El premio a la libertad de prensa, para un editor iraní
El premio más importante de 1998 al ejercicio de la libertad de prensa en el mundo ha sido otorgado al periodista iraní Faraj Sarkoohi.
La decisión fue anunciada ayer, en París, por la Asociación Mundial de Diarios (World Association of Newspapers, WAN). Se premia así a la más relevante figura de la prensa de Irán, el ex editor del periódico cultural Adineh.
La WAN agrupa a más de 15.000 publicaciones y editores de 90 países.
Sarkoohi fue sometido a prisión durante ocho años por el régimen del Sha, al que puso fin la revolución islámica de 1979. Pero entre 1996 y principios de 1998 volvió a estar detenido.
Se sabe que Sarkoohi sufrió vejámenes y torturas a manos de cancerberos dependientes de la teocracia dominante en Teherán desde hace casi veinte años.
La WAN había tomado la decisión de distinguir a Sarkoohi en la reunión de directorio realizada el mes último, en Beirut, pero mantuvo embargada hasta ahora la información pertinente. Se estaba a la espera de un pedido de sus miembros de autorización para ingresar en Irán a fin de que pudieran interesarse personalmente por la suerte de varios periodistas en graves dificultades.
Desde el momento en que se produjeron tales gestiones, la prensa iraní ha tenido bajas por asesinato o desapariciones sobre las cuales no hay explicación alguna. Es decir: ninguna explicación, pero sí abrumadoras sospechas de que la responsabilidad por lo que ha sucedido -y está sucediendo- recae sobre los seguidores de la línea dura encarnada por el ayatollah Ali Khamenei, la más importante figura religiosa y política de Irán.
La WAN había gestionado el frustrado ingreso de sus miembros en Irán por intermedio del ministerio de Cultura y de funcionarios próximos al presidente Mohammad Khatami, y en medio de evidentes desinteligencias entre éste y los seguidores de Khamenei.
A pesar del carácter dictatorial de su gobierno, el ayatollah Khatami ha hecho reiteradas promesas de que habrá en el futuro una mayor libertad para los disidentes de la política interna iraní.
Por ahora, Amnistía Internacional y otras organizaciones independientes que bregan por la defensa de los derechos humanos en el mundo tienen prohibido actuar en Irán.
Sarkoohi, de 51 años, ha hecho varios llamamientos públicos con el fin de terminar con la censura en su país. En noviembre de 1997 desapareció por 47 días, durante los cuales fue interrogado y torturado por autoridades iraníes.
Cuando fue liberado, en enero de este año, Sarkoohi se exilió en Alemania. Ahora está en los Estados Unidos.
En marzo, en una carta a los participantes de una conferencia sobre libertad de expresión, organizada por la WAN, dijo: "Durante los últimos cien años, nuestro pueblo ha estado golpeando las puertas de la modernidad, pero los tiranos han bloqueado la entrada. Los tiranos no pueden oir nada que no sea su propia voz. Ellos quieren que las gentes sólo sean oyentes pasivos, pues temen del diálogo creativo y de las ideas. Ellos quieren una prensa sorda y muda y por eso no dejan que haya organizaciones libres de escritores y periodistas".
Como editor iraní, Sarkoohi confesó haber aprendido a escribir entre líneas para aquéllos que habían aprendido a leerlo de manera tan restrictiva. Es ése un fenómeno clásico, sobre el cual hay sobrada experiencia entre los periodistas que han atravesado por gobiernos de fuerza de diversa calaña.
Hubo otros dos candidatos considerados para el premio de la WAN. Uno, fue Aleksei Nevinitsyn, editor en jefe del diario ruso Zolotoye Kolso, por su conducta, modelo de periodistas, en medio de un contexto caracterizado por la corrupción en los negocios públicos y la gravitación de las mafias asociadas al poder político. Y, el otro, Ihar Hermianchuk, editor en jefe de Svaboda-Naviny, de Bielorusia, un semanario clausurado por "publicar información insultante para el honor y la dignidad del presidente de la Nación", Alexander Lukashenko, un dictador lunático, según es de público conocimiento.
La elección de Sarkoohi como la Pluma de Oro de la Libertad de Prensa 1998 constituye un gran noticia para quienes se baten, donde sea, por la libertad de expresión, madre de todas las libertades.
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