El Vaticano premió a dos académicos argentinos
Claudia Vanney y Juan Frank, de la Universidad Austral, recibieron el Premio Razón Abierta de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger por su trabajo en un libro colectivo sobre las grandes preguntas de las ciencias a la filosofía
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ROMA.- El libro "¿Determinismo o indeterminismo? Grandes preguntas de las ciencias a la filosofía", publicado por dos académicos argentinos, Claudia Vanney y Juan Frank, docentes del Instituto de Filosofía de la Universidad Austral, fue distinguido con el Premio Razón Abierta de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI.
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“Es un reconocimiento a la investigación en la Argentina”, dijo a LA NACION, sin ocultar su emoción, Vanney, que explicó que la obra premiada fue el resultado de un trabajo colaborativo entre físicos, biólogos, neurocientíficos, filósofos y teólogos de 15 universidades -muchas de la Argentina- y de otros seis países hispanohablantes. “Con Juan lo que hicimos fue coordinar el trabajo y también escribimos un capítulo”, agregó esta profesora, que también recibió el galardón de Frank, que no pudo viajar debido a otros compromisos académicos. El premio fue un pisapapeles de acrílico y un cheque de 25.000 euros.
La ceremonia de premiación tuvo lugar en el Aula Magna de la Casina Pío IV, el espectacular edificio renacentista que es sede de la Pontificia Academia de Ciencias, en el corazón de los Jardines del Vaticano. Y fue presidida por el cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo de la Cultura, que en su intervención destacó la importancia de la “poliformia” del conocimiento humano.
El padre Federico Lombardi, presidente de la Fundación Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, destacó que se trató de la primera edición del Premio Razón Abierta, galardón auspiciado también por la Universidad Francisco Vitoria de Madrid. “El Premio nació inspirado por una idea central del pensamiento de Benedicto XVI, papa emérito, que siempre insistió en la necesidad de tener una visión amplia y abierta de la razón y de su ejercicio en la búsqueda de la verdad y de la respuestas a las preguntas fundamentales sobre la humanidad y su destino”, dijo Lombardi. El ex vocero papal también destacó que, superando todas sus expectativas, para esta primera edición un jurado internacional debió elegir a los 4 ganadores del Premio -dos en el rubro investigación y dos en el de docencia-, entre 367 trabajos recibidos de 170 universidades y 30 países diferentes. Vanney y Frank se adjudicaron el Premio en el rubro investigación.
“El papa emérito, Benedicto XVI, ha sido informado de esta ceremonia y aprecia esta iniciativa. Aunque no puede participar lo podemos sentir cercano en este momento y después le haremos llegar un pensamiento afectuoso de parte nuestra”, aseguró Lombardi a los presentes en la ceremonia, entre los cuales el jurado internacional que eligió a los premiados, docentes universitarios y diplomáticos, entre los cuales Rogelio Pfirter, embajador argentino ante la Santa Sede.
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Doctora en Física por la Universidad de Buenos Aires y Doctora en Filosofía por la Universidad de Navarra, Vanney, que es directora del Instituto de Filosofía de la Universidad Austral, donde dirige varios proyectos de investigación interdisciplinares, al recibir el premio agradeció “la sabiduría y humildad” de Benedicto XVI, que es un ejemplo para todos los profesores universitarios. Y agradeció también el “impulso a construir puentes que unan y a mirar periferias” del papa Francisco. “A los académicos nos tocan las periferias de lo intelectual y también el diálogo con quienes no comparten nuestra fe”, también dijo la docente argentina, al recordar que el libro galardonado fue el resultado de un trabajo y de un esfuerzo de muchas personas de diversas disciplinas, durante varios años.
Vanney, que pudo estar presente esta mañana en la audiencia general del papa Francisco, agradeció también la oportunidad de estar allí, en la Plaza de San Pedro, donde pudo experimentar “la universalidad de la Iglesia”.
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