Entre el temor y las dudas, Ciudad de México se vacía
CIUDAD DE MEXICO.- Las escuelas y los museos están cerrados. Los restaurantes y los bares, prácticamente vacíos. Y los principales partidos de fútbol se disputan ahora a puerta cerrada.
En esta capital de 20 millones de personas, una de las más superpobladas del mundo, los mexicanos han reaccionado con fatalismo y confusión ante la idea de que la ciudad pueda ser el centro de una epidemia global de una nueva variante de gripe, y, desde hace tres días, cientos de miles de personas se refugian en sus casas.
El cambio de rutina llegó a tal extremo que ayer, por primera vez en ocho décadas, la Iglesia Católica decidió cancelar las misas dominicales en toda la ciudad, con el fin de evitar más contagios de gripe porcina.
"[El cardenal Norberto Rivera, arzobispo primado de México], profundamente, preocupado y entristecido por las víctimas [...] ha tomado la grave decisión de pedir a todos los sacerdotes, con carácter de obligatorio, la suspensión de la celebración eucarística de este tercer domingo de Pascua de Resurrección", indicó la Iglesia en un comunicado.
"La cancelación de misas se dispuso por el bien de las personas, que no sólo concierne a su salud espiritual, sino también a su integridad corporal", agregó.
Ante la inusual medida, la única misa que se celebró ayer en la capital mexicana fue la que ofreció el propio cardenal Rivera en la Catedral Metropolitana, del centro histórico. Pero ésta se realizó a puertas cerradas, y los fieles sólo pudieron seguirla a través de la radio o la televisión.
Lo mismo ocurrió con los dos partidos de fútbol de primera división que se disputaron ayer (el de Pumas, de la UNAM, contra Chivas de Guadalajara, y América contra Tecos): por disposición del gobierno, ambos se realizaron en estadios vacíos, para prevenir la propagación de la enfermedad, que ya se ha cobrado decenas de víctimas mortales en la ciudad.
Medidas preventivas
Ante el temor al contagio, el gobierno también suspendió las clases en escuelas y guarderías hasta el 6 de mayo. Además, ordenó el cierre de los zoológicos del Bosque de Chapultepec y de Aragón, y canceló todo tipo de espectáculos masivos.
Las autoridades impartieron una serie de recomendaciones a la población, entre ellas evitar el saludo de beso o mano; no acudir a cines, teatros ni espacios públicos; usar barbijo; lavarse las manos con frecuencia y estornudar en el ángulo del codo. Todas estas medidas de prevención han convertido a Ciudad de México, por lo general repleta de actividades culturales, deportivas y religiosas, en una capital semiparalizada y semivacía, en la que quienes se aventuran en sus calles lo hacen con los rostros cubiertos con barbijos y por el menor tiempo posible.
"Hay que evitar salir. Si no tienes que hacer algo, es mejor no salir. Además, hay muchos lugares cerrados", dice Isabel Belman, un ama de casa de 23 años y madre de un hijo de tres.
A pocos metros de ella, en el céntrico Parque México, donde los militares regalan barbijos a los que circulan por la zona, Soledad Rojas y su hija de 12 años intentan vivir el soleado domingo como cualquier otro, aunque reconocen estar "nerviosas y preocupadas".
"No podemos quedarnos encerrados en casa. Los domingos son los únicos días que tenemos para estar juntas porque yo trabajo de lunes a sábado, y la verdad es que creí que todos pensarían lo mismo. Pero no: el parque está vacío, en comparación con otros domingos", dice sorprendida Rojas, mientras revisa con la mirada todo el parque.
La lista de cosas que esta joven madre ha tenido que dejar de hacer por la epidemia es extensa. "El sábado por la noche no pude salir a tomar algo con mis amigas, porque el gobierno capitalino ordenó el cierre de bares y discotecas; el domingo por la mañana no pudimos ir a misa, también por una disposición oficial, y la niña no irá a clases no sé por cuánto tiempo", se lamenta Rojas.
Y, para concluir, agrega: "Sólo le pido a Dios que esta epidemia pueda ser controlada a tiempo, antes de que las cosas empeoren aún más".
Las claves
- Síntomas. Fiebre repentina de más de 38 grados, tos intensa, fuertes dolores de cabeza y de articulaciones, falta de apetito, congestionamiento nasal y malestar general.
- Diagnóstico. Se realiza a través de un "examen clínico detallado", que incluye estudios de secreciones de nariz y laringe durante las primeras 24-72 horas y de sangre para identificar anticuerpos.
- Tratamiento. En los casos confirmados, se suministran antivirales oseltamivir y zanamivir, pero sólo bajo estricta supervisión, ya que son fórmulas de "uso delicado".
- Medidas preventivas. Usar barbijos. No saludar ni con beso ni dar la mano. No compartir alimentos, cubiertos ni vasos. Ventilar las casas y oficinas, permitir la entrada de luz solar, mantener limpias las mesadas de cocina y baño y los artículos de uso común, como teléfonos.