La Casa Blanca, en uno de sus peores momentos: la filtración del nombre de una agente encubierta. Golpe a Cheney por el escándalo de la CIA
Su jefe de gabinete y mano derecha, Lewis Libby, dimitió tras ser acusado de perjurio, obstrucción de la Justicia y falso testimonio
WASHINGTON.- El gobierno del presidente estadounidense, George W. Bush, sufrió ayer un revés sin precedente con la inculpación formal del jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney, Lewis "Scooter" Libby, quien presentó su renuncia tras ser acusado de perjurio, obstrucción de la justicia y falso testimonio en el caso de la filtración del nombre de una agente encubierta de la CIA.
El asesor político de Bush, Karl Rove, se libró en cambio de ser acusado pero continúa siendo investigado y su estatus legal podría convertirse en un dolor de cabeza para la Casa Blanca en el futuro.
Las acusaciones contra Libby fueron formuladas tras una investigación de dos años conducida por el fiscal especial Patrick Fitzgerald, que trata de determinar si Rove, Libby u otros funcionarios del gobierno revelaron intencionalmente la identidad de la agente de la CIA Valerie Plame o mintieron sobre su participación a los investigadores.
El escándalo ha sumido al gobierno de Bush en la peor crisis interna de su gestión. Según los especialistas, el mandatario podría tener serias dificultades para implementar su agenda durante los tres años que le restan de administración.
Libby, de 55 años, enfrenta una acusación de obstrucción de la Justicia, dos cargos de perjurio y dos de falso testimonio. Si es declarado culpable de las cinco acusaciones, podría enfrentar una condena de 30 años en prisión y 1,25 millones de dólares en multas.
"En nuestro sistema, cada individuo se presume inocente y tiene derecho a un debido proceso y un juicio justo", dijo Bush en una breve alocución en la Casa Blanca poco después del anuncio de Fitzgerald. "Aunque todos estamos tristes por las noticias de hoy [por ayer], seguimos totalmente concentrados en los variados asuntos y oportunidades que enfrenta este país. Tengo un trabajo que hacer, al igual que la gente que trabaja en la Casa Blanca", subrayó el mandatario, quien acaba de sufrir otra dura derrota al aceptar anteayer la renuncia de su candidata a la Corte Suprema, Harriet Miers.
Por su parte, mediante un comunicado, Cheney dijo aceptar la renuncia "con profunda pena".
La acusación federal podría involucrar incluso al propio Cheney. Según el diario The New York Times, fue el vicepresidente quien informó a Libby sobre la identidad de Plame. En Estados Unidos, develar la identidad de un agente de inteligencia es un crimen federal.
El esposo de Plame es el diplomático Joseph Wilson, un opositor de la guerra en Irak que desafió la aseveración de Bush de que Saddam Hussein trataba de esconder armas nucleares. Wilson ha acusado a la Casa Blanca de revelar la identidad de su esposa para socavar sus alegaciones contra Bush.
Argumentos cuestionados
El asunto condujo a la oposición a cuestionar nuevamente los argumentos para ir a la guerra en Irak, iniciativa cada vez más impopular entre los estadounidenses, según los sondeos.
Ayer, el Partido Demócrata exigió que Bush hiciera una declaración pública sobre este escándalo. "El pueblo estadounidense merece que el presidente responda directamente sobre el papel que sus asesores jugaron en la manipulación de la información operada para asegurarse el respaldo a la guerra en Irak, en la orquestación de esfuerzos para calumniar a los opositores a la guerra y para acallar el asunto", declaró la directora de Comunicaciones del partido, Karen Finney.
Por su parte, la líder de la minoría demócrata en la Cámara baja, Nancy Pelosi, aseguró que "en el corazón de estas inculpaciones está el esfuerzo de la administración Bush por desacreditar a los críticos de su política sobre Irak con una temeraria desconsideración de la seguridad nacional y de la confianza pública".
"Hoy es un día ominoso para el país. No se había caído tan bajo desde Watergate en términos de transparencia y honestidad en nuestro gobierno", consideró por su parte el senador demócrata Edward Kennedy, en referencia al escándalo que llevó al presidente Richard Nixon a renunciar en 1974.
Agencias AP, AFP y ANSA
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