Gesto de EE.UU. para salvar la cumbre
La Casa Blanca comprometió su apoyo al fondo de US$ 100.000 millones para los países pobres; llega Obama para impulsar un acuerdo
COPENHAGUE.- En una carrera contra reloj para evitar el fracaso de la mayor cumbre climática en la historia, Estados Unidos realizó ayer una dramática intervención que renovó las esperanzas de lograr un acuerdo global al ofrecerles a los países pobres aumentar su aporte al fondo 100.000 millones de dólares para que financien las políticas que mitigarían el calentamiento global.
En un anuncio que fue calificado por algunos analistas como una "jugada maestra" de la diplomacia norteamericana, la secretaria de Estado Hillary Clinton sorprendió ayer al plenario de la cumbre al anunciar que Washington está dispuesto a contribuir al fondo global de 100.000 millones de dólares hasta 2020.
La iniciativa de Estados Unidos es la primera señal de apoyo de la Casa Blanca a un compromiso que implica un esfuerzo financiero de gran magnitud, aunque Clinton no brindó especificaciones respecto de la suma de dinero que destinará Washington al fondo. La jefa de la diplomacia norteamericana condicionó el aporte de Estados Unidos a que China, el principal contaminador del mundo, sea transparente en los reportes de sus emisiones.
Washington y Pekín se enfrascaron esta semana en una fuerte disputa en el marco de la cumbre: China acusa a Estados Unidos de evadir su compromiso para combatir el calentamiento global, al tiempo que Estados Unidos demanda al gigante asiático mayores concesiones.
El primer ministro chino y número dos del gobierno comunista, Wen Jiabao, ratificó ayer que su país reducirá sus emisiones de CO2 entre el 40% y el 45% en función del PBI (la denominada "intensidad carbono"). Sin embargo, China reiteró que no aceptará la supervisión de ningún organismo internacional. "Nuestras acciones de reducción de emisiones se harán de forma transparente, con la supervisión de la ley y ante los ojos de la prensa", dijo el delegado Hu Yafei.
Estados Unidos, por su parte, no modificó su propuesta de reducir sus emisiones un 17% respecto de 2005, equivalente a tan sólo un 4% respecto de 1990.
El choque de los dos mayores emisores de gases contaminantes del mundo empantanó aún más las negociaciones en el Bella Center, donde representantes de 193 países se preparaban ayer para una larga noche en la que intentarían sellar un acuerdo global respecto de las metas para reducir emisiones de CO2 y del financiamiento de las políticas para mitigar el cambio climático, principales desafíos del encuentro.
Mientras se esperaba en Copenhague la llegada del presidente norteamericano, Barack Obama, que daría un impulso a un pacto entre las delegaciones norteamericana y china, varios jefes de Estado y de gobierno mantuvieron ayer encuentros paralelos a la cumbre para consensuar posiciones.
Consciente del riesgo de que la cumbre termine en un estrepitoso fracaso, la Unión Europea (UE) celebró una minicumbre con la presencia de los presidentes de España, José Luis Rodríguez Zapatero; de Francia, Nicolas Sarkozy; de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y del primer ministro británico, Gordon Brown.
"Ni Estados Unidos ni China pueden fallar en esta cita histórica ni eludir sus compromisos con el mundo", advirtió Zapatero a las potencias económicas. En tanto, Sarkozy fue drástico y terminante: "Hay que cambiar de rumbo en esta conferencia porque avanzamos hacia el desastre".
Con matices y discursos variados, los líderes latinoamericanos enviaron ayer un mensaje signado por el antagonismo a las propuestas presentadas. El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, pidió que las promesas de los países industrializados "no se conviertan en un espejismo", mientras que sus pares de Bolivia, Evo Morales, y de Venezuela, Hugo Chávez, culparon al capitalismo de las consecuencias del cambio climático.
Tras la comida oficial ofrecida por la reina Margarita de Dinamarca en el palacio real, anoche comenzaron las horas más críticas de la cumbre.
En maratónicas reuniones que se extendieron hasta la madrugada, las delegaciones continuaban las consultas para alcanzar un acuerdo global que impediría el aumento de la temperatura media de la Tierra por encima de los 2 grados centígrados. Esta es la cifra que los científicos consideran el límite para evitar que el planeta ingrese en una espiral de acontecimientos apocalípticos, como sequías, inundaciones y el aumento del nivel de los mares, que amenazan la vida de millones de personas en todo el mundo.
Los posibles escenarios
- Un acuerdo jurídicamente vinculante. Se acordarían objetivos específicos de reducción de emisiones de gases contaminantes de los países industrializados y emergentes individualmente para limitar el aumento de la temperatura. A esto se agregarían promesas de financiamiento por parte de países desarrollados para las naciones en vías de desarrollo.
- Un acuerdo "político". Se elaboraría un acuerdo marco, que conduzca a un nuevo pacto jurídicamente vinculante. Algunos creen que aún es posible lograrlo.
- Declaración final no vinculante. La peor opción. La declaración establecería que los países se ocuparán de la protección del clima y se postergaría la discusión.
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