El protocolo que deberá respetar Trump en su encuentro con la reina Isabel
LONDRES.- En su primera visita a Gran Bretaña desde que es presidente, Donald Trump y su esposa, Melania , tienen programada, entre otras actividades, tomar el té esta tarde con la reina Isabel II en el castillo de Windsor. A pesar de la reputación de incurrir en conductas poco tradicionales, la visita del mandatario norteamericano estará guiada por un estricto protocolo.
Expresiones y saludos. La regla número uno es que la pareja presidencial no deberá tener expresiones de afecto hacia la reina, como por ejemplo besos o abrazos.
Según indicaron algunos expertos, el hecho de que la monarca de 92 años sea una de las mujeres más admiradas del mundo, y la circunstancia de encontrarse en un castillo, probablemente atenuarán los impulsos controversiales que suelen caracterizar aTrump. Tanto él como Melania deberán esperar a que la reina ofrezca su mano, y sólo entonces podrán estrecharla delicadamente y continuar la conversación.
De todas formas, ni el presidente ni la primera dama tendrán que inclinarse en gesto de reverencia hacia la reina, aclaró Hugo Vickers, autor de varios libros sobre la realeza británica. "Eso no es obligatorio para un jefe de Estado o su mujer", comentó. "Trump no deberá intentar besarla, y no me imagino ni por un momento que lo hará", agregó.
Sin fotos. Hay otras reglas del protocolo para esta visita: la pareja no le podrá dar la espalda a la reina ni se sacarle fotos. En cuanto a cómo sujetar la taza de té, ya no existe una manera "apropiada".
Vickers pronosticó que todo saldrá bien en la visita, a pesar de las numerosas controversias que rodean al mandatario republicano. Además, sostuvo que la reina probablemente tiene sus opiniones sobre Trump, pero anticipó que no las expresará, porque solo lo hace con sus familiares más cercanos.
"Su majestad". Además, Trump deberá respetar el protocolo sobre cómo dirigirse a la reina: la primera vez deberá llamarla "Su Majestad" y en adelante, "Señora". Sin embargo, es claro que a veces las reglas no se cumplen. Isabel II no pareció molestarse cuando el presidente sudafricano Nelson Mandela la llamó "Elizabeth", ni cuando Michelle Obama le sujetó el hombro brevemente.
La reina es conocida por mostrarse indiferente ante las más inesperadas circunstancias. Nunca se la ha visto enojada en público y la únicas veces en las que se la puede ver eufórica es cuando uno de sus caballos gana una carrera. Por ejemplo, ella no se inmutó cuando en 1991, debido a un desliz de planificación, se le vio apenas el sombrero cuando pronunció un discurso en Washington, acompañada del entonces presidente George H. W. Bush. Resulta que el podio había sido ajustado para el presidente y no fue modificado para ella.
Vestimenta. El encuentro será un tanto más relajado que un banquete o un almuerzo oficial, advirtió Joe Little, editor de la revista Majesty. En cuanto a la vestimenta, Trump tendrá que vestir traje y corbata, y dado que a la reina no le gusta la ropa llamativa, se espera que Melania elegirá un atuendo más bien sobrio.
Agencia AP
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