Elecciones en EE.UU.: el terror hispano a las promesas de Donald Trump
Cómo funcionó el voto latino tras la violenta campaña del republicano contra los inmigrantes
MIAMI.- “Trump triunfa. El outsider captura la presidencia”. “Es Trump. Florida preparó el escenario para la victoria ante Clinton”. Pasaron pocas horas del terremoto político en Estados Unidos, pero las tapas de los diarios no dejan de asombrar a los millones de latinos en este país que habían apostado por la candidata demócrata. “Lo veo y todavía no lo creo”, dice el peruano Luis Huamán. “Estamos todavía en shock. Nunca pensé que este tipo pudiera ganar.”
Luego de que el magnate neoyorquino concretara su histórica victoria en las elecciones de ayer, la comunidad latina quedó presa del miedo y la incertidumbre, aterrados de que convierta en realidad sus amenazas de deportaciones y construir un muro en la frontera con México. “Empieza una pesadilla que durará años. Es increíble lo que pasó”, señala a LA NACION el cubano Sandy Reyes, de 31 años y que hace nueve llegó a Miami.
Primera minoría de Estados Unidos con unas 55,3 millones de personas (11 millones indocumentadas), seis de cada diez electores hispanos en Estados Unidos le dieron su voto a Hillary, según encuestas que estimaron la participación latina en 11% del electorado nacional.
Huamán, un limeño de 21 años, llegó a Estados Unidos a los 8 y tiene regularizada su situación migratoria. “Pero ahora con Trump temo por lo que le pueda pasar a mucha de la gente que conozco”, cuenta a LA NACION. “Todos los fines de semana juego al fútbol con amigos sudamericanos, algunos sin papeles. Ellos están aterrados con Trump”, agrega Huamán, que divide su tiempo entre los estudios universitarios y su trabajo como mozo.
Ataques
El republicano lanzó su campaña el año pasado con fuertes ataques hacia los inmigrantes indocumentados, sobre todo a los mexicanos, a los que calificó de traficantes de droga y hasta de “violadores”. Prometió que los deportaría y que obligaría a México a pagar la construcción de un muro para detener a los inmigrantes que buscan entrar al país por la frontera sur. Ese discurso incendiario, que no bajó de intensidad en toda la campaña, llevó a millones de latinos a apoyar a Hillary frente a Trump, visto como un enemigo para la comunidad.
La campaña demócrata confiaba en que el impulso de los latinos (más de 27,3 millones estaban habilitados para participar) pudiera traducirse en victorias en estados clave, como Florida, donde los analistas destacaron el aumento de la participación latina en el voto anticipado, por correo y la jornada electoral de ayer. Pero no alcanzó.
“Creo que se vienen tiempos muy oscuros para la comunidad, sobre todo para muchos de los que fuimos beneficiados con algunas medidas del gobierno de Barack Obama, que nos permitió estudiar y trabajar”, dice a LA NACION Carlos Arias, un estudiante colombiano en Miami que se vio favorecido por el programa Consideración de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), aprobado por Obama en junio de 2012. Ahora, teme que Trump elimine esa orden ejecutiva, que beneficia a quienes ingresaron al país en situación irregular antes de cumplir 16 años con un amparo temporal (con renovación cada dos años) ante las deportaciones y autorizaciones de empleo y estudio. “Se me vence dentro de seis meses. No sé si podré seguir viviendo aquí. Lo único que queda es esperar que este señor no cumpla con las cosas que dijo”, se resigna.
Según cifras oficiales, DACA benefició a más de 730.000 jóvenes indocumentados, muchos residentes en Florida, California, Texas y Nueva York. Pese a eso, el gobierno demócrata también ha tenido políticas duras: Obama impuso un récord con la expulsión de 409.000 inmigrantes en 2012, aunque en los últimos años redujo el ritmo de las deportaciones (en el año fiscal 2015 fueron repatriadas 235.000 personas).
Cómo funcionó el electorado hispano
Más allá de que la mayoría le dio la espalda, Trump tuvo el respaldo de una parte del electorado hispano. ¿Cómo se explica? “Es la pregunta del millón de dólares. Por un lado, la imagen de un hombre fuerte que promete cambiar todo para bien si tan solo confían en él y le dan más poder tuvo cierta resonancia entre los votantes hispanos, dada nuestra triste historia con el populismo en América Latina. Pero tampoco descarto el fenómeno , propio de aquellos hispanos que ya viviendo en Estados Unidos con su situación migratoria resuelta no quieren más hispanos en el país”, explicó a LA NACION Juan Carlos Hidalgo, analista del Instituto Cato, un centro de estudios libertario con sede en Washington.
“Hay mucho hispano que vino a Estados Unidos huyendo no solo de la pobreza y la falta de oportunidades, sino también de los mismos hispanos. Y por eso apoyaron a un candidato que promete deportar a los 11 millones de inmigrantes indocumentados. El hispano puede ser muy hostil hacia sus pares”, agregó Hidalgo.
Manuel Lamas, un cubano de 78 años que se fue de la isla en 1964, fue uno de los que ayer respetó el tradicional voto cubano por el Partido Republicano. “Hay que terminar con la dinastía Clinton. Son décadas que lleva en el poder. Por eso voté a Trump”, dijo. A él se sumó Jorge Caminos, otro cubano que lleva 25 años en Miami y que se inclinó por el empresario. “En Estados Unidos necesitamos liderazgos fuertes, y Trump lo tiene”, justificó
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