El PMDB ya apunta los cañones a 2018
Aliado del PT, mantiene una férrea lucha de poder con el gobierno y sueña con las presidenciales
BRASILIA.- En los últimos 20 años, el partido político más grande de Brasil no presentó un solo candidato presidencial, conformándose en cambio con asociarse con el eventual ganador para conservar una cuota de poder. Al parecer, ya no será así.
El Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que para muchos brasileños es el epítome de la clase política que sólo piensa en sí misma y vive a costa del Estado, ahora está impulsando su propia agenda legislativa, mientras se prepara para competir por la presidencia en 2018.
Fuentes del PMDB dijeron que están revisando su programa político y se preparan para abandonar en las próximas elecciones su alianza de 12 años con el Partido de los Trabajadores (PT), de la presidenta Dilma Rousseff.
Partido "paraguas" que fue tolerado por la dictadura militar (1964-1985), el PMDB no tiene una ideología definida, sino en líneas generales es más pro mercado y socialmente más conservador que el PT.
Se trata de un conglomerado amorfo de caudillos regionales que suelen representar intereses contradictorios y que rara vez se encolumnaron detrás de un candidato presidencial propio. En cambio, se aliaron con quien estuviese en el poder, ya fuese el PT o el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que gobernó Brasil entre 1995 y 2002. Sin embargo, el PMDB aún es muy poderoso en Brasil. Controla ambas cámaras del Congreso y la vicepresidencia, con poder para aprobar o bloquear cualquier legislación.
El partido tiene varios ministros colocados en el gabinete de Dilma, incluidos ministerios clave, como Agricultura y Energía, y su apoyo fue decisivo para la aprobación de impopulares medidas de austeridad que Brasil tuvo que adoptar para poner sus cuentas en orden.
Los dirigentes del PMDB dicen que contrataron economistas para actualizar su plataforma y reformar a fondo su estrategia comunicacional, de modo de atraer a los votantes jóvenes en las redes sociales.
"Estamos preparando el camino para una victoria en 2018. No podemos perdernos la oportunidad de cumplir un sueño de nuestro partido desde hace 50 años: llegar a la presidencia del país", dijo ante líderes partidarios regionales el principal arquitecto del plan de renovación del PMDB, Wellington Moreira Franco.
Ex ministro del gabinete de Dilma, Moreira Franco señaló que tras más de una década en el poder el PT está en crisis, jaqueado por el estancamiento económico y el enorme escándalo de corrupción en Petrobras. "Hoy hay un gran vacío de poder", manifestó.
Convención
El PMDB celebrará su convención en septiembre próximo, cuando relanzará su plataforma antes de ponerse a prueba en las elecciones municipales de 2016.
El partido tiene fuerte presencia en las pequeñas ciudades de gran parte del país, un legado del régimen militar, cuando era el único partido opositor al que los políticos tenían permitido incorporarse. Ahora apuntan a las grandes ciudades, donde los votantes descontentos ganaron las calles para protestar contra la corrupción y la precariedad de los servicios públicos.
El PMDB también está a la caza de candidatos presidenciales fuertes.
Un solo presidente brasileño salió de sus filas, en 1985, luego del restablecimiento de la democracia, pero Tancredo Neves murió antes de asumir. Su compañero de fórmula, José Sarney, un partidario de los militares que se pasó al PMDB, fue el único presidente del partido hasta la fecha.
El titular de la Cámara baja en el Congreso, Eduardo Cunha, un cristiano evangelista de agenda conservadora, negó hasta ahora tener interés en competir en 2018.
Pero a Cunha se lo ve con aire de campaña: viaja semanalmente por todo Brasil para conversar con los líderes locales y visitar hospitales.
Otro candidato es el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, que espera ser un anfitrión de lujo de los Juegos Olímpicos del año próximo y así catapultar su imagen.
En cuanto a su alianza con el PT, el nuevo líder del PMDB en la Cámara baja, Leonardo Picciani, dijo que ya era hora de invertir los roles. "Nuestro partido aspira a tener su propio candidato en 2018", manifestó. "Si el PT quiere unírsenos con un compañero de fórmula para la vicepresidencia, son bienvenidos."
Traducción de Jaime Arrambide
Anthony Boadle y S. Cascione
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