Fortalecido, Evo Morales llamó a sus adversarios al diálogo
El jefe de Estado se mostró abierto al acuerdo, aunque lanzó fuertes críticas a la oposición
LA PAZ.- Un día después de su aplastante triunfo en las elecciones presidenciales, que le permitirá gobernar el país cinco años más, el mandatario boliviano, Evo Morales, se mostró ayer dispuesto a dialogar con los opositores, pero, en una muestra de que aún está lejos de reconciliarse con esos sectores, los llamó "traidores y vendepatrias", como había hecho durante su campaña electoral.
"Los traidores del proceso de cambio y los vendepatrias han sido castigados por la conciencia del pueblo", dijo Morales ayer por la mañana en su primera conferencia de prensa después de su aplastante triunfo electoral sobre el derechista Manfred Reyes Villa (Plan Progreso para Bolivia, PPB).
La victoria de Morales, que sacó una ventaja de 30 puntos porcentuales sobre Reyes Villa, se debió, en parte, al buen desempeño de la economía boliviana, que creció un 5,2% en promedio durante los cuatro años de mandato de Evo, un porcentaje superior al de las últimas tres décadas.
También ayudó la dispersión del voto opositor que se podría haber impuesto al oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) en cinco departamentos de los nueve del país si hubiesen logrado un frente unificado. El PPB sólo se impuso finalmente en tres departamentos (Santa Cruz, Beni y Pando).
Otra razón de la victoria de Morales fue la nacionalización de los hidrocarburos. Esa medida le permitió incorporar a las arcas del Estado fondos de las exportaciones del gas (el 60% de las ventas externas bolivianas) y realizar ambiciosos programas de ayuda social para estudiantes, embarazadas y ancianos de sectores de bajos recursos.
Morales, el primer presidente aborigen de Bolivia, dijo ayer que el 33% de apoyo que obtuvieron los principales partidos opositores (PPB y Unidad Nacional, de Samuel Doria Medina) proviene del "voto duro de la derecha y de los neoliberales".
"Eso no significa que no haya diálogo. Siempre habrá una apertura a recoger propuestas", señaló el mandatario, que se impuso anteayer con un 62,5% de los votos.
Ese abultado caudal electoral le permitirá contar con un amplio respaldo legislativo de dos tercios del Parlamento, con el cual, asegura, podrá plasmar en la realidad los enunciados de su Constitución indigenista.
"El diálogo es lo más importante, y si no hay acuerdos, ahí está el pueblo, está el referéndum", agregó Morales, en alusión a que, en el caso de controversias, someterá las decisiones de su gobierno a plebiscitos, como en sus primeros cuatro años de mandato.
No a otro mandato
También señaló ayer que, tras el triunfo, tiene poder suficiente para transformar a Bolivia en un Estado socialista y confirmó que había convocado a sus ministros y a los 108 asambleístas del MAS elegidos ayer a una reunión de gabinete para empezar a trabajar en este sentido. Aseguró además que no buscará otra reelección aunque, según aclaró, la nueva Constitución se lo permite.
En realidad, Morales, que ayer recibió felicitaciones de los gobiernos venezolano, ecuatoriano, argentino, francés y estadounidense, entre otros, ya se había mostrado más proclive al diálogo durante el discurso que ofreció desde el Palacio Quemado, en el contexto de su abrumador triunfo electoral. "Al margen de cualquier reivindicación de carácter sectorial, al margen de cualquier reivindicación de carácter regional, primero está Bolivia", dijo Morales.
"Por eso les hago la convocatoria a las autoridades que no quieren trabajar con Evo Morales, alcaldes que no quieren trabajar con Evo Morales, o algunos cívicos que todavía se distancian, o algunos empresarios que todavía quedan, o algunos intelectuales que todavía tienen dudas. A ellos les digo que vengan a aportar, a trabajar por Bolivia, porque somos el gobierno del diálogo", añadió.
Ayer, el único que había respondido a la oferta de Morales fue Luis Núñez, presidente del Comité Cívico pro Santa Cruz, organismo que agrupa a las fuerzas del departamento oriental, tradicionalmente opositoras al mandatario. De todos modos, Núñez condicionó el diálogo a que sea "sin persecución".
Con "el presidente o quien sea [se puede dialogar], pero siempre que se sustente el diálogo, en un marco de cordialidad y decencia; en un marco de no seguir amedrentando, persiguiendo y sometiendo a la voluntad del centralismo", dijo Núñez.
Por su parte, Reyes Villa, que había cruzado durísimas acusaciones con Morales, no respondió al llamado pero prometió "oposición constructiva".
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