Fracaso de la UE para relocalizar los menores refugiados
ROMA.- "Quiero volver a abrazar a mi mamá", dice Lydia, una niña nigeriana de 12 años "bloqueada" en Palermo, Sicilia. Desde que llegó, sola, en una barcaza, hace ocho meses, Lydia espera juntarse con su mamá, que está en un centro de acogida de París. Cuando llegó a Italia, lo único que llevaba consigo y que guardaba como oro era un papelito con el número de teléfono de su mamá, que le dejó su abuela cuando murió. Pero la burocracia europea es tan lenta que todavía está esperando. Y en la espera ya intentó dos veces suicidarse y escaparse del centro donde está parando.
Lydia es sólo uno de los 25.846 menores no acompañados llegados a Italia a lo largo del año pasado. Según un informe del Parlamento Europeo que publicó ayer el diario La Repubblica, más allá de los acuerdos sellados entre los países miembros de la Unión Europea (UE), que indican que deberían repartirse el peso de los migrantes que alcanzan el sur del bloque, de los 5000 menores no acompañados que deberían ser enviados a otro país desde Italia sólo uno fue "relocalizado".
El informe del Parlamento consignó que sólo el 11% de los solicitantes de asilo han sido "relocalizados" en otros países. La solidaridad deja paso al cinismo en la UE. Sólo Italia, Grecia y Alemania son los que cumplen. A ellos se unen países generosos como Finlandia y Malta, que respetan las obligaciones. El resto no ha cumplido. Países como Hungría y Eslovenia directamente se niegan a la "relocalización" y hasta han presentado recursos judiciales ante la Comisión de la UE. El año pasado ésta se había comprometido a garantizar la "relocalización" de 160.000 migrantes a través de cuotas de refugiados sobre la base de la población y el PBI de cada país miembro.
La paradoja es que en 2016 Italia -el país más expuesto a la dramática oleada migratoria, que este año recibió ya más de 50.000 migrantes y adonde siguen llegando a diario miles de desesperados- ha acogido y "relocalizado" más solicitantes de asilo de los que ha podido reenviar a otros países del bloque. Por eso el Parlamento de Estrasburgo llamó a los países miembros a dar prioridad a los menores no acompañados, para cancelar, al menos, el escándalo que significa haber relocalizado sólo un niño de 5000.
"Europa debería sancionar a los países que no respetan los acuerdos y que les han dado la espalda a Italia y a Grecia", aseguró Federico Soda, director de la Organización Internacional para las Migraciones en el Mediterráneo. Mientras tanto, Lydia, la niña nigeriana, lo único que quiere es volver a abrazar a su mamá, que está en París, pero para poder hacerlo debe seguir esperando el permiso, que debe emitirse en Dublín.
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