Grieta: Chile se asoma a una polarización inédita por un ballottage de final incierto
Tras una campaña marcada por discursos extremos para romper la paridad, Piñera y Guillier definen al sucesor de Bachelet; leve ventaja del ex presidente
SANTIAGO, Chile.- En los años 90, Marcelo el "Chino" Ríos, uno de los tenistas sudamericanos más talentosos y también uno de los más polémicos, popularizó en Chile la expresión "no estoy ni ahí". Cuando algo no le importaba, que entonces era casi todo, repetía la frase con un desgano asombroso. Desde entonces, fue asociada a la indiferencia y la apatía. Tras vivir en Estados Unidos, hace unos días regresó para votar en el crucial ballottage de hoy entre el opositor Sebastián Piñera y el oficialista, Alejandro Guillier, en una definición con pronóstico reservado que definirá al sucesor de Michelle Bachelet.
"Estamos frente a una elección en que se juega el futuro de nuestro país", opinó Ríos. Quién lo diría, el símbolo de la apatía se puso como ejemplo y llamó a los jóvenes a votar -en un país que registra una alta abstención-, como si no hacerlo significara ser responsable de algún desastre político.
Los expertos electorales explican que la sensación ambiente es de una polarización tal que, para romper la paridad que marcan las encuestas para la segunda vuelta de hoy, los equipos de cada candidato tuvieron que dejar los discursos moderados, sin dejar de apuntar a los votantes indecisos de centro. Los más extremos llegaron a evaluar los comicios como un dilema entre avanzar hacia "Chilezuela" (por una comparación entre las políticas de Guillier y las que aplica el chavismo) o tener un país gobernado por un grupo de herederos del pinochetismo.
Después de la primera vuelta, en la que Piñera se impuso con el 36,6% de los votos, el ex presidente llegó a decir que Guillier cada vez se parecía más a Nicolás Maduro, mientras que el candidato que prometió seguir con las reformas de Bachelet dijo que les quitaría recursos a los sectores más ricos de Chile, asociados a la figura de Piñera.
A pesar de la tensión, el experto electoral Cristóbal Bellolio, de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez, dijo a LA NACION que, por un lado, Piñera no es José Antonio Kast (ultraderechista que terminó cuarto en la primera vuelta) y está lejos del pinochetismo retrógrado, y, por otro, Guillier no es Maduro.
"Ninguno de los escenarios es real", señaló Bellolio. Según la última encuesta de Cadem, Piñera (40% de intención de voto) aventaja a Guillier (38,6%), lo mismo que Criteria (47% a 45% a favor del opositor).
¿En qué momento entonces se alcanzó un nivel tan fuerte de exacerbación en la campaña? ¿Volverán a brindar en el mismo salón los adversarios políticos después de este ballottage, como es costumbre en Chile?
Los chilenos están expectantes y sabe que el país se debate entre dos caminos. Según las encuestas, hoy deberían votar por lo menos seis millones de personas, de un padrón de 14 millones. Se estima que la diferencia no superará los 200.000 sufragios. En esta carrera cerrada, tanto el oficialismo como la oposición entendieron que la disputa será voto a voto y buscaron un apoderado por mesa para defender hasta la última boleta.
Eso se volvió un poco paranoico después de que Piñera denunciara que en la primera vuelta hubo "muchos votos marcados" a favor de la candidata del izquierdista Frente Amplio Beatriz Sánchez (tercera en la primera vuelta, con 20,2% de los votos) y Guillier. La instalación de un supuesto fraude quedó en la nada cuando se reveló que solamente hubo una denuncia de este tipo.
Lo que no se discute es que, en un escenario de voto optativo, ganará el que logre movilizar mejor a su base electoral. Piñera pasó a la segunda vuelta con una ventaja de 14 puntos y el mayor trabajo de movilización tendrá que hacerlo Guillier (22,7%). Frenar un eventual regreso de Piñera al poder, por ejemplo, podría ser un factor movilizador, estiman expertos. Al menos en el comando de Guillier reconocen que una nueva gestión de la centroderecha podría significar un frenazo a las reformas de Bachelet.
