A cuatro días de las elecciones presidenciales en Venezuela. Hugo Chávez sigue liderando las encuestas
Irene Sáez, sin el apoyo de su partido, seguirá como candidata independiente.
CARACAS.- Mientras el ex militar golpista Hugo Chávez sigue fortaleciéndose en las encuestas para las elecciones presidenciales del domingo en Venezuela, la ex Miss Universo 1981 Irene Sáez, de 36 años, prometió ayer continuar en forma independiente con su candidatura pese a perder el apoyo del partido democristiano Copei, uno de los principales del país. La decisión de Sáez aumentó la confusión en que se desarrolla el último tramo del proceso electoral venezolano, que culminará el domingo próximo.
Según todas las encuestas, la pugna por la presidencia venezolana está reducida a Hugo Chávez y a Henrique Salas Romer, que recibió el apoyo de Copei y de otros partidos tradicionales. Pero el impacto de este frente contra Chávez parece haber tenido escasa relevancia en los votantes, ya que Chávez sigue cómodamente a la cabeza de todos los sondeos de opinión, con más del 50% de los votos.
Acción Democrática (AD), por la socialdemocracia, y Copei prescindieron de sus candidatos y unieron sus fuerzas a Salas. Pero ese giro de último momento incrementó la confusión y favoreció a Chávez, que tiene entre 10 y 15 puntos de ventaja sobre Salas en las consultas.
Por otra parte, un estudio independiente divulgado a cinco días de las elecciones del domingo próximo reveló que los caraqueños desean un cambio tan radical que el 23% de ellos respaldaría un régimen de facto y el 56,4% no lo descarta como opción.
Chávez representa esa imagen por sus antecedentes de golpista y aunque confrontará en las urnas con Salas, un economista de 62 años, su figura está ligada al autoritarismo que parece pedir gran parte de la opinión pública.
Muchos analistas locales creen que importantes sectores de la militancia de AD y de Copei, sobre todo las capas sociales más bajas, se desligarán de las decisiones partidarias y apoyarán a Chávez.
La alianza encabezada por Salas ha utilizado el miedo como principal arma electoral, al presentar a Chávez como un "dictador y un tirano" que acabará con la democracia, eliminará la propiedad privada, llenará las cárceles de disidentes e instalará un régimen de corte militar.
Por su parte, los adherentes a Chávez acusan a Salas de ser un continuador del sistema que provocó la crisis del país, "de defender intereses oligárquicos" y de haber forjado su candidatura artificialmente, mediante grandes inversiones económicas.
Carrera fulgurante
Chávez fue uno de los líderes del intento de golpe de Estado de febrero de 1992, en el que adquirió un alto grado de popularidad cuando, ya detenido, se le permitió dirigirse al país por televisión para asumir la responsabilidad de la revuelta, pedir el cese de los combates y advertir que el asalto al poder había fracasado "por ahora".
La rebelión de Chávez recibió la aprobación de cerca el 80% de los venezolanos en los sondeos que se hicieron posteriormente. Otras consultas de opinión hechas en ese entonces demostraron que gran parte de los venezolanos no estaba dispuesta a defender el modelo democrático en el país.
A los pocos días del golpe, esa idea permitió al actual presidente de Venezuela, Rafael Caldera, decir en el Congreso que "no se puede pedir a los venezolanos que defiendan una democracia que los ha condenado al hambre y a la miseria", con lo que obtuvo el favor popular sobre el que asentó su triunfo electoral de diciembre de 1993.
Los destinos de Chávez y Caldera volvieron a cruzarse un año más tarde, cuando el presidente propició la liberación del militar a cambio de que abandonase las filas castrenses. Eso permitió a Chávez iniciar una fulgurante carrera política, que puede llevarlo de la cárcel a la presidencia en apenas cuatro años.
Salas, por su parte, se inició en la política con Copei, partido del que se separó para emprender un nuevo proyecto político sobre la base de la potenciación de las figuras de los gobernadores provinciales y de los alcaldes.
Chávez nutre sus filas, principalmente, con los pobres y con los que "no tienen nada que perder", que representan a la mayoría de la población.
Alertan sobre la posibilidad de un golpe
CARACAS.- El ex presidente Carlos Andrés Pérez alertó ayer sobre la posibilidad de un golpe de Estado ante la "incertidumbre" de la población y la "intromisión" de las fuerzas armadas en el debate político.
Pérez, que superó dos rebeliones militares en 1992, dijo: "Con toda la repugnancia que nos produce, tenemos que afirmar que estamos a la vista de un posible golpe de Estado, que traería desastrosas consecuencias para el futuro de Venezuela".
Destacó que "voceros de las fuerzas armadas han salido a la palestra pública, asumiendo posiciones políticas" que agregan un elemento de tensión en el enrarecido ambiente electoral.
Por su parte, desde México, el célebre escritor y ensayista mexicano Carlos Fuentes afirmó que "la democracia latinoamericana debe empezar a producir resultados, pues si se asocia con la pobreza, la miseria y la angustia de las personas, entonces la gente va a empezar a pedir la mano dura, como en Venezuela".
Esa es la explicación de un posible triunfo del militar Hugo Chávez en Venezuela, argumentó Fuentes, en una entrevista publicada por el diario La Jornada.
Chávez "es un militar golpista de mano dura, que está respondiendo a un clamor popular", que se expresa en la idea de que "la democracia no nos da lo que queremos, a ver si nuevamente la mano dura nos lo da", indicó Fuentes.
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