Escocia, ante una votación fundamental para toda Europa
Decidirá si se independiza de Londres; podría abrir la puerta a otros reclamos
EDIMBURGO.- Alyssa McCall deberá madrugar hoy para cumplir su papel secundario en el día más importante en la historia británica contemporánea. Le asignaron un recorrido de cinco manzanas en su barrio al este de la capital escocesa para repartir panfletos independentistas y pegar afiches antes de que abran los centros de votación.
"En realidad es una noche en la que nadie va a dormir. Nos jugamos cómo va a ser el resto de nuestras vidas", dice esta estudiante de medicina, activista full time de la campaña por el sí desde hace dos semanas.
Todo lo que suene a lugar común esta vez puede ser verdad. El ambiente eléctrico que se vivía ayer en cada esquina reflejaba la magnitud de la decisión impredecible que tomarán hoy 4 millones de personas. El fin del Reino Unido, el germen de una crisis separatista en Europa, un sacudón en el mapa geopolítico global.
Todo esto está en juego en el referéndum que definirá si Escocia se convierte o no en un Estado independiente a partir de 2016. Pero a los locales los mata la ansiedad pensando en cosas cotidianas: ¿qué pasará con sus ahorros? ¿Cómo cambiará la salud pública? ¿Qué moneda usarán? ¿Habrá realmente más puestos de trabajo? ¿Vivirán en el paraíso de bienestar que ofrece el gobierno separatista o les espera el caos que vaticina Londres?
Miles de militantes del sí y del no recorrían ayer las calles de las ciudades y pueblos escoceses en busca de imponer sus argumentos. Hoy la batalla seguirá desde el amanecer. No hay manera de relajarse y nada prohíbe hacer proselitismo hasta en la cola para votar.
Las cuatro encuestas del último día ratifican que la paridad es casi total, con una levísima ventaja para el no, pero con el sí en ascenso y un número todavía considerable de indecisos que anula cualquier predicción seria. Para aumentar la ansiedad, las autoridades encargadas del recuento advirtieron que la difusión del resultado podría demorarse hasta mañana. El 97% del padrón se inscribió para votar, algo sin precedente, y se espera que colapsen muchos centros electorales.
"Es nuestro momento, nuestra oportunidad, nuestra decisión de poner en manos de los escoceses el futuro de Escocia", arengó anoche en Perth el líder independentista y jefe del gobierno regional, Alex Salmond. Un teatro atestado de simpatizantes le respondía con gritos que recordaban la primera campaña triunfal de Barack Obama: "Yes, we can! Yes, we can!".
Los partidarios de mantener la unión dejaron la última carta política en manos del ex premier laborista Gordon Brown, escocés y dueño de un discurso apasionado capaz de competir en intensidad con el de Salmond.
"Nos están ofreciendo una trampa económica de la que no podremos escapar. Nos quieren convencer de que vamos a estar mejor si rompemos nuestra historia común. Por favor, digámosles «No, gracias»."
Monitoreo
El primer ministro británico, David Cameron, monitoreó desde Londres el final de la campaña en la que muchos creen que se juega el puesto. "Mi nombre no está en la boleta. Mi futuro será decidido en las elecciones generales británicas que llegarán pronto, en 2015", se atajó en un diálogo con la BBC en el que admitió estar "nervioso" por lo que pueda pasar hoy en el norte del país.
Esos nervios, cercanos al pánico, lo sacudieron hace 10 días cuando se conoció la primera encuesta que mostraba la posibilidad de un triunfo del separatismo, después de meses de cómoda ventaja del no.
Cameron, líder del Partido Conservador; su aliado liberal-demócrata Nick Clegg, y el jefe del laborismo, Ed Miliband, prometieron juntos aumentar el autogobierno del que goza Escocia desde 1999 y brindarle una serie de ventajas presupuestarias si sus ciudadanos optan por mantenerse dentro del Reino Unido.
Los independentistas rechazan la oferta, que consideraron un "insulto" a estas alturas de la carrera electoral. Apuestan a convencer a los votantes de que un triunfo del sí romperá para siempre con el dominio de los conservadores de Londres en Escocia. El partido que lidera Cameron cosecha cifras míseras de votos entre los escoceses, pero eso no les impide alcanzar la mayoría en Westminster. Escocia representa el 8% del padrón británico y tiene un peso limitado a la hora de marcar el rumbo político del reino.
Los defensores de la independencia enfatizan que el cambio que proponen no responde a una cuestión de identidad cultural o de orgullo nacionalista, sino que implica alejarse del modelo económico liberal y privatizador que promueve el gobierno de la unión. Sostienen que Escocia podría ser un país pequeño pero próspero, al estilo de Noruega, impulsado por sus riquezas petroleras, su sistema financiero y sus industrias de tecnología de avanzada.
Pero la campaña termina sin que se haya aclarado cómo serán Escocia y el Reino Unido el día siguiente a una eventual ruptura. Salmond promete que seguirá circulando la libra esterlina, pero el Banco de Inglaterra -que emite y respalda la moneda- advirtió que eso es imposible. Los grandes bancos amenazaron con mudarse a Inglaterra para escapar de un probable estallido financiero.
También es un misterio si se levantarán o no puestos policiales en la frontera o qué pasará con las armas nucleares que Gran Bretaña tiene en aguas del Mar del Norte.
Un triunfo del sí dentro de unas pocas horas obligaría a negociar un divorcio de proporciones bíblicas entre dos naciones que decidieron hace 307 años dejar de matarse y construir una potencia capaz de dominar el mundo.
La votación y sus resultados
La definición del referéndum escocés se anunciará cuando se complete el recuento, mañana
La consulta
En la boleta se preguntará: "¿Debería Escocia ser un país independiente?" Los votantes deberán marcar la casilla del sí o del no con una x. Las urnas estarán habilitadas de 7 a 22. Casi 800.000 personas pidieron el voto por correo. El 97% de los casi 4,4 millones de personas habilitadas para votar se registró para hacerlo, por lo que se prevé una alta participación.
Los resultados
Serán anunciados formalmente cuando se haya completado el recuento de las 32 circunscripciones locales. Cada bando sólo necesita 50% más un voto para ganar, de forma que el resultado podría conocerse antes de que se hayan recontado todas las papeletas. El escrutinio definitivo se conocerá "alrededor de la hora del desayuno" de mañana.
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