El plan electoral le rinde frutos al chavismo y se queda con casi todas las alcaldías
El oficialismo conquistó 308 de los 335 gobiernos en disputa; cada vez más fragmentada, la oposición denunció fraude
CARACAS.- El recuento final del Consejo Nacional Electoral (CNE) confirmó lo que ya todo el mundo preveía: la victoria aplastante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que conquistó 308 de las 335 alcaldías en disputa, 67 más que en los comicios de 2013. "Es la mayor victoria de una fuerza política en Venezuela", se congratuló ayer el ministro Jorge Rodríguez, cerebro electoral de la revolución, que afirmó que sus candidatos alcanzaron el 71% de los 9 millones de votos, según datos del Consejo Nacional Electoral.
La irrupción del carnet de la patria como herramienta de control social y político, y la fragmentación de la oposición allanaron el camino para que el "hijo de Chávez" busque la reelección para principios del año que viene. La Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que apostó por la abstención, denunció ayer "el uso perverso del carnet de la patria para someter la voluntad del pueblo en situación de extrema necesidad".
Las acusaciones contra este mecanismo se sumaron a las de manipulación electoral, incluso contra la cifra de participación, por encima del 47%. Unas y otras no arredraron en absoluto a Nicolás Maduro , quien celebró la nueva victoria revolucionaria en la medianoche caraqueña y ante escasa asistencia, como ya es costumbre. El presidente aprovechó su propia euforia para reclamar victorias parecidas en 2018. "¡Cuando digo Maduro, digo patria, digo pueblo, digo mujer! Lo digo con humildad", remachó, pese a que el derrumbe social y económico del país no le permite sentir la misma suprema felicidad, esa que tantas veces publicita, de cara a su reelección. Sus propios analistas estiman que necesita un par de millones de votos más para estar tranquilo, de ahí las últimas amenazas contra Primero Justicia y Voluntad Popular.
"Si está tan sobrado, ¿por qué prohibir organizaciones políticas? Porque lo que no controla el poder le descoloca", apuntó el filósofo revolucionario Javier Biardeau.
El Departamento de Estado reaccionó ayer ante la posibilidad de que la Constituyente decrete que los dos partidos opositores no puedan participar en unas presidenciales a las que sus líderes, el ex gobernador Henrique Capriles y el preso político Leopoldo López, tampoco pueden presentarse al estar inhabilitados. "Es otra medida extrema para cerrar el espacio democrático en Venezuela y consolidar el poder en su dictadura autoritaria", enfatizó la vocera Heather Nauert.
"Ya amenazan con desaparecernos del mapa electoral por no participar en este fraude. ¿Quién puede creer que votaron más electores que en la fraudulenta Constituyente con la soledad que vimos ayer?", cuestionó el diputado Ángel Medina, de Primero Justicia.
En los comicios de julio, Smartmatic, empresa encargada del voto electrónico, denunció que el chavismo había rellenado las urnas con al menos un millón de votos. En octubre, además, la oposición demostró el fraude numérico en Bolívar, además de una batería de trampas y abusos en el resto del país.
"Nadie cree en ese 47%, es evidente que hicieron fiesta en las mesas que no estaban cubiertas", acusó el diputado Luis Florido, uno de los delegados opositores en Santo Domingo. Las acusaciones no fueron exclusivas de la oposición. "El silencio aplastante de los centros de votación señala la pérdida de legitimidad y confianza de los venezolanos en sus instituciones", deslizó el general retirado Miguel Rodríguez Torres, ex ministro de Interior de Maduro.
Tanto la disidencia chavista como los partidos que se deslindaron de la MUD fracasaron estrepitosamente en su competencia contra el todopoderoso oficialismo, incluido el ex prisionero político Manuel Rosales, quien se presentó a la gobernación de Zulia pese a las críticas de buena parte de la oposición. El chavismo reconquistó el estado petrolero dos meses después de destituir ilegalmente al ganador de las regionales de octubre, Juan Pablo Guanipa, quien se negó a subordinarse a la Asamblea Constituyente.
Tampoco le fue nada bien a Henri Falcón, líder de Avanzada Progresista, ex gobernador de Lara y precandidato presidencial, incapaz de conquistar ninguna alcaldía en su estado. Dos derrotas electorales tan contundentes provocarían su abandono de la carrera electoral en cualquier país, menos en Venezuela.
"Hasta que el liderazgo opositor no llegue a un consenso básico sobre la estrategia, no es factible el inicio de una transición a la democracia", resumió el politólogo John Magdaleno.
"La oposición tendrá probablemente un tiempo muy corto para reestructurarse y definir una estrategia. Pero el problema mayor no es el tiempo... Es el líder que motive, organice y reviva la esperanza", concluyó Luis Vicente León, presidente de Datanálisis.
Los número del chavismo
308 de las 335 alcaldías conquistó el chavismo
El oficialismo ganó 67 alcaldías más que en los comicios de 2013. "Es la mayor victoria de una fuerza política en Venezuela", dijo ayer el ministro Jorge Rodríguez
71% del total de votos obtuvo el oficialismo
Los resultados representaron un duro revés para la fracturada oposición venezolana, que ya venía muy debilitada de la derrota que sufrió en las elecciones regionales de octubre
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