Galanes poderosos: una generación de líderes que despiertan suspiros
Macron,Trudeau y otros destacados políticos llaman la atención de la opinión pública
PARÍS.- En la década de 1960, el mundo se deslumbró con "the best and the brightest" ("los mejores y los más inteligentes"), encarnados por John Kennedy y su equipo. Ahora, en una época más frívola, la opinión pública se admira frente a los "más jóvenes y hermosos que nos gobiernan".
La fórmula, por supuesto, alude a la nueva generación de líderes, como Emmanuel Macron , en Francia; Justin Trudeau , en Canadá; el jeque Hamdam al-Makhtum, en Dubai, y próximamente -tal vez- Sebastian Kurz, en Austria, y Shinjiro Koizumi, en Japón, o -menos probable- Christian Lindner, en Alemania, y Alexei Navalny, en Rusia.
Por el momento, Macron es el ganador en el hit parade de ese exclusivo club de dirigentes de menos de 40 años, aunque a los 39 el presidente francés se ubica -por edad- en octava posición, detrás del dictador norcoreano Kim Jong-un (34 años), el emir de Qatar Tamim Ben Hamad al-Thani (37) o Leo Varadkar (38), convertido en primer ministro de Irlanda en junio pasado.
Pero en la lista de políticos elegidos democráticamente, Macron tiene el récord de ser "el jefe de Estado más joven del planeta". Su aura es tal que en el último G-20, en Hamburgo, consiguió hacer sombra a la otra gran estrella del mundo occidental: el primer ministro canadiense Justin Trudeau, "el hombre político más elegante del globo", según la revista masculina GQ.
En esa carrera al firmamento de los más bellos y los más jóvenes, Macron y Trudeau tienen un adversario de talla: el austríaco Sebastian Kurz. En junio, el joven ministro de Relaciones Exteriores asumió el control del Partido Conservador (ÖVP), favorito para las elecciones legislativas de octubre. En caso de victoria, a los 31 años, Kurz probablemente se convierta en el próximo canciller de su país y el jefe de gobierno más joven del mundo.
Para llegar hasta ahí, ese superdotado, espectacularmente atractivo, de ojos celestes, pelo oscuro y sonrisa desarmante, se ubicó con habilidad como el mejor escudo contra la extrema derecha (FPÖ), que casi ganó las elecciones presidenciales el año pasado.
En la vecina Alemania, y aunque esté condenado a esperar algunos años para reemplazar a Angela Merkel, la nueva estrella de la política se llama Christian Lindner. A los 38 años, gracias a su inteligencia y a su "charme a la Daniel Craig", el actual líder de la liberal-democracia consiguió modernizar su partido, que dirige desde 2013. El FPD probablemente consiga así regresar al Bundestag en las elecciones del 24 de septiembre, del cual había sido eliminado hace cuatro años.
Pero la tendencia a elegir dirigentes cada vez más jóvenes no es una exclusividad europea. En el resto del mundo, ese "casting" incluye al príncipe heredero de Dubai y rey de las redes sociales, Hamdan al-Maktoum (34); el opositor ruso Alexei Navalny (41), que con sus manifestaciones anticorrupción se ha vuelto el principal dolor de cabeza de Vladimir Putin; el popular y encantador rey de Bután, Jigme Khesar Namgyel Wangchuck (37), e incluso el presidente de Haití, Jovenel Moïse , que, a los 49 años, parece tener diez menos.
Además de ser inteligentes, ¿qué otros puntos en común tiene esta nueva generación de dirigentes? Son delgados, atléticos, elegantes y, según las revistas femeninas, sexies y atractivos.
Pero, teniendo en cuenta que el sufragio universal no es "un concurso de belleza", ¿por qué un físico agradable tiene tanta importancia en política?
"En este mundo de la comunicación, una personalidad agradable a la vista tiene siempre una ventaja", señala Martin Varès-Junon, especialista en estrategia de comunicación. Verdad de Perogrullo en el siglo XXI, ese principio es válido en todos los sectores de la representación y muy particularmente en el universo político-mediático.
"Obviamente no basta con ser George Clooney para ganar una selecciones", advierte Varès-Junon. "Pero la prestancia actúa como un principio activo que ayuda a que todo lo demás se ordene armoniosamente", agrega. Lo no verbal, los gestos, la "pinta" cuentan tanto como el mensaje. "Todo eso crea un a priori favorable incluso antes de que el candidato haya comenzado a hablar", precisa.
Por desgracia, no sucede lo mismo con las mujeres. Ser bellas o muy atractivas suele ser una desventaja en política. La dificultad reside en que "se trata de una actividad profesional que induce comportamientos contrafemeninos, marcados por la firmeza, la verticalidad y la virilidad", señala Georges Vigarello, historiador y especialista de las representaciones corporales.
Y renunciar a esa femineidad tampoco parece servir a la causa femenina. A juicio de Vigarello, la estricta actitud vestimentaria de Merkel, Theresa May o Christine Lagarde "refuerza esa idea".
- Emmanuel Macron, presidente francés: El aura del economista, el más jóven del planeta entre los jefes de Estado elegidos democráticamente, ha opacado a sus pares en la reciente cumbre del G-20, realizada en Hamburgo.
- Justin Trudeau, primer ministro de Canada: Fue bautizado por una revista como “el hombre político más elegante del globo”. Hace poco causaron furor en las redes fotografías de sus tiempos de estudiante
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