bomba fueron obviamente infiltrados y parecen como cualquier otro automóvil en la calle."
Grymes consideró que los ataques en Bagdad fueron una respuesta a la ofensiva de Tal Afar y al progreso en la redacción de la constitución iraquí.