La ceremonia de investidura de Evo Morales. El protocolo, centro de atención
El presidente de Bolivia rompió nuevamente con las normas que dictan lo que debe vestir un mandatario en su acto de asunción
LA PAZ (EFE).- El aimara Evo Morales rompió el protocolo y costumbres de muchos años al jurar su cargo de presidente con una chaqueta con motivos andinos, sin solapas y sin portar la tradicional corbata.
No se puso la "chompa", el suéter a rayas de alpaca boliviana que hizo famoso en medio mundo, pero sí lució una camisa blanca sin corbata -ya lo había anunciado previamente- y una chaqueta oscura abierta con bordados en los bordes confeccionada por una diseñadora local.
La imagen que presentaría el nuevo presidente boliviano en su investidura fue tema de debate en las últimas semanas debido a su estilo desenfadado, y que adquirió fama durante su reciente gira internacional, cuando su vestuario se limitó a "chompas" o jersey de lana o acrílicos.
El socialista conservó así la informal manera de vestir que lo caracteriza desde sus tiempos como líder en la lucha sindical, aunque, en esta ocasión tan especial, si bien no usó un traje tradicional sí fue sobrio en el vestir.
Tampoco siguió la tradición de jurar el cargo haciendo la señal de la cruz, sino que respondió a la pregunta que le hizo su flamante vicepresidente, Alvaro García Linera, de si aceptaba el cargo "por Dios o por la creencia o convicción que Usted profese" con el puño izquierdo en alto.
Un discurso que dio qué hablar. Evo Morales no les defraudó. Nada más iniciar su discurso de investidura, pidió un minuto de silencio por "Túpac Katari, Túpac Amaru, Bartolina Sisa, Zárate Villca, Marcelo Quiroga Santa Cruz, Andrés Ibáñez, "Che" Guevara, Luis Espinal, por los hermanos cocaleros caídos, por los hermanos caídos en la defensa de la dignidad del pueblo alteño (...)".
Un minuto de silencio interrumpido sólo por el pututu, un tradicional instrumento de cuerno de buey que emitió su peculiar lúgubre sonido mientras todos los asistentes recordaban a los que hicieron posible que este domingo un indígena ostente la banda presidencial y que 11 mandatarios y más de 60 delegaciones de todo el mundo lo aplaudieran.
Entre los más entusiastas, cómo no, el presidente venezolano, Hugo Chávez, quien en cierto modo se autonombró como su mentor y que antes de entrar en el Congreso para la ceremonia rompió el protocolo -como es habitual en él- para hablar con la prensa. "Le deseo lo mejor de corazón", aseguró mientras su "guardia de boinas rojas" lo rodeaba tratando de protegerlo de una multitud entusiasmada con el jefe de Estado de uno de los principales aliados de Bolivia.
Menos aplaudido, pero también bien recibido, el otro mandatario en romper el protocolo fue el peruano Alejandro Toledo. Por el contrario, presidentes como el chileno Ricardo Lagos se atuvieron estrictamente a un protocolo que de todos modos, teniendo en cuenta en honor de quién se hacía, tenía menos importancia de lo habitual.
Un discurso que dio qué hablar. Nada más iniciar su discurso de investidura, pidió un minuto de silencio por "Túpac Katari, Túpac Amaru, Bartolina Sisa, Zárate Villca, Marcelo Quiroga Santa Cruz, Andrés Ibáñez, "Che" Guevara, Luis Espinal, por los hermanos cocaleros caídos, por los hermanos caídos en la defensa de la dignidad del pueblo alteño (...)".
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