Los paraguayos, a las urnas / Definen quién será presidente. Hoy vota Paraguay: tensión y expectativa
El ex obispo Lugo, respaldado por movimientos de izquierda, busca poner fin a 61 años de hegemonía del Partido Colorado
ASUNCION.- Por el cambio o por la continuidad de una hegemonía de 61 años, Paraguay concurre hoy a las urnas en unas elecciones que podrían poner fin al último "dinosaurio" político de América latina: el Partido Colorado.
Si los pronósticos se cumplen, el ex obispo Fernando Lugo -que encabeza una alianza respaldada por el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA, segunda fuerza política del país) y varios movimientos sociales de izquierda- podría derrotar a la candidata oficial, Blanca Ovelar, que busca convertirse en la primera mujer en gobernar Paraguay.
En un clima de extrema tensión y altísima expectativa, el presidente Nicanor Duarte Frutos se comprometió ayer a respetar los resultados de los comicios, de los que podría surgir un gobierno izquierdista, asociado por varios sectores al modelo de Hugo Chávez, en Venezuela, y Evo Morales, en Bolivia.
Según las últimas encuestas, Lugo obtendría entre el 31 y el 39% de los votos, seguido por Ovelar (del 26 al 34%) y por el general retirado Lino Oviedo (del 21 al 28%), al frente de la Unión Nacional de Ciudadanos Eticos (Unace).
El sistema electoral paraguayo no establece segunda vuelta, así que quien logre la mayor cantidad de votos asumirá como presidente el 15 de agosto.
Además de presidente y vicepresidente, cerca de tres millones de paraguayos (de una población total de seis millones) votarán para renovar el Congreso bicameral, integrado por 45 senadores y 80 diputados. También se elegirán 18 parlamentarios del Mercosur y unos 700 cargos municipales de todo el país.
Si bien todos los sondeos ubican al ex obispo Lugo como favorito, cualquier resultado es posible en un país sometido, desde 1947, al poder omnímodo del Partido Colorado, que desde 1954 a 1989 respaldó al dictador Alfredo Stroessner, y que aún controla cada resorte de la administración estatal.
Ese ejercicio ininterrumpido de poder ha generado vicios y mecanismos de dominación que alimentan las denuncias de fraude. Por eso sobrevuela cierto escepticismo sobre la posibilidad de que los colorados sean desplazados.
Sin embargo, contradicciones y luchas en el interior del partido han provocado un desgaste que debilitó a la poderosa estructura partidaria y también contribuyó, en parte, al fortalecimiento de la oposición.
En este marco, Lugo, que en 2006 renunció a su jerarquía eclesiástica para dedicarse a la política, ha logrado aglutinar a partidos y movimientos opositores que dieron lugar a la Alianza Patriótica por el Cambio (APC), una heterogénea coalición que tiene su base de apoyo en grupos campesinos e indígenas.
Con el lema de "Si gana Lugo, gana Paraguay" y "Fe en el cambio", la propuesta de gobierno del ex obispo se basa en seis ejes, que incluyen llevar adelante una reforma agraria y la renegociación de los tratados de Itaipú y Yacyretá.
Aunque insiste en que se ubica "en el centro", para muchos analistas, Lugo seguirá los pasos de Chávez, Morales y Rafael Correa, en Ecuador, que promueven el "socialismo del siglo XXI".
Sectores del oficialismo, en tanto, han denunciado que, con Lugo, "Paraguay será una nueva Cuba" y lo han acusado de supuestos vínculos con el presidente venezolano (ver pág. 4).
En un país de fuerte tradición machista, Ovelar, por su parte, aspira a ser la primera presidenta de Paraguay y seguir los pasos de Michelle Bachelet, en Chile, y de Cristina Kirchner.
Con tal fin, se presenta como el rostro de la renovación dentro de las viejas estructuras coloradas, y asegura: "No me altera que me tiren encima todos los pecados del coloradismo en 60 años. Si yo le echara en cara a Lugo todos los pecados de la Iglesia, no podría desenterrarse".
Si bien el general golpista Oviedo -que fue liberado de prisión siete meses atrás- también tiene posibilidades de acceder a la presidencia, todos los analistas pronostican que la pelea será entre el ex obispo y Ovelar.
Pobreza y desempleo
A cualquiera de los dos les esperan grandes desafíos. La pobreza en Paraguay afecta al 42% de la población, mientras que el desempleo y subempleo alcanzan al 35%. La distribución del ingreso y de la tierra es escandalosa: el 20% de la población más rica acumula el 60% de las riquezas, mientras que el 80% de las tierras está en manos del 2% de la población (se calcula que entre 120.000 y 150.000 familias carecen de tierra para cultivar).
Por otro lado, con el fin de garantizar la transparencia y legitimidad del proceso electoral, el Tribunal Superior de Justicia Electoral autorizó ayer la presencia de veedores de los partidos políticos en la transmisión preliminar de los resultados de los comicios, tras el pedido de los observadores de la OEA y de la Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES, por su sigla en inglés).
Los días previos a la votación han estado marcados por una gran tensión política, con temores opositores a un fraude y denuncias oficialistas de presuntos agitadores.
Ayer, sin embargo, reinaba la calma en esta ciudad. "No creo que haya violencia. Pero fraude puede ser", dijo a LA NACION Gladis Soñora, empleada de un banco que piensa votar por el empresario Pedro Fadul, a quien las encuestas ubican en un distante cuarto lugar (3% de intención de voto). "No me importa que sea un voto tirado. Es el más honesto de todos", agregó.
En Asunción no se habla de otra cosa que del "Día D", como muchos medios se refieren a la elección de hoy.
Y, a la espera de los resultados, un chiste circula entre los paraguayos: "Dicen que el 20 de abril nacerá una niña. Si gana Lugo, se llamará Esperanza; si gana Oviedo, Consuelo; si gana Fadul, Milagro, y si gana Ovelar, ¡Socorro!".
Cómputos
2,9 Millones
- Son los votantes habilitados que hoy se acercarán a las urnas.
35% Vota por Lugo
- El ex obispo lidera con ese promedio los sondeos, seguido por Ovelar (promedio del 30%) y Oviedo (promedio del 24%).
42% Indice de pobreza
- Paraguay es el país más pobre de América del Sur, después de Bolivia.