Inquietante amenaza al Tíbet
PEKIN.- A pesar de los pedidos para que Pekín inicie un diálogo directo con los representantes del Tíbet, el gobierno comunista chino advirtió ayer que está dispuesto a "aplastar" las manifestaciones de grupos tibetanos separatistas y calificó al Dalai Lama de "representante de un sistema de esclavitud feudal".
"China debe reprimir con firmeza la conspiración destinada al sabotaje y aplastar los intentos tibetanos de independencia", advirtió el editorial del Diario del Pueblo , órgano oficial del Partido Comunista Chino (PCC).
El mismo documento, difundido por otros medios oficiales, sostuvo que el pueblo chino impedirá a cualquier fuerza "minar la estabilidad de la región", como ya demostró tras la represión en Lhasa, donde según informes de Pekín, murieron 19 personas y según el gobierno tibetano en el exilio, más de 100.
El gobierno chino advirtió que cualquier apoyo al "grupo del Dalai Lama" viola "todos los principios de las relaciones internacionales" y consideró al jefe espiritual de los tibetanos "representante de un sistema de esclavitud feudal".
La advertencia fue expresada tras la reunión que mantuvo anteayer el Dalai Lama con la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, quien apuntó que la situación que afronta el Tíbet es un "desafío para la conciencia del mundo" y reclamó una investigación internacional.
El vocero Qin Gang, en una nota difundida en el sitio de Internet de la cancillería china, manifestó que el Dalai Lama es un "prófugo político comprometido desde hace mucho tiempo en quebrar a China".
"Los proyectos de quienes quieren usar al Dalai Lama para otros objetivos están destinados a fallar", afirmó.
China acusó al Dalai Lama, en el exilio desde 1959, de ser responsable de los disturbios en Lhasa, organizados según Pekín con el objetivo de boicotear los Juegos Olímpicos.
Las protestas, que comenzaron el 10 de marzo en los grandes monasterios de Lhasa, se expandieron a otras zonas con población tibetana, como las provincias de Gansu, Sichuan y Qinghai.
China manifestó anteayer, tras la reunión de Pelosi con el Dalai Lama en India, su rechazo a "interferencias" en sus "asuntos internos".
El primer ministro chino, Wen Jiabao, en su conferencia de prensa anual, afirmó el martes pasado tener "pruebas" de la responsabilidad del jefe espiritual tibetano en los disturbios de Lhasa y en las manifestaciones contra las embajadas chinas que se realizaron en Europa y Asia.
Pedido de diálogo
Mientras tanto, un grupo de disidentes chinos exhortó ayer a Pekín a iniciar un diálogo directo con el Dalai Lama y autorizar el ingreso de enviados de la ONU en el Tíbet.
"Pensamos que es necesario eliminar las animosidades entre los han [la mayoría china] y los tibetanos e iniciar una reconciliación nacional. Exhortamos, por tanto, a los dirigentes del país a tener un diálogo directo con el Dalai Lama", dijeron 30 escritores, docentes universitarios y activistas de derechos humanos en una carta abierta enviada por correo electrónico a agencias internacionales.
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