La crisis en el sur de Filipinas. Fracasó la entrega de la rehén alemana en Jolo
Una patrulla del ejército frustró las negociaciones; los rebeldes piden un reembolso por los "gastos" del secuestro.
MANILA.- La rehén alemana Renate Wallert, que padece una grave hipertensión y lleva 19 días secuestrada por rebeldes musulmanes en el sur de Filipinas, junto con otras 20 personas, no fue liberada ayer, ya que los separatistas no acudieron a la cita con los mediadores oficiales debido a "un error de comunicación".
"No tuvimos noticias de los secuestradores del grupo Abu Sayyaf; no cumplieron con las 24 horas de plazo pactadas, por algún error de comunicación con el ejército", explicó a la prensa, en la isla de Jolo, el asesor presidencial para el Desarrollo Económico de Filipinas, Robert Aventajado, miembro del equipo negociador formado por el gobierno.
Y explicó que esto se debió a la presencia de fuerzas del ejército, que patrullaron por error la zona en la que debía celebrarse el encuentro entre las partes.
El ex embajador libio en Manila, Abdulaziz Rajab Azzaruk, que actúa como negociador con el beneplácito de las autoridades filipinas, se declaró sin embargo "esperanzado" de que la entrega de la alemana se produzca, así como de una pronta solución a la crisis de los rehenes en la isla de Jolo, entre ellos 10 turistas occidentales, cuyo estado de salud es incierto.
En tanto, varios enfrentamientos se registraron ayer en la zona donde, en la víspera, habían mantenido negociaciones emisarios gubernamentales y los rebeldes. "Hubo combates en el poblado costero de Patikul", informó ayer Nur Misuari, gobernador de la región de Mindanao, que incluye la isla de Jolo, donde los rebeldes tienen a los secuestrados, aunque no precisó quiénes participaron o si hubo bajas.
Por su parte, los guerrilleros reclamaron ayer una compensación económica por los gastos que les supone la manutención de los rehenes, informaron ayer medios filipinos, que explicaron que los separatistas reclaman entre 1200 y 1700 dólares por cada uno de los capturados. Según las fuentes, aunque el gobierno filipino no suele pagar rescate, lo haría esta vez en concepto de ayuda a los rehenes.
En tanto, periodistas internacionales aseguraron que no pueden salir de sus hoteles debido al toque de queda nocturno que se impone en Jolo desde hace semanas.
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