La amenaza de otro huracán: crece el temor en México y en Cuba. El Wilma desata un desesperado éxodo
Miles de personas intentaban salir ayer de Cancún, pero las malas condiciones meteorológicas obligaron a suspender vuelos
CANCUN.- Miles de turistas desesperados pugnaban ayer por obtener asientos en aviones para salir del Caribe mexicano, mientras las autoridades obligaban a los visitantes a cambiar hoteles de lujos por refugios y Cuba evacuaba a 200.000 personas ante el avance del huracán Wilma, un poco debilitado, pero todavía poderoso.
La tormenta, que dejó ya 13 muertos en el Caribe, era esperada en la madrugada de hoy en Cuba, Cancún y en sus islas circundantes, según los pronósticos. Luego virará hacia el Noroeste y pasado mañana llegará a Florida, donde el gobernador Jeb Bush declaró el estado de emergencia.
"La gente debe tomar este huracán muy en serio", dijo, por su parte, el vocero del presidente norteamericano George W. Bush, Scott McClellan.
Wilma, que durante un breve lapso fue la tempestad más potente de la que se tuviera noticia, seguía siendo un peligroso huracán de categoría 4 al mediodía del ayer. Con vientos de 230 kilómetros por hora, era tan poderoso como el huracán Katrina cuando se abatió sobre la costa estadounidense del Golfo de México el 29 de agosto y mató a más de 1200 personas.
El Centro Nacional de Huracanes de Miami dijo que el ojo de la tormenta se encontraba a unos 320 kilómetros al sudeste de Cancún, una ciudad de 500.000 habitantes que es la principal atracción turística de México. "Se está volviendo muy poderoso, muy amenazante", dijo el presidente Vicente Fox.
Las autoridades mexicanas dijeron que unos 42.000 turistas podrían ser desalojados de zonas costeras hacia sitios más seguros; las aerolíneas programaron vuelos adicionales desde Cancún y puntos cercanos en la Riviera Maya, además de Cozumel e Isla Mujeres. El gobernador del estado mexicano de Quintana Roo, Félix Rodríguez Canto, ordenó que nadie un toque de queda a partir de las 15 horas de ayer.
El aeropuerto de Cancún estaba atestado, con largas colas para tomar aviones o en los cajeros automáticos y las paradas de taxis. Para el mediodía de ayer ya había vuelos cancelados.
Vientos cada vez más fuertes azotaban las palmeras, y las playas de arenas blancas de Cancún desaparecían bajo olas enormes. Las autoridades conducían a los turistas a los ómnibus después de sacarlos de los hoteles de lujo de la franja situada entre el Caribe y la laguna de Nichupte.
El alcalde Antonio Alor dijo que sólo 20.000 turistas permanecían en la ciudad anteayer, unos 15.000 menos que el día anterior. Manifestó que tenía la esperanza de que pudieran haber partido en vuelos chárter, aunque añadió que, de todos modos, los refugios están preparados para recibirlos.
Sin clases
Cientos de escuelas en la península de Yucatán suspendieron las clases ayer y hoy, y muchas servían de refugio. En total, están listos 1154 refugios en Cancún, sus islas adyacentes, y otros cinco municipios de la costa, según informaron fuentes oficiales.
"Evacuamos por Rita, ayudamos con Katrina y ahora aquí tenemos que correr de nuevo. No podemos escapar de estas cosas", dijo Lowanda Cole, terapista de Houston que esperaba ser evacuada junto con sus hijos en la entrada de su hotel, en el balneario de Cancún.
"Estábamos listos en la recepción a las ocho de la mañana. Nos dijeron que el huracán llegaba, que dejáramos las valijas en el baño y que bajáramos a tomar un ómnibus", explicó Chris Welton, estudiante londinense de 23 años. El hotel en el que se hospedaba, el Perlas Barceló, fue uno de los últimos en evacuar turistas. De allí salió un grupo de 269 británicos, rumbo a una escuela del municipio de Benito Juárez, que incluye a Cancún. "Los huéspedes han cooperado; nadie se ha quejado. Ya tenemos a personal del hotel en el refugio", explicó Ramón Velarde, el recepcionista.
El miércoles por la madrugada, Wilma se convirtió en el huracán más poderoso del que se tenga conocimiento en el Atlántico. La presión de 882 milibares superó el récord de 888 del huracán Gilbert en 1988. Cuanto más baja es la presión, más fuertes son los vientos.
Wilma podría acarrear 64 centímetros de lluvia en zonas montañosas de Cuba, hasta 38 centímetros en la península de Yucatán y unos 20 centímetros en Honduras y las islas Caimán.
Cuba comenzó anteayer la evacuación de 500.000 personas, anticipándose a la llegada de Wilma, el huracán número 12 de este año, que iguala la cifra de 1969, el año récord.
Agencias AP, AFP y Reuters
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