Esperanza para una región desencantada
NUEVA YORK.- El voto del Congreso que le dio al presidente Bush autoridad para negociar tratados de libre comercio por la "vía rápida" le dará a la mayoría de los países latinoamericanos algo que necesitaban desesperadamente: una esperanza.
Ya era hora. El proyecto de ley, que la Cámara de Representantes aprobó la semana última por apenas un voto y que se espera será aprobado por un margen más amplio en el Senado, es el primer rayo de luz para América latina desde que, en 1994, Estados Unidos se comprometió a crear un área hemisférica de libre comercio.
Tras la euforia inicial luego de que el entonces presidente Bill Clinton y 33 otros jefes de Estado acordaron la creación del Area de Libre Comercio de las Américas en la Cumbre Hemisférica, el sueño comenzó a disiparse debido a un clima cada vez más proteccionista en el Congreso de Washington.
Aunque la ola proteccionista continúa -en la misma semana en que se aprobó la "vía rápida" Estados Unidos elevó nuevas barreras a productos textiles del Caribe y a las importaciones de acero de Brasil y México-, el voto de la Cámara baja fue importantísimo. La "vía rápida" le permitirá a Bush presentar al Congreso nuevos acuerdos comerciales que los legisladores podrán aprobar o rechazar, pero no enmendar, lo que facilitará enormemente su aceptación.
Una vez que el Senado convierta la "vía rápida" en ley, Bush probablemente firme el primer acuerdo de libre comercio con Chile, y quizás utilice ese tratado como modelo para los demás países de la región.
"Este voto les dará un nuevo empujón a las relaciones de Estados Unidos con América latina", me comentó Susan Kaufman Purcell, directiva de la Americas Society, una organización que aglutina compañías multinacionales. "Hasta ahora existía la percepción en muchos países de que Estados Unidos se había olvidado de la región."
Efectivamente, varios presidentes latinoamericanos que entrevisté en los últimos meses me señalaron que mientras sus países han hecho grandes sacrificios para abrir sus economías y adaptarse a un área de libre comercio hemisférica, Estados Unidos no estaba cumpliendo con su parte del acuerdo.
Casi todos los participantes de una conferencia de la Americas Society sobre el futuro de la región que se realizó en Nueva York el viernes último coincidieron en que si Bush negocia un tratado de libre comercio y logra que el Congreso norteamericano lo apruebe, el acceso al mercado más grande del mundo beneficiará enormemente a los exportadores latinoamericanos.
Salvo México, que ya tiene un acuerdo de libre comercio con Washington, la mayoría de los demás países debe pagar tarifas aduaneras para muchas de sus exportaciones. Pero las negociaciones de libre comercio que se acelerarán en los próximos meses no serán fáciles. Mientras Estados Unidos quiere abrir los mercados latinoamericanos para sus exportaciones de servicios y alta tecnología, los países latinoamericanos exigen que Estados Unidos levante sus barreras no arancelarias y elimine su protección al sector agrícola.
"Si Estados Unidos cree que el libre comercio excluye los productos agrícolas, no habrá un acuerdo de libre comercio´´, señaló Emilio Cárdenas, ex embajador argentino ante las Naciones Unidas, en la conferencia.
Complicaciones
Hay otras posibles complicaciones. Por ejemplo, los grupos "globafóbicos" de Estados Unidos sufrieron una gran derrota la semana pasada, pero intentarán recobrar su influencia durante la campaña para las elecciones legislativas de 2002. Es probable que condicionen el apoyo a candidatos demócratas a que éstos se opongan a nuevos tratados de libre comercio.
Además, el hecho de que la "vía rápida" fue aprobada por un solo voto en la Cámara baja, y que tan sólo 21 legisladores demócratas apoyaron a los 194 congresistas republicanos, no es un buen augurio. Si el voto hubiera sido más bipartidista, el clima sería más favorable a la aprobación de futuros acuerdos.
De todos modos, coincido con Ron Scheman, el director de la Agencia para la Cooperación y Desarrollo de la Organización de Estados Americanos (OEA), quien señaló en la conferencia que "no importa que el proyecto de ley haya sido aprobado por un voto. Una vez que se convierta en ley, las cosas comenzarán a moverse".
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