Evitar ataques y afianzar la paz, urgentes desafíos de Olmert
El premier interino enfrenta una variedad de problemas
JERUSALEN.- Mientras Ariel Sharon lucha por su vida en el hospital Hadassah Ein Karem de Jerusalén, el vicepremier israelí, Ehud Olmert, en ejercicio de las funciones de primer ministro interino, se reunió con Shimon Peres para elaborar la política de Israel en el futuro próximo.
"Una lucha sin pausa contra el terrorismo, así como un continuado esfuerzo en dirección del proceso de paz" seguirán siendo los polos principales de la política israelí, sintetizó Peres al término de la reunión.
Olmert y Shimon Peres tienen intención de reunirse nuevamente la próxima semana para seguir debatiendo el curso de la política israelí.
El premier interino, por su parte, aseguró que Peres es un importante miembro de Kadima, incluso en la era post-Sharon. Las declaraciones son, según algunos analistas, un intento de evitar un regreso del histórico líder al Partido Laborista, lo que haría peligrar toda la estructura de la nueva lista centrista creada por Sharon.
El diario Haaretz escribió ayer que, dado que los poderes de Olmert le permiten nombrar ministros, se esperaba que el premier interino ofreciera a Peres un ministerio para asegurar su permanencia en Kadima.
Sin duda, Olmert no tendrá respiro a la hora de definir los próximos pasos del tablero israelí. En primer lugar, están las alarmas de los servicios de seguridad: según informes de inteligencia, los palestinos amenazan con realizar atentados mientras el interés de Israel está concentrado en Sharon.
A la vez, los militantes libaneses de Hezbollah amenazan con ataques contra Galilea, de modo que -según la prensa local- se elevó el estado de alerta. En tanto, siguen los lanzamientos esporádicos de misiles Qassam desde Gaza hacia territorio israelí.
Además, el estado de anarquía armada en los territorios palestinos cuando faltan 18 días para las elecciones legislativas representa un motivo de preocupación para Israel.
Olmert, en particular, deberá decidir de inmediato si permite o no a los palestinos de Jerusalén Este participar de la votación. Sin embargo, estará aprisionado entre diversas exigencias: Estados Unidos presiona a Israel para que las elecciones se realicen en la fecha establecida, al igual que Hamas, que espera un triunfo, mientras que Al-Fatah preferiría una postergación.
Se trata de un verdadero terreno minado, donde cualquier decisión que tome Olmert corre el riesgo de ser equivocada. En este campo probablemente le resulte oportuna la experiencia diplomática de Peres, dijeron analistas.
En tanto, en el paso de Rafah, entre Gaza y Egipto, reina una buena dosis de anarquía. Peor aún, los servicios de seguridad israelíes tienen información sobre una importante reanudación del contrabando de armas y el paso a ambos lados del límite de milicianos.
Los problemas sobre la mesa incluyen el intento iraní de equiparse con potencial nuclear, un tema en el que Olmert tampoco podrá descuidarse.
Finalmente, Olmert deberá dedicar su atención a las elecciones israelíes del 28 de marzo, en particular para definir la estructura de comando del partido centrista Kadima, aún en fase de organización.