Expectativa en EE.UU. por el importante discurso anual de Barack Obama
El presidente estadounidense expone su discurso sobre el Estado de la Unión en un Congreso con más opositores que partidarios
WASHINGTON (AFP).- El mandatario estadounidense, Barack Obama, enfrenta un Congreso reticente al presentar esta noche medidas para estimular la recuperación económica y reducir las desigualdades, en su discurso anual del Estado de la Unión.
Obama, que llegó al Capitolio a las 21 (23 hora argentina), también retoma uno de los ejes de su campaña de reelección: el apoyo a la clase media.
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, aseguró ayer que el presidente sigue teniendo "objetivos muy ambiciosos", a pesar de que en 2013 afrontó varios reveses legislativos, desde el control de las armas de fuego a la extensión de los subsidios por desempleo.
El fallido lanzamiento de unos de los aspectos centrales de la reforma de salud -el de seguros médicos- tuvo un nefasto efecto en el nivel de confianza de los estadounidenses en Obama.
Un sondeo del diario The Wall Street Journal publicado hoy afirma que el 33% de los ciudadanos es pesimista y está preocupado, en tanto el 26% se expresó dudoso sobre lo que sucederá de aquí a enero de 2017, cuando termina el mandato de Obama, ante el deterioro de los datos desde hace un año.
A pesar de todo, Carney reiteró que el mandatario es "optimista" y está hasta "entusiasmado" a la hora de afrontar 2014, un "año de acción" según calificó la Casa Blanca.
Desde el inicio de 2011, Obama debe lidiar con una Cámara de Representantes dominada por los republicanos, que bloquea la mayoría de sus reformas, sobre todo las fiscales. En el Senado las cosas han ido mejor gracias a la mayoría demócrata, donde en junio del año pasado se aprobó una reforma de la ley de la inmigración, una de las promesas electorales del presidente.
Los diferentes puntos de vista de ambos partidos sobre los ingresos y los gastos provocaron en octubre una paralización del gobierno federal durante dos semanas. Los congresistas han logrado alcanzar un acuerdo a mediano plazo sobre el presupuesto, pero el debate sobre el aumento del techo legal de la deuda amenaza con desencadenar la enésima batalla.
La situación se complica además porque un gran número de congresistas quiere preservar su futuro ante las elecciones de noviembre, en las que se renovarán la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.
DECRETOS ANTE LOS ESCOLLOS
En 2012, durante la campaña presidencial y refiriéndose a los republicanos, Obama ya proclamó que "no podemos esperar" a que el Congreso actúe. Sus colaboradores han advertido que "ejercerá su autoridad" firmando decretos.
El fallido lanzamiento de unos de los aspectos centrales de la reforma de salud -el de seguros médicos- tuvo un nefasto efecto en el nivel de confianza de los estadounidenses en Obama.
Un sondeo del diario The Wall Street Journal publicado hoy afirma que el 33% de los ciudadanos es pesimista y está preocupado, en tanto el 26% se expresó dudoso sobre lo que sucederá de aquí a enero de 2017, cuando termina el mandato de Obama, ante el deterioro de los datos desde hace un año.
A pesar de todo, Carney reiteró que el mandatario es "optimista" y está hasta "entusiasmado" a la hora de afrontar 2014, un "año de acción" según calificó la Casa Blanca.
Desde el inicio de 2011, Obama debe lidiar con una Cámara de Representantes dominada por los republicanos, que bloquea la mayoría de sus reformas, sobre todo las fiscales. En el Senado las cosas han ido mejor gracias a la mayoría demócrata, donde en junio del año pasado se aprobó una reforma de la ley de la inmigración, una de las promesas electorales del presidente.
Los diferentes puntos de vista de ambos partidos sobre los ingresos y los gastos provocaron en octubre una paralización del gobierno federal durante dos semanas. Los congresistas han logrado alcanzar un acuerdo a mediano plazo sobre el presupuesto, pero el debate sobre el aumento del techo legal de la deuda amenaza con desencadenar la enésima batalla.
La situación se complica además porque un gran número de congresistas quiere preservar su futuro ante las elecciones de noviembre, en las que se renovarán la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.
Decretos ante los escollos
En 2012, durante la campaña presidencial y refiriéndose a los republicanos, Obama ya proclamó que "no podemos esperar" a que el Congreso actúe. Sus colaboradores han advertido que "ejercerá su autoridad" firmando decretos.
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Primera decisión: el presidente anunciará que los nuevos trabajadores contratados por el Estado federal pasarán a cobrar un salario mínimo de 10,10 dólares la hora, frente a los 7,25 de ahora, informó la Casa Blanca.
El Congreso ya está preparando un proyecto de ley para aumentar el salario mínimo, pero su aprobación es dudosa por la hostilidad de los republicanos. Esta medida afectaría a unos 17 millones de personas, mientras que por decreto de Obama solo beneficiaría a varios centenares de miles de trabajadores, apuntó el martes The New York Times.
Estos datos muestran el alcance de las medidas administrativas en un país donde la Constitución define un delicado equilibrio de poderes. La Cámara de Representantes, por ejemplo, es la única que puede autorizar nuevos gastos.
"Un nuevo discurso lleno de políticas recicladas y eslóganes viejos no ayudará a la clase media", manifestó el martes la oficina del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, quien pidió a Obama apoyar los proyectos de su partido sobre energía o formación profesional.
"Cuando aumentamos el precio de algo, con la misma cantidad de dinero tenemos menos. Y sabemos, que en el pasado, el aumento de salarios mínimos costó el empleo a centenares de miles de estadounidenses de bajos ingresos", dijo Bohener en una conferencia de prensa.
Discurso especial
Obama pronunciará su discurso, punto álgido del año político, ante 435 representantes, 100 senadores, secretarios del gobierno, jueces de la Corte Suprema y jefes del ejército, de acuerdo a la Constitución.
La primera dama Michelle Obama ha invitado para que sigan el discurso junto a ella a supervivientes del atentado contra el maratón de Boston, a Jason Collins -primer jugador de la NBA que ha reconocido públicamente ser homosexual- y a la nueva directora general de General Motors, Marry Barra.
Por su parte, los legisladores demócratas invitaron a dos familiares de Kenneth Bae, un estadounidense de origen coreano de 44 años, condenado por Pyongyang a 15 años de prisión por haber intentado "derrocar" al régimen. El presidente iniciará mañana una gira de dos días por Maryland, Pensilvania, Wisconsin y Tennessee para seguir defendiendo los temas de su discurso.
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