En la oficina presidencial, bromas y críticas a Bachelet
SANTIAGO.– La entrevista con el presidente Piñera en el Palacio de La Moneda comenzó de una manera muy peculiar. El hiperactivo mandatario pidió cinco minutos para revisar el temario de los asuntos por tratar, que había pedido con antelación. Antes ordenó su escritorio, en el que se apretujaban no pocas carpetas de asuntos de gobierno.
Concentrado, con una birome de tinta negra, con la que escribe sus apuntes, y otra roja, con la que subraya puntos que quiere destacar, ayudado con una regla, Piñera repasó la lista. En la muñeca derecha, relucía su reloj ToyWatch rojo furioso, ya famoso por la gran cantidad de fotografías tomadas durante la campaña electoral.
Al cabo de cinco minutos en absoluto silencio, aún con la mirada en el temario, señaló: "Política nacional, regional e internacional... ¿qué falta? ¿política extraterrestre?".
Así, con un tono jovial se inició la charla, en la que se lo vio cómodo, más aún cuando se movió en terrenos donde pisa fuerte y se muestra confiado, especialmente con la labor que ha emprendido su gobierno para superar los efectos del trágico sismo del 27 de febrero, asunto que sin dudas lo desvela. Sólo permitió el ingreso del fotógrafo al final de la entrevista, porque su presencia le resta poder de concentración a la hora de tratar los temas, a los que busca dedicarles la mayor atención.
La entrevista se realizó dos días después de una encuesta de Adimark que diera una pequeña baja en la popularidad de su gobierno. "Usted sabe que entender la opinión pública es casi tan difícil como entender a las mujeres. Por eso aquello de que hay que quererlas, pero no tratar de entenderlas", respondió, para señalar que "los que apoyan al gobierno superan en un 50% a los que se oponen".
Pero reconoció que la luna de miel que gozan los presidentes recién asumidos cada vez es más corta, y que, 60 días después del sismo, "la gente empieza a exigir resultados".
También se refirió a la gestión de su antecesora Michelle Bachelet, a la que elogió, pero también criticó, a pesar de aclarar que su gobierno no quiere quedar atrapado en el papel de "enjuiciador" del pasado, sino en ser "constructor" del futuro.
A Bachelet le reconoció logros muy grandes, "particularmente en fortalecer la red de protección social, desde la cuna hasta la tumba". Pero le señaló "deficiencias y vacíos muy importantes: Chile perdió dinamismo, capacidad de crecimiento y de creación de empleos", además de no avanzar "en la lucha contra la delincuencia y la droga, al igual que en otras áreas, como educación y salud. Y, lo más importante, "las finanzas fiscales no estaban tan sólidas".
"Nos encontramos el 11 de marzo con una situación de déficit, no sólo corriente, sino también estructural."
No eludió Piñera responder sobre un tema urticante, el conflicto de intereses por LAN y otras empresas suyas. “Uno debe actuar de acuerdo con la ley, de acuerdo con la ética y los principios. Yo estoy cumpliendo 100% con la legislación chilena porque no existe una ley que me obligue a desprenderme de esos activos. Sin embargo, durante la campaña, libre y voluntariamente me comprometí a una serie de acciones. He cumplido todos mis compromisos. Ahora sé que la oposición va a criticar siempre. Eso está en su ADN.”
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