Las revueltas árabes. Exodo de Siria por la ofensiva de Al-Assad
El ejército bombardeó dos bastiones rebeldes
DAMASCO.- Después de la reconquista a sangre y fuego del bastión rebelde de Homs, las tropas sirias pusieron ayer la mira en la ciudad de Qusayr, a pocos kilómetros de la frontera con el Líbano, donde lanzaron un bombardeo que provocó la huida de miles de pobladores rumbo al país vecino.
Según fuentes del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur), unas 2000 personas abandonaron la zona y se refugiaron en el Líbano. "Estimamos que la cantidad de refugiados va a aumentar", dijo un funcionario del organismo internacional.
Las explosiones, causadas por disparos de tanques de las fuerzas leales al presidente Bashar al-Assad, se sintieron a varios kilómetros de distancia.
Las fuerzas sirias también bombardearon posiciones de los rebeldes en la ciudad de Rastán, unos 20 kilómetros al norte de Homs, dijo el director del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, con base en Londres, Rami Abdel Rahman.
Fuentes de la oposición hablaron de numerosos muertos en Rastán, entre ellos seis miembros de una misma familia reunidos en un edificio que fue golpeado de lleno por un proyectil de artillería.
Tras la larga batalla de Homs, los rebeldes temen que el ejército centre su ofensiva en Rastán y Qusayr, ambas controladas por la oposición. Situada en la autopista que une la capital con el norte del país, Rastán fue declarada "ciudad libre" por los opositores a principios de febrero.
"Se trata de dos ciudades con la mayor concentración de rebeldes en el centro de Siria, y se espera que sea la próxima etapa del ataque del régimen contra los desertores", afirmó Abdel Rahman.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) comenzó a distribuir ayuda en la aldea de Abel, a tres kilómetros de Homs, e intenta asistir a los evacuados de Qusayr, según informó la misma CICR, que sigue sin lograr entrar en el barrio de Bab Amro, el más golpeado por la ofensiva del ejército, ya que fue allí donde los rebeldes presentaron mayor resistencia.
La ciudad vive una crisis humanitaria luego del prolongado asedio que permitió la reconquista: faltan alimentos, combustible y remedios, con el agravante de las bajas temperaturas.
Los rebeldes abandonaron sus posiciones el jueves pasado luego de resistir durante casi un mes de bombardeos constantes con la intención de aplastar el levantamiento.
Agencias ANSA, AFP y Reuters
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