Frontera caliente, comida picante y migrantes argentinos: un viaje íntimo a Corea del Sur, sede de los Juegos Olímpicos de Invierno
Pese a la amenaza de su vecino belicoso del norte, el país asiático atravesó uno de los ciclos de crecimiento económico más vertiginosos de la historia
Corea del Sur tiene el gangnam style, uno de las ciclos de crecimiento económico más vertiginosos de la historia de la humanidad, comida solo apta para paladares afectos al picante, una rica tradición de migraciones cruzadas con la Argentina y la frontera más caliente de la actualidad. ¿Cómo se vive en Seúl, su capital, que queda a escasos 50 kilómetros del límite con Corea del Norte?
Ajenos a la tensión entre Corea del Sur y su belicoso vecino del norte, un grupo de argentinos con ascendencia coreana están volviendo a Seúl. Son parte del reverso del flujo migratorio que entre 1960 y fin del siglo pasado pobló a Buenos Aires, con epicentro en el Bajo Flores, de coreanos. Muchos de los hijos y nietos de aquellos inmigrantes hoy se están volviendo a la tierra de origen de sus padres. En el pico de esta corriente, en 1990, la comunidad coreana argentina llegó a contar con 42.000 habitantes. Hoy rondan los 20.000.
Las razones de este éxodo son casi siempre económicas. En 1960 el PBI per cápita de la Argentina era cinco veces el de Corea del Sur, en 1987 ya eran iguales y hoy, el de Corea del Sur es más del doble del de la Argentina. En ese período, la economía coreana atravesó uno de los procesos de expansión más impresionantes de la historia de la humanidad. La Argentina, en cambio, se estancó.
Kimchi, esa es la palabra clave para entender la cocina coreana. Este plato de verduras, que suelen ser coliflor, rábanos o pepinos, fermentados y muy picantes, es la estrella culinaria. "Es una cocina de la necesidad", explica Federico Heinzmann, un cocinero argentino que recorrió el mundo y ahora es el chef ejecutivo del hotel Park Hyatt, de Seúl. Se refiere a la cocina desarrollada a mitad del siglo pasado, cuando este país salía de la guerra y era paupérrimo. Abundante y simple, se sirven varios platos al mismo tiempo y se comparte.
Además de platos picantes, Corea del Sur busca imponer su marca con el K Pop, el fenómeno social con el que pretende competir contra la industria de contenidos de Estados Unidos y ganar la batalla por la supremacía cultural.
Amenazada pero próspera, Corea del Sur será sede de los próximos Juegos Olímpicos de Invierno, en los que buscará mostrar sus progresos. Para eso, deberá convencer al mundo de que es un destino seguro que su vecino del norte no arruinará la fiesta.
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