Fidel Castro quiere volver a reunirse con Juan Pablo II
El Vaticano expresó su satisfacción por la reinstauración de la Navidad en Cuba
CIUDAD DEL VATICANO.- Mientras el presidente cubano Fidel Castro señalaba ayer que le gustaría volver a reunirse con el papa Juan Pablo II, el Vaticano hizo pública su satisfacción ante la propuesta del Partido Comunista Cubano de restablecer en forma permanente el 25 de diciembre como día feriado y aseguró que el gesto no pasará inadvertido.
"Este anuncio, que responde a un deseo preciso del pueblo y de la Iglesia Católica en Cuba, fue recibido con mucha satisfacción en la Santa Sede", revela en un comunicado el vocero del Vaticano, Joaquín Navarro-Valls.
"No creo que pasará inadvertido en la comunidad internacional", agregó, sin dar más detalles.
En tanto, el presidente cubano, Fidel Castro, admitió ayer que le gustaría tener otro contacto personal con el papa Juan Pablo II.
"He oído rumores acerca de que el Papa iría a México, luego a los Estados Unidos y al regresar podría pasar por Cuba", dijo Fidel Castro. "Me gustaría mucho, sin duda, verlo nuevamente", añadió. Acerca del restablecimiento del festejo de la Navidad, el mandatario reveló que se trató de "una decisión muy meditada, consultada con todas las iglesias en Cuba y tomando en consideración también algunas opiniones del exterior".
El Partido Comunista, que encabeza Fidel Castro, permitió en 1997 la celebración de la Navidad como un gesto excepcional antes de la histórica visita a Cuba del Papa, Juan Pablo II, en enero.
El Partido Comunista Cubano decidió anteayer proponer al Consejo de Estado que a partir de este año cada 25 de diciembre sea considerado feriado "para cristianos y no cristianos, creyentes y no creyentes".
Castro es el jefe tanto del partido como del Consejo de Estado.
Cuba eliminó las festividades tradicionales de Navidad en 1969, como parte de un esfuerzo encaminado a imponer ese año un récord de 10 millones de toneladas en la zafra azucarera.
Fuerte presión social
La decisión de suspender el feriado del 25 de diciembre en 1969 pretendía facilitar la movilización de cientos de miles de trabajadores azucareros y "no estuvo inspirada en sentimiento antirreligioso alguno", agregó un comunicado de la organización. Sin embargo, desde entonces el festejo navideño fue pasando lentamente al olvido.
No hubo una ley que proscribiera la Navidad ni que castigara a quien la festejara, pero durante años fue motivo de una fuerte "presión social" de las autoridades, que calificaron la fecha de "celebración burguesa".
La visita del Pontífice en enero consolidó un deshielo oficial de la relaciones de Cuba con la Iglesia Católica.
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