"Bajo esa premisa [de movilizar], sí tiene sentido hacer campañas del terror, plantear escenarios catastróficos, como en 1999, cuando se decía que Ricardo Lagos sería el primer socialista en La Moneda después de Salvador Allende. De Joaquín Lavín también se decían atrocidades y esa elección se definió por menos de 50.000 votos", indicó Bellolio.
Entre estrategias de campaña y la realidad, sin embargo, hay una distancia. Chile no se cae a pedazos y tampoco habrá fuertes retrocesos en las conquistas sociales. Si bien para la primera vuelta la oposición elevó proclamas como dar marcha atrás con la educación universitaria gratuita que propuso Bachelet, el respaldo menor al esperado que obtuvo Piñera (calculaban que superaría el 40%) los empujó a dejar esa idea y a incorporar otras en la línea de las reformas del gobierno. Ahora, el ex presidente respalda la gratuidad.
Desde Chile Vamos, el pacto para la candidatura de Piñera, el diputado electo Mario Desbordes comentó a la nacion que "la polarización fue evidente, porque el nuevo sistema electoral incorporó un número importante de personas que no estaban en el mundo político, básicamente del Frente Amplio, y la estrategia en primera vuelta de cinco o seis de los candidatos de izquierda fue tratar de ensuciar la campaña de Piñera".
"Estaba además la candidatura de Kast, que no tenía el discurso tradicional de la derecha", agregó.
Desbordes cree que se llegó a la descalificación, "se ensució mucho la campaña", y que si bien no hay una crisis en ciernes, sí observa posiciones en el Frente Amplio que reivindican las políticas de izquierda que efectivamente se llevaron a cabo en Venezuela, en Cuba o que propuso el partido Podemos, en España.
"Son políticas fracasadas, que llevan a los países a terminar arruinados económicamente", advirtió.
Bellolio coincidió en que el Frente Amplio será recordado como el gran factor en estas elecciones. Es un grupo nuevo, que logró 20 parlamentarios en el Congreso y que "cierta parte de la elite lo ve con miedo", explicó el experto. Pero insistió en que se debe desdramatizar la polarización. "Tenderá a disiparse. Está creada para generar un escenario de emergencia y, gane quien gane, el semblante de Chile no cambiará radicalmente al día siguiente."
Las propuestas en pugna
Alejandro Guillier - Nueva Mayoría
Economía
Prometió fomentar el valor agregado a la producción chilena y crear 900.000 empleos, subir los impuestos de las empresas (del 25 al 27%) y descentralizar la economía
Educación
Aumentar la gratuidad universitaria desde el 60% al 70% para el próximo año; propone la educación pública gratuita para el 100% de los estudiantes para 2020
Salud
Creará un seguro contra enfermedades catastróficas, como el cáncer; dejó en suspenso su promesa de revertir la ley de aborto terapéutico instaurada por Bachelet
Jubilaciones
Anunció que los empleadores aportarán 4% adicional al ahorro previsional de sus trabajadores, que complementará el 10% que hoy aportan los trabajadores
Sebastián Piñera - Chile Vamos
Economía
Quiere colocar a Chile en el grupo de países desarrollados para 2025; duplicar el crecimiento, crear 600.000 empleos y reducir la pobreza (hoy es de 11,7%)
Educación
Rebajar los intereses del crédito de 800.000 jóvenes; mantener la gratuidad de quienes la tienen, y aumentarla al 90% en institutos con menos recursos
Salud
Promete atención primaria para todos los chilenos mediante la creación de un Fondo Solidario Nacional, que será cubierto con la recaudación del 3% del descuento obligatorio
Jubilaciones
Los empleadores aportarán un 5% del sueldo para un fondo: una parte irá a los fondos de pensiones particulares y la otra a uno solidario; con eso, aumentará un 20% las jubilaciones
